Protegiéndola

1997 Words

Vanessa se cambió ese mismo día al departamento, amaba a su madre y a su abuela, pero se sentía tan bien estar lejos de ellas, de su vigilancia constante. Puso música suave, y se sentó en un sillón en la terraza del departamento, a esa hora las luces de la ciudad parecían palidecer ante el hermoso cielo estrellado, todo era paz y quietud en ese momento. La terraza pegaba con la del otro departamento, un atractivo hombre salió en ese momento, Vane solo vio su ancha espalda, mientras el hombre parecía observar el firmamento. —No puede ser, estoy alucinando, este chocolate debe de estar adulterado. Observó con detenimiento la taza que sostenía entre sus manos, cuando volteó para ver a aquel hombre, él ya no estaba. —Lo dicho, fue una alucinación, Dante Damasco no tiene porque estar aquí,

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