-Alex-
-¿Qué quieres, Adrián?- pregunté sin mirarlo- No estoy de humor ahora mismo- admití.
-Encontré un buen apartamento para ustedes dos- informó y lo miré, su rostro parecía tranquilo pero con una máquina calculadora como mi padre era imposible saber si esa era o no su verdadera cara.
-¿Y cuál es el truco?- pregunté lista para sus jugarretas.
Sacó su teléfono celular y desde la galería me mostró la foto de un chico. Alto, cobrizo, de cabello al rape y los ojos muy celestes.
Su sonrisa era muy falsa y su rolex brillaba demasiado.
-Él es Sebastian, Alex.
-Bien por él- dije arqueando la ceja.
Adrián suspiró.
-Él… será tu esposo.
Me puse de pie de inmediato.
-¿Vas a seguir insistiendo? ¡Creí que ya había quedado claro!¡No me casaré obligada, Adrián, ni siquiera pienso casarme e
