AGOSTO 2018.
El día en la ciudad cuando llegué estaba tan lluvioso que apenas y los coches podían movilizarse por las calles. Recuerdo que dejé las maletas en la entrada de la casa, apenas en el recibidor y sin haber descansado corrí a sacar mi coche del garaje.
Recuerdo que las manos me temblaban, mi móvil sonaba a cada nada pero me dije a mí misma cuando tomé el vuelo que no leería ninguna noticia para poder pensar con claridad. No quería saber nada por nadie más que no fueran los doctores, y créeme que no fue nada sencillo porque a donde fuera de lo único que hablaban era de ti.
Fue un calvario, Jude, tener ese tiempo previo fue desgarrador porque solo podía pensar en que me querían porque habías fallecido y nadie más que yo podía disponer de tu cuerpo. No me habían dicho cómo esta
