Ariana
Lleve mis manos a la camisa y tape mis pechos, ni siquiera me había fijado que los llevaba apenas cubiertos.
—¿Qué haces aquí Marcia? —pregunté tratando de no mostrar cara de asombro.
En cambio ella caminaba alrededor de mi habitación como si fuera una reina, su mirada era extraña de eso no había discusión.
—Pero que guardadito te lo tenías amiga —dijo llevando sus manos a la colcha que estaba sobre la cama, abrí mis ojos, pues hasta donde sé, ella no me vio.
—¿De qué hablas? —pregunté con mi alma colgando de un hilo, si quieren saber qué son los nervios, es la sensación de querer comerte las uñas y no poder, vaya que ironía.
—Tu lo sabes más que nadie amiga, pero sabes, yo soy buena amiga y no diré nada —dijo, mientras yo solo quería saltar por la ventana, o en su defecto, la
