Perspectiva de Felix
Todo esto era completamente mi puñetera culpa. Había sido un completo imbécil y ahora Chasity se iría al atardecer con el Pequeño Calix y el Mandón Alex y yo sería el otro hermano. O peor aún, se iría y nos dejaría a todos y sería mayormente mi culpa. Mis hermanos me odiarían. Ninguna otra compañera podría compararse con Chasity. No podía mirarla a los ojos en este momento.
—La he estado presionando mucho y lo siento. Estaba literalmente tan feliz hasta que vino a mi lado de la cama hace cinco minutos —confesé.
Ugh, ¿por qué había pensado que el deseo sería suficiente para suavizar todas las arrugas en nuestra relación? De repente, Chasity misma habló.
—Felix, estamos bien, ¿verdad? —preguntó suavemente.
Me quedé sorprendido. La miré. Su belleza me debilitaba. ¿Le
