amor,mafia y sangre

capítulo 1

después del mal momento que pase por culpa de joaquin lo peor no paso,

todavía tengo que llegar a casa, pense en mi mente,

no puede evitar pensar lo peor,

—ya estoy en casa,— grite en voz alta, y el único que me respondió fue mi hermano,

—bienvenida—"dijo" muy animado,estamos solos,

por desgracia dije muy asqueada,

—ven vamos a pasar tiempo juntos, solo tu y yo, podemos hacer cosas divertidas,

—no ,— "dije" muy enojada y corri lo más rápido que pude,

el golpeó la puerta de mi habitación muy insistentemente,

— !vete quiero estar sola!,— grite muy fuerte,

—esta bien como quieras—"dijo" molesto, y se fue,

¿porque esta pasando esto?,me pregunte entre lágrimas y yanto,

¿que hice para merecerlo?, ¿acaso soy

una mala persona?, se que si le cuento esto

a mi mamá solo me va a odiar más, ya que

mi hermano es su hijo favorito,mañana me voy a levantar temprano,

me "dije" a mi misma para evitar los inconvenientes,

al llegar a la mañana siguiente me levante,

temprano como había acordado,

voy de puntitos de pie, hasta que,

—¿adónde vas con tanta prisa?,me pregunto y me tomo por sorpresa,

—tengo que irme,— conteste,

¿tan temprano?—me pregunto confundido,

—si ,–tengo cosas que hacer,

—ya veo,–se hacerca a mi lentamente mirándome de arriba y a bajo,

—primero deberías desayunar,¿no crees?,

se pone detrás de mi y empieza a acariciarme los hombros,

—no hagas— eso "dije" en vos alta,

—porque ¿no?—me respondió de una manera,

picarona,

—¡porque somos hermanos!—le grite furiosa,

—¡y que tiene!,—me "dijo"yo hombre y tu mujer en fin, las mujeres nacen solo para servir, es tu obligación como mujer complacer a cualquier hombre,

el se echo encima de mi y intente empujarlo pero no pude porque tiene mucha fuerza,

—vamos no te hagas,—me grita,siempre me estas provocando, mira como te insinúas, lo estás buscando por lo deseas, tu deseas que un hombre te tome por la fuerza,

—¡que!—grite indignada por lo que había escuchado,

—¡¡como voy a provocarte si somos hermanos!!—grite, angustiada,

—¡¡ya te dije que eso no importa!!,—grita mientras me metía la mano debajo de la blusa,

—¡basta!–grite aunque mis gritos fueron en vano,

— gritar no te va a servir de nada,