Capítulo 11||

2699 Words
June Becket Descanso, en los próximos tres días descanso, mi cuerpo y mente se relajan, y me mantengo día tras días intentando nuevos diseños de pintura, que con cada intento mejoran. Dejo cada cuadro sobre el sofá, sujeto mi móvil y llaves, y salgo dejando todo bajo llave. El dinero con el que cuento tan solo me alcanza para tomar el bus, por suerte este, me deja a solo unos mínimos pasos del lugar a donde me dirijo. Tomo la tercera parada, y bajo adentrándome minutos después, en el enorme edificio que posee un gigantesco letrero, que abarca las palabras "Centro médico Psicológico". Exhalo profundo tomando los pasillos que me llevan directo a la recepción, donde se encuentran dos chicas tomando apuntes, termino de acercarme, apoyando mis manos contra el espacioso mesón. —Hola, ¿Está la doctora Holly? —Inquiero, la chica se inclina dándole una efusiva mirada a mi rostro. —¿Tienes cita? —Pregunta, tomando sus papeles. —Sí, sabe de mi llegada. —Contesto, la chica le echa un vistazo a su reloj, devolviendo sus ojos a mi rostro. —La doctora Holly ya termino con su horario, no creo que pueda atenderla. —Responde en un tono tosco. —Solo avísele que June Becket esta aquí. —Espeto en el mismo tono, y arquea su ceja tomando el teléfono. —Bien, es una perdida de tiempo, pero ya que insistes. —Murmura marcando la extensión, y volteo, esperando que comunique mi llegada. A diferencia de los hospitales, las personas en los pasillos aquí son casi nulas, los alrededores están desolados, no hay médicos caminando de un lado a otro, y bueno, para ser un hospital psicológico es demasiada la tranquilidad que se respira. —Pasillo 3, oficina nueve. —Me indica la chica, y asiento dedicándole una leve sonrisa falsa. Me sitúo tras la puerta, toco con suavidad, y paso a la habitación en cuanto escucho un pase de parte de la doctora Holly. —¡Cariño, si que has crecido! —Exclama en cuanto me ve, colocándose de pie, abriendo sus brazos para mí, y me voy a ellos sin pensarlo. —Hermosa June, eres la viva imagen de tu madre. —Murmura envolviéndome. —¿Cómo está? —Pregunto alejándome con una sonrisa en mi rostro. —Bien cariño, ¿Cómo has estado tú? Perdí contacto con tu madre, nunca supe donde vivían. —Susurra apagando su tono, toma asiento, y me indica con su mano que lo haga igual. —He estado bien, y lo sé... Encontré su contacto en la agenda de mamá. —Contesto entrelazando mis manos sobre mis piernas. La doctora Holly y mi madre, fueron muy buenas amigas en el pasado, solíamos ir al parque juntas, tiene una hija llamada Hilary, de la cual no se nada, ya que después de la muerte de mis padres perdimos todo contacto, Holly y mi madre se conocieron en la secundaria, nunca nos visitó directamente a nuestra casa, ya que mi padre y su esposo solían tener problemas, por lo cual siempre evitaron las visitas en casa. —¿Qué es lo que pasa, cariño? Me alegra como no te imaginas el que me hayas llamado, pero el que hayas pedido una cita, me trae preocupada. —Dice, y me apoyo hacia atrás acomodando los mechones de mi cabello. —Quiero consultarme, se que debí hacerlo hace tiempo, tengo sueños y extraños recuerdos del pasado continuos, y cada que despierto... Lo hago en medio de lágrimas. —Confieso en un tono bajo, Holly se inclina tomando una pequeña libreta de su gaveta. —Si te causan daños, no son sueños, son pesadillas, cariño. —Contesta, apuntando en una hoja en blanco. —Hay algo en estas pesadillas, quizás están tratando de hacerte recordar algo que olvidaste, quizás están tratando de decirte algo, quizás suene loco para ti, pero todo esto es muy posible, June. —Especula, y llevo una de mis mano a mi rostro estresada. —Dime, ¿Qué es lo que ves exactamente en tus sueños? —Recuerdos, momentos con mis padres, con mi ex mejor amigo. —Respondo en un murmuro, mientras ella continúa apuntando todo. —Necesito que me detalles cuales son exactamente esos recuerdos. —Pide, y asiento, haciendo lo que me pide. —Todo esto resulta confuso, necesito hacerte unos análisis, para confirmar que todo está bien física y mentalmente. —Espeta, realizando una indicación con mi nombre y apellido, y levanta su rostro en cuanto termina de anotar. —¿Es todo lo qué te preocupa? —Inquiere enfocando los ojos en mi rostro, y niego apoyándome contra el escritorio. —Mis sentimientos, creo que algo está mal con ellos. —Admito en un susurro avergonzada, y ella asiente, esperando a que continúe. —Mi mejor amigo y yo tuvimos una relación algo compleja. Tenía novia y, él y yo... —Eran amantes. —Completa, cortándome. —¿Te enamoraste de él, no es así? —Cuestiona con interés, y niego cerrando mis ojos. —¿Entonces qué sucedió? —Siempre me ha tratado como una prioridad en su vida, pero las cosas cambiaron, se enamoró de su chica, dejo de darme importancia, y me sentí tan sola, decepcionada, y llena de rencor. —Escupo, dejando todo salir, Holly pone atención a cada palabra, continúa tomando apuntes de vez en cuando, y asiente cada que termino. —La relación entre los dos se volvió compleja por que ustedes así lo decidieron, creo que el dejar de ser su centro de atención es lo que más te ha lastimado, él que haya elegido ciertas cosas antes que a ti, deben tener una conversación, aclarar todo entre ambos, y reiniciar una relación sana, ¿Estás de acuerdo? —Inquiere y asiento algo dudosa. —Creo que es algo necesario para tu crecimiento, June. —Articula, y asiento. —¿Algo más te está preocupando, cierto? —Pregunta, buscando mis ojos. —Necesito saber todo lo que te atormenta, si no lo dejas salir, no podré ayudarte. —También tuve un novio, lo engañé con Mike, incluso con el mejor amigo de Mike, pero cuando lo hice, juro que ya estaba decidida a terminar nuestro noviazgo. —El atisbo de sorpresa en el rostro de la doctora, no me pasa desapercibido, y bajo mis ojos a mis manos, esperando su reproche. —No estuvo bien lo que hiciste, ¿eso es lo qué esperas escuchar? Y bueno es cierto. —Contesta en un tono suave, tomando una pausa. —Pero fue algo inevitable, ya que tu primera relación no fue sana, y no digo que este bien ni mucho menos que sea aceptable, lo que si me hace sentir aliviada es el que hayas tomado la decisión de venir hacia aquí. —Extiende su mano, y la tomo extendiendo su sonrisa. —Perdiste a tus padres muy joven, June, no tuviste esa guía, esos consejos paternales que todo adolescente necesita, pero te prometo que voy a ayudarte con esto, los consejos y guías que necesitas, lo tomaré como mi responsabilidad. —Manifiesta, y asiento algo aliviada. El saber que todo este desastre que vive en mí, tenga solución, me hace sentir algo aligerada. —Fijaré tu cita para el próximo viernes, empezaremos con nuevos análisis, y simples pero útiles consejos, ¿Está bien? —Comenta y vuelvo asentir. —Aquí tienes. —Me extiende la nota con las indicaciones y datos, y la tomo dejándola en mi bolsillo izquierdo delantero. —Gracias... —Murmuro una vez que me coloco de pie. —Voy de salida ahora, ya es algo tarde, pero... ¿Te gustaría acompañarme? Hoy es el cumpleaños de Hilary, y mi esposo y yo le preparemos una cena, y estoy segura de que a Hilary le encantará verte. —Dice, y aprieto mi móvil contra mi bolsillo incómoda. —El padre de Hilary, no creo que le guste... —Susurro y suelta una sonrisa amable. —El padre de Hilary y yo, nos divorciamos hace años, estoy casada con un hombre espectacular ahora, nada que ver con el gruñón de Hilton, te lo aseguro. —Vocifera. —Ya, anda di que sí. —Insiste con una sonrisa, y me apena que lo haga, por lo que asiento, sin darle más vueltas. —¡Gracias, cariño! —Exclama con una sonrisa. No tengo nada que hacer en casa, tampoco me queda mucho de comer que digamos, por lo que acompañarla no me resulta una mala idea. Espero que recoja sus cosas, apoyada en la esquina de la puerta, y en cuanto termina salimos caminando hacia el parqueo, donde yace su coche, desactiva las alarmas, y nos adentramos, dejo mi cabeza recargada contra la ventana, y, me mantengo observando hacia fuera bajo silencio durante todo el transcurso. Se detiene largos minutos más tarde frente a una casa algo grande con tonos cremosos, y un jardín hermoso. Bajamos, Holly se apresura en abrir la puerta con una sonrisa, y la sigo bajo un silencio, incómoda. —Relájate cariño, estás en tu casa, espera aquí. —Me dice, dejando su bolso sobre el sofá. —¡Amor! —Exclama yéndose a lo que parece ser la cocina, y exhalo con suavidad, apoyando mi cabeza contra el espaldar del sofá. Escucho pasos a mi espalda, y volteo por instinto, atragantándome con mi propia maldita saliva al instante. —¿Qué carajos haces aquí? —Expulsa la voz fría y cortante de León. Viene bajando las escaleras con el cabello húmedo, jeans y una polera verde guardia. —Lo mismo me pregunto. —Espeto en un susurro, sin quitar mis ojos de su rostro. —No tengo por que... —Una tercera voz lo interrumpe. —¿Así que tú eres la hermosa June? —Inquiere un hombre alto de ojos azules, caminando hacia a mí junto a Holly, manteniendo su brazo sobre su hombro con una sonrisa. —Encantado, soy Marcus, esposo de está bella dama, padrastro de Hilary, y padre de ese individuo. —Escupe señalando a León, provocando que un gesto de sorpresa se plante en mi rostro. —Igual, mucho gusto. —Contesto tomando su mano. —León, June. —Nos presenta Holly, y asiento sin contestar nada. —Ya nos conocemos. —Contestar él, provocando que los gestos de sorpresa se planteen en sus rostros. —¿Es enserio? Eso es estupendo, es increíble lo chico que a de ser el mundo. —Expresa Holly con un tono entusiasmado, y continuo removiéndome con cada vez más incomodidad. —Hilary está a punto de llegar, le pedimos a su mejor amiga Valery que la sacará de compras, terminaremos de arreglar la mesa, como ya dije estás en tu casa, June. —Comenta con una sonrisa, dándose la vuelta, marchándose a la cocina. León se inclina tomando un par de llaves de la pequeña mesa, su padre se acerca posando su mano sobre su hombro. —Tenemos un trato, luego de la cena puedes marcharte si así lo quieres, eres como un hermano para Hilary, el que estés presente este noche, la hará muy feliz, hijo. —Susurra solo para él, pero soy capaz de escuchar. León no contesta nada, su padre se aleja, y luego de dedicarme una leve sonrisa, se marcha a la cocina igual. —León. —Le llamo en cuanto toma el primer escalón de la escalera, él voltea con un gesto neutro. —Siento mucho lo que paso entre Valery y tú, no lo sabia, Camila me lo ha dicho hace poco y... —No tienes nada de que disculparte, no ha tenido nada que ver contigo, y ya es asunto olvidado. —Espeta tomando las escaleras, y dejo que se marche, colocándome de pie e yendo a la cocina. Holly esta removiendo algo sobre el mesón, mientras su esposo saca algo del horno, me acerco del todo. —¿Hay algo en lo qué pueda ayudar? —Inquiero, posandome frente a ella. —Cariño, no quiero molestarte, perdona que te haya dejado sola, pensé que León iba a acompañarte pero conociéndolo es claro que no. —Escupe en un tono bajo. —No me molesta, me gustaría ayudar. —Contesto, y sonríe entregándome una bandeja con galletas. —Podrías por favor, arreglarlas de acorde al sabor. —Me pide y asiento, tomándolas. Su esposo toma el pastel, para llevarlo a la mesa, ella continúa removiendo lo que parece ser una ensalada. —Perdona la pregunta cariño, pero ¿Dónde se conocieron León y tú? No tiene amigos, es sumamente antisocial es poco lo que comparte con nosotros, y después de Valery eres la primera persona que conozco cercana a él. —Comenta, moviéndose a mi lado. —Es amigo de Mike. —Susurro tomando las galletas de chocolate. —No puede ser, ¿Es de él de quién me hablaste? —Inquiere llevando su mano a su boca, y me acerco pidiéndole que baje la voz. —Perdona, perdona, es que no lo puedo creer. —Murmura con una sonrisa avergonzada, y asiento restándole importancia. —Esto es... —Su esposo vuelve a entrar apresurado, cortando sus palabras. —¿Ya llego? —Pregunta ante su estado, y el asiente de inmediato. —Lleven el resto a la mesa, ya esta bajando. —Pide, y ambas asentimos, llevando todo lo que resta, León volvió a bajar, esta sentado sobre el sofá con su móvil en mano, y no me repara en cuanto paso, en cambio cuando la puerta es abierta, si levanta su mirada. —¡Leoo! —Grita la pelinegra Hilary yéndose a su encima en cuanto entra. —Que bueno que estés aquí, me iba a enojar mucho si no pasabas a felicitarme, eh. —Comenta abrazándolo, él se separa removiendo su cabello. —Es obvio que iba a venir, tonta. —Contesta en un tono suave que me sorprende. Ella sonríe con autenticidad, y abre sus ojos con exageración en cuanto nota, y detalla mi presencia. —Oh dios mío, ¿¡June!? —Exclama acercándose, y asiento con una sonrisa. —¿Cómo estas, Hil...? —Inquiero, pero antes de que pueda terminar, me envuelve en sus brazos. —No lo puedo creer, este es el mejor cumpleaños de todos. —Vocifera separándose, detallando mi rostro, Hilary desde siempre ha sido la persona mas cariñosa y amable. —Te has vuelto tan hermosa... —Murmura, tocando mi rostro. —Tu igual. —Contesto con una media sonrisa, provocando que sonría igual. —Tengo tanto de que hablarte, y también quiero que me cuentes todo. —Expulsa llevándome al comedor, y trato de desviarla para no arruinar su sorpresa. —Tranquila ya lo se, mamá y Marcus, no es que sepan mucho disimular. —Comenta, y suelto una risilla acompañándola. —Ah León, ve y ayuda a Valery con las bolsas, ¿Sii? —Pide en un tono dulzón, León arquea su ceja de inmediato. —Anda no seas así. —Insiste, y en cuanto se pone de pie guardando su celular, toma mi mano, arrastrándome al comedor. —Es su ex novia, están recién separados, pero ambos mueren por volver. —Me dice, y asiento como si no supiera. Entramos a la cocina y su madre y padrastro detienen lo que están haciendo de golpe. —¡Sorpresa amor! —Exclama su madre en una pose ridícula, y volteo ocultando la sonrisa que emerge de mis labios. Hilary finge un gesto de sorpresa, y se acerca a abrazar a ambos con una sonrisa, terminamos de acomodar la mesa juntos, León y su novia no tardan en unirse, la última con un gesto de desagrado y confusión, el cual mantiene durante toda la cena. La comida sabe sumamente deliciosa, las charlas me resultan interesantes y divertidas, participo de ellas de vez en cuando, León es el único que se mantiene en silencio, y en cuanto terminamos, la madre de Hilary va por una botella de vino a la cocina. La buena vibra que transmiten, hace que mi corazón sienta algo de alegría, la ultima vez que sentí esta sensación tan cálida y acogedora, fue hace tantos años.
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD