Podía ver cierta sorpresa en los ojos de Zahid, aunque casi no se veía, pues noté cierto cambio en su mirada. — Nunca me han importado las habladurías de los demás y sé bien que en el fondo eres una buena persona, pero esta sociedad te ha hecho pasar por alguien malo, todo por culpa de la forma como te concibieron. Ya sé bien lo que Farís le hizo a tu madre y lamento mucho que las cosas se dieran así. — Interesante, quién diría que la princesa llorona tiene el valor de tocar un tema que es un tabú en el medio por el que te mueves. Pensé que solo eras una llorona que se lamentaba porque un idiota no la ama de la forma que ella lo ama. — En definitiva, contigo no se puede hablar con cortesía, en fin. Es cierto que me duele el hecho de que Selim no me quiere de la manera que yo lo quiero;

