—Zeth — —¿Si? — —Ustedes como demonios, ¿Pueden tener hijos? — Pregunta mi curiosa conejita dejándome frío, no me gusta la idea de tocar el tema, pero sé que merece respuestas, es mi deber dárselas, además, si ella quisiera una familia, no estoy en condiciones de prohibírselo; suelto una pesada respiración y me decido a abrir la boca de una buena vez —Aun no te he tocado y quieres saber de los hijos, eres curiosa en verdad, bebé — —Solo quiero saberlo, aunque, créeme, estoy ansiosa por nuestro fin de semana — —Mañana estaremos solos en casa, pasaré por ti en cuanto me lo pidas, pero volviendo al tema, no, no podemos tener hijos, es una especie de castigo divino, la única forma de lograrlo es redimiéndonos — —¿Cómo es eso? — —Renunciar a nuestro poder demoniaco y volvernos por compl

