Evidentemente, por más que intento hacerme el desentendido con Linda, está claro que no puedo, es verdad que tenemos un contrato, pero, ¿quién se cree para desafiarme con mis propias cláusulas?. No puedo evitar mirarla de reojo mientras volamos hacia nuestro primer destino, está mujer me está volviendo loco, es como una espina en el dedo pequeño del pie que no puedo sacar y a medida que pasan los días se entierra más y más... ... Ha pasado una semana desde que iniciamos el Tour por Europa, varias ciudades hemos visitado y Linda efectivamente me ha conseguido varios contratos con diferentes concesionarios, varias multinacionales y muchos empresarios de renombre, a pesar de todo no se puede negar que es una mujer bastante eficiente, en este momento nos dirigimos a nuestro último destino Lo