Wynta Entró en su oficina al día siguiente y allí, colgada en su perchero, estaba esa funda de vestido que Jared había intentado darle ayer. Sacudió la cabeza al verla y se sentó en su escritorio, para encontrar una tarjeta sobre su computadora portátil. La leyó: “Aceptarás el vestido, sin compromisos, Jared.” Suspiró mientras lo miraba y luego lo recogió y lo colocó en la papelera junto a su escritorio, sintiendo una mezcla incómoda de irritación y cansancio que no quiso analizar demasiado, cuando Jamie, una de las otras supervisoras del equipo de marketing, se recargó en el marco de la puerta, observándola con evidente curiosidad apenas disimulada. —Veo que has captado la atención de Jared Hayes. Primero te trae un vestido y te recoge para la boda de su hermano, y ahora también te est

