Capítulo 3

3359 Words
Camino por las sombras, la noche ha caído, a mi alrededor logro sentir las auras de mis hermanos exiliados, están cerca, seguro rondando las chozas de los mortales buscando algo que los incite a atormentarlos, no entiendo el sentido que le dan a asustar a las pobres almas humanas; comienzo a rondar el bosque, me encontraré con ese ciervo y lo cazaré para ella, voy a ganarme su confianza, necesito que crea en mí, escucho unos pasos a mis espaldas, su aura es pequeña y tranquila, es de una criatura que no es humana, pero si perteneciente a este mundo, me giro y justo ahí, el animal que ella ha estado esperando día con día, sonrío y dejo mi energía fluir, levanto el arco junto a la flecha, suelto una respiración pausada, y me dispongo a tirar, el animal no alcanza a dar un paso cuando mi flecha atraviesa justo su corazón, veo como se desploma contra el suelo y la sangre fluye —¡Te tengo! — Sonrío y me acerco hasta mi presa que yace inmóvil en el suelo, cuelgo mi arco sobre mi espalda y tomo al animal en brazos, cierro los ojos y rastreo el aura de Esther, no vive muy lejos de aquí, decido hacer uso de mis habilidades, sé que aun puedo aparecer donde me plazca, insisto en que no sé qué fue lo que perdí realmente al caer de los cielos, una bruma negra me envuelve y desaparezco de ese punto para en un abrir y cerrar de ojos aparecer a unos codos de la choza de Esther y su familia, a paso decidido me acerco hasta la puerta y dejo al animal en el suelo, si bien quisiera quedarme a ver su reacción de cerca, es algo que no me puedo dar el lujo de hacer, pero estoy seguro que sabrá que he sido yo quien cazó al animal; golpeo la puerta con mis nudillos y dejo mi energía fluir de nueva cuenta volviéndome invisible, enseguida veo como esta se abre, una pequeña quizás más grande que la otra que suele acompañarla sale y mira de un lado a otro con el ceño fruncido, no es cuando baja su vista que mira al ciervo, sus ojos se abren cual platos —¡Madre, padre! ¡miren! — Grita y escucho pasos aproximándose, una mujer mayor de cabellos castaños se hace presente y al lado de ella un hombre pelirrojo, justo detrás de ellos Esther y Ruth —Pero ¿Quién lo ha traído? Esposo, este animal nos dará comida para días — Puedo ver a Esther sonreír, con cuidado pasando de lado a los presentes da unos cuantos pasos saliendo de la choza, si supiera que estoy justo frente a ella, la luz de la luna la hace lucir aún más hermosa —Te dije que no necesitaba tu lástima, Bal, pero gracias — Dice en voz alta provocándome una sonrisa, en definitiva, es un espíritu orgulloso, pero es preciosa y cálida, ¿Qué se sentirá tener este tipo de vida por lo menos un día? Creo que podría intentarlo con ella    —¿Quién es Bal, Esther? — —Un joven que se ha encontrado en el bosque, padre, creo que a mi hermana le ha gustado — —¡RUTH! — Grita escandalizada mientras la pequeña ríe, ella solo se sonroja y yo suspiro maravillado de las sensaciones que logra provocarme, debo de estar con ella, quisiera experimentar como lo han hecho mis hermanos, ¿Qué se siente estar con una mujer? Jamás mi curiosidad me había llamado a tanto, pero creo sería interesante —Hermana, ¿Cómo era? — Veo como Esther se muerde uno de sus labios, creo acabo de ahogar un jadeo, es lo más tentador que he visto en mi existencia, creo que una sensación física se ha hecho presente, si, definitivamente acabo de experimentar la sensación más humana, mi m*****o está erecto y solo puedo tragar en seco, tengo la necesidad de satisfacerme con su cuerpo, pero no es el momento, no debo forzarla a nada, debo hacer que confíe en mí, ganarme su amor y quizás así acepte ser mi mujer… mi mujer, eso se escucha bien, me imagino besando esos labios carmesí, seguro me harán sentir maravillosamente bien, adorar su cuerpo con el mío, sentir como ese placer tan carnal nos envuelve en un tórrido y apasionado encuentro — Era bastante bien parecido, cabellos como el oro, una piel hermosa como la porcelana, corpulento y de ojos tan bellos como el cielo — Al escuchar su descripción sonrío ampliamente, noto como suspira, creo que también le he gustado, eso me hace dejar de lado las dudas, ella me aceptará, solo debo ser atento, mostrarle mi devoción a ella y todo saldrá bien —A mi hermana le gustó el desconocido — Dice la pequeña Ruth con todo de burla, haciendo que a Esther se le sonrojen tanto las mejillas que adquieren el mismo tono de su cabello, su padre se acerca a ella —Tu ya no eres una niña, sabes que eres una doncella casadera, si hablas con el de nuevo, debes traerlo a casa, tu madre y yo debemos ver si es un buen hombre para ti — —¿Quieres que me case con él? — —Puedo ver en esos ojos que te has enamorado de inmediato de él, así que antes de hacer cualquier cosa, quiero saber si será buen marido, queremos a alguien que cuide de nuestra hija, sé que tú ya tuviste un compromiso una vez, pero Eliha lo rompió al casar a Simón con la hija de un mercader, así que, quizás los dioses te están enviando a este muchacho — ¡Vaya! Eso no me lo esperaba, escuchar esas palabras de parte de su padre me esperanzan aún más, creo que por hoy debo marcharme para buscar a Esther por la mañana, quiero maravillarla, quizás así me presente a su familia de una buena vez y termine aceptándome, aunque no estoy del todo seguro de decirle lo que soy, aunque, ¿Qué podría pasar?    *******            *******    La noche ha sido larga, o quizás sea que estoy demasiado ansioso, estuve experimentando con mi cuerpo humano, si bien estoy dotado de todos los conocimientos necesarios, jamás había tenido estas sensaciones, el libido es algo que incrementa al recordar a Esther, fue inevitable para mi caer en la autosatisfacción al tomar mi falo con mis manos mientras pensaba en ella; las reglas impuestas por mi padre ya no me van ni me vienen, ahora soy libre de ejercer mi sexualidad, mi lujuria, mi lascivia, estos sentimientos tan apasionados solo han despertado por ella. Me encamino hacia el río, necesito bañarme, quiero sentir el agua en mi piel; me quito la túnica y el resto de prendas que me envuelven quedando por completo desnudo, chasqueando mis dedos estas cambian por otras, quiero sorprenderla, las dejo a las orillas del río para después entrar al agua, está algo fría, pero agradable, el amanecer apenas aparece en el firmamento, hoy sabre si soy aceptado por su familia, pero la duda me carcome por dentro, necesito saber si podrá aceptarme como un demonio o será mejor callar —De seda y pieles justas, De una almohada tan profunda y suave, Una paz sin disturbios— Escucho un canto acercándose a mí, me giro y justo ahí ella, su boca cae abierta, sus ojos se muestran sorprendidos, sus mejillas sonrojadas, atino a sumergirme en el agua hasta cubrirme los suficiente, mientras que mis manos inútilmente tratan de cubrir mi m*****o bajo esta, noto como traga en seco, deja caer el cubo de madera y se cubre el rostro con sus manos —¡Dioses! Lo, lo siento, no creí que hubiera alguien en el río, ¡Santa diosa del agua! ¡Qué vergüenza! — Dice apenas, la situación es tan divertida que rompo a reír, ella da un pisotón en el suelo —¡Oye! Jamás he visto un hombre desnudo, ¡soy una doncella! Solo las prostitutas ven a hombres desnudos con tanta naturalidad — —Tranquila, solo creí que nadie rondaría por aquí al amanecer, deja me visto, no quise incomodarte, y, por cierto, buenos días, Esther — Suelto saliendo del agua, chasqueo mis dedos haciendo que mis prendas me cubran de inmediato, es una ventaja de tener estos dones, me aclaro la garganta y camino a paso seguro hasta ella, me agacho tomando el cubo de madera —Ya puedes mirar — —¿Estás seguro? No eres un degenerado ¿Cierto? — Pregunta aun de espaldas cubriendo su rostro con sus manos —Claro que no, podría decirse que soy un buen hombre y jamás me atrevería a ofenderte de esa manera, por favor, confía en mí — —Está bien — Dice soltando una pesada respiración, se gira lentamente y poco a poco descubre sus ojos que aún se encuentran cerrados, trago en seco, debo contenerme, no puedo besarla aún, no tengo su permiso, sus ojos se abren y me sonríe —Gracias, y buenos días, Bal — Su sonrisa cálida le ilumina el rostro dándome una imagen angelical, ¿Cómo es posible que tan hermosa criatura esté condenada a perecer? Saco esas ideas de mi cabeza, yo la salvaré, es mía; Sus manos se extienden hacia mí pidiéndome el cubo —Deja te ayudo con esto, de verdad, solo tengo buenas intenciones — Arquea una de sus cejas aun sonriendo —¿Te gusto? — —Más que eso, me tienes maravillado — Sus ojos se abren cual platos ante mi declaración, veo como parpadea un par de veces —Eres un desconocido, no comprendo ¿Cómo puedo gustarte si apenas me has visto? — —Porque el tiempo no tiene nada que ver con los sentimientos, eso es todo, ahora, vamos, deja lleno esto y te acompaño de vuelta con tu familia, quisiera me permitieran cortejarte — —¿Cortejarme? — Pregunta sonrojándose al máximo, le sonrío y antes de ir a llenar el cubo me acerco y beso su frente —Si, cortejarte, Esther, conozco muchas tierras, muchas que quizás tus ojos no han visto, pero debo asegurarte que en ninguna existe criatura más hermosa que tu — Me alejo un paso viendo su reacción, sus ojos se cristalizan, arqueo una ceja al no comprender del todo su reacción hasta que veo como sonríe y se deja ir sobre mi abrazándome por el cuello, dejo caer el cubo a mi lado y llevo mis manos a su estrecha cintura, su aroma a flores me llena mis fosas nasales y solo puedo suspirar, esta criatura me da una paz increíble al grado de sentirme desarmado  —Jamás me habían dicho algo tan bonito— Susurra ocultando su rostro en mi pecho, llevo una mano hasta su cabeza para acariciarla —Agradezco ser el primero — Respondo mientras mi mano baja por su melena larga que cruza su espalda —Bal, necesito conocerte — —Para eso es el cortejo, Esther, quiero que sepas quien, y lo que soy, yo también deseo conocer todo de la que quisiera aceptara ser mi mujer — —Esposa, quiero ser esposa, no solo una mujer que te sirva para criar hijos — Sonrío ante su respuesta, lo he logrado, quiere ser mía, ahora debo dejar que las cosas fluyan.    *******            *******    —Entonces, Bal, ¿de dónde vienes? — —De las tierras de Canaán, mi padre tenía otro destino para mí, así que decidí hacerme camino y encontrar mi propio destino viajando hasta este lugar — —Tu túnica es muy fina, parecieras hijo de un rey — Dice Isabel, la madre de Esther, si bien pertenezco a la nobleza, no es lo que ellos esperan, pero necesito que crean en mí, un simple cazador no tendría estas vestimentas, y aunque puedo usar mis habilidades para forzar sus pensamientos, no pretendo usarlas en contra de la que considero será mi futura familia —Vengo de familia noble, pero las vanidades no son lo mío, he decidido irme por el sendero de la humildad y volverme un cazador, también se sobre la tierra y la siembra, en mis viajes he aprendido cosas interesantes — —Un yerno sabio, eso es lo que necesitamos — —¡Padre! Aun no me caso con él — —La anciana nos ha dicho sobre tu destino, hija — Responde dando un guiño, estas personas tienen el paganismo muy arraigado, aunque ¿Qué importa ya sus creencias? Todos estamos condenados a los ojos de mí padre, así que creo que quien debe convencerse ahora soy yo, mi mano va hacia la de Esther tomándola, la acerco a mis labios y la beso con mimo —Déjame darte todo lo que tengo — Ella me sonríe ruborizada, me atrevo a levantar mi mano libre y acaricio su mejilla, ella cierra los ojos ante mi contacto —Creo tendremos boda pronto, esposo — —Si, mujer, la familia está creciendo — Dirijo la mirada hacia ellos y me corresponden con una sonrisa —Entonces, ¿me permiten visitarla y llevarla a pasear? — —Si, muchacho, pero está claro el compromiso que haces no solo con mi hija sino con la familia, no nos deshonres— —Soy un hombre de palabra, no fallaré — El hombre asiente y se pone de pie, lo seguimos, Esther aún me tiene tomado de la mano, me da un ligero apretón y la miro, ella me sonríe, creo la he hecho feliz con esto —Anden, debes traerla antes del anochecer — —Gracias padre, madre — Responde Esther, ellos asienten y juntos caminamos saliendo del lugar, este día ha empezado de la mejor forma, juntos caminamos saliendo de la choza, de pronto la piel de mi nuca se eriza, logro reconocer esa energía, su aura obscura, es Asmodeo, seguro quiere saber lo que estoy haciendo, no permitiré que se acerque a mi Esther, ella es mía.    *******          *******    Los días han transcurrido, el invierno cada vez es más cercano, me vi con la necesidad de construir una choza ante la insistencia de los padres de Esther de saber dónde vivo, bueno, es natural, quieren saber a dónde llevaré a su hija luego de nuestro casamiento, esta vida humana me ha dado la tranquilidad que tanto necesito, hoy he decidido mostrarle a Esther un poco de mi esencia, quiero que me acepte en todos los sentidos, ella me ha dado todo, me ha dicho todo lo que piensa, siente y ama y creo merece que yo le corresponda de la misma manera; me encamino hacia el bosque, quiero llevarles otro ciervo como ofrenda, de  pronto ese escalofrío que me avisa que hay alguien rondándome se presente haciendo que me detenga de inmediato —Sal de ahí, deja de ocultarte, hermano — Ante mis ojos la bruma se hace presente, veo como toma forma, me asombro al ver a Asmodeo con apariencia humana, su piel es tan blanca como la mía, su cabello n***o corto y ojos expresivos al mismo tono, una barba un tanto poblada enmarca su rostro haciéndolo lucir un tanto intimidante, ladea su cabeza y se cruza de brazos al verme —Bal — —Asmodeo, sé que me sigues desde hace un tiempo, ¿qué es lo que quieres?  — —Lucifer me ha enviado, somos demonios, si bien no soy un príncipe infernal, yo le debo lealtad a nuestro hermano, así que se me ha encomendado investigar si tú estás con nosotros o en nuestra contra — —Deseo mantenerme al margen de la situación, pero te aclaro que no estoy con mi padre, yo mismo me he arrancado las alas, yo mismo haré mi destino y no pretendo buscar perdón alguno, quiero una vida con la mujer que amo — Asmodeo me da una sonrisa sombría —¿Amor? Hermano, en serio ¿te has enamorado de ella? Deberías probar, el sexo es increíble, puedes tener cuanta amante desees, somos dioses aquí, usa tus habilidades — Frunzo el ceño ante tales palabras, ¿Cómo ser capaz de usar a los humanos? No pretendo cumplir caprichos —Se lo que quiero, Asmodeo y no pretendo dejar lo más valioso por corromperme — —A veces la corrupción te da grandes satisfacciones, pero, en fin, como quieras, lo que quería saber ya lo tengo, es bueno saber que renunciaste por completo a la luz del padre — —¿Es todo lo que necesitas de mí? — —Si, aunque nos seguiremos viendo — Responde dándome una sonrisa, frunzo el ceño y me encamino hacia él, lo tomo por la túnica y lo pego contra un árbol —Escúchame bien, hermano, no te atrevas a tocarle un solo cabello a ella o a su familia o te las verás conmigo, si bien eres fuerte, sabes bien que yo también tengo mis trucos y tengo mayor rango que tú, así que no te acerques a ella y…— —Basta, Bal, somos hermanos, lo que menos deseo es tener problemas contigo, si bien me dejo llevar por la obscuridad de mi alma, también quiero hacer una vida aquí en la tierra al igual que todos, a fin de cuentas, por eso hemos caído y aunque no lo creas, aun te aprecio, a pesar de haber estado del lado de Adriel, no dejas de ser mi hermano preferido — Interrumpe mi amenaza tomando mis manos para deshacerse de mi agarre, su ceño fruncido lo hace lucir una expresión sombría, o quizás sea esa apariencia humana que decidió adoptar, pero veo que por lo menos él apoya la idea de hacer nuestras vidas junto a los mortales, bajo mis manos y retrocedo un paso, él se acomoda su túnica y extiende su mano hacia mi —¿Paz? — Sin dudarlo estrecho su mano y doy una sonrisa de medio lado —Paz, en un mundo tan complejo, prefiero tener a mis hermanos cerca — Asmodeo asiente y una bruma negra se materializa a su alrededor —Nos veremos después, Bal, siento a tu humana cerca, suerte con ella— —Hasta pronto, Asmodeo — Desaparece ante mis ojos, tiene razón, el aura de Esther se aproxima, suspiro, ella es mi calma, me encamino hacia la dirección en la que viene, me escondo detrás de unos arbustos, la veo con una cesta en sus manos, ¿Qué habrá traído esta vez? No tengo idea, pero si estoy seguro que debo de darle más obsequios, no solo animales que cazo para su familia, sino cosas para ella, joyas y demás, lo merece todo; al estar cerca de mi escondite decido salir, ella deja caer la cesta al suelo, creo la sorprendí —¡Bal! ¡Que susto! — —Tranquila, Esther, solo quería verte de cerca sin que lo notaras — Respondo acercándome para ayudarla a recoger la cesta, manzanas, su regalo para mí, la verdad es el primer fruto que he probado estando en la tierra, creo que se ha convertido en mi favorito, sonrío ilusionado al deducir que ella las ha cortado para mi —Arruinas tu regalo — —Yo no lo veo arruinado, gracias, mi amada, Esther — Sus mejillas se sonrojan y me regala una de sus sonrisas, ella se ha convertido en mi mundo —No agradezcas, tengo cosas que decirte, Bal — Nos ponemos de pie y la ayudo con la cesta, ella se acerca a mí y poniéndose de puntas en sus pies me besa la mejilla, a mi lado luce pequeña y frágil, pero es toda una guerrera que tiene la fuerza para cargar, la habilidad para cazar y la inteligencia para hacer una estrategia perfecta —Dime — —Te amo, de verdad, te amo, y mi más grande deseo es que nos casemos pronto — —¿De verdad? — —Si, ¿tú me amas, Bal? — —Con toda mi alma — Juntos caminamos rumbo a mi hogar, pronto me uniré a ella para vivir como lo he estado deseando, una vida humana.  
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