Capítulo 2||

1541 Words
June Becket Minutos quizás segundos, en realidad no se cuanto tiempo pasa exactamente para que la risa seca y escandalosa de Mike rompa la pequeña tensión del momento, tensión que al parecer solo estoy sintiendo yo. —Déjate de boberías June, si lo que querías era hacerme reír, misión cumplida. —Espeta con seriedad dejando su risa mal fingida de lado. —Ahora desnúdate, voy a tomarte como tanto te gusta. —Susurra lo último y mis malditas entrañas se estremecen con tan solo escucharlo, la imagen de sus pectorales tatuados y duros tampoco ayuda mucho que digamos. —No son boberías Mike, hablo en serio. —Aclaro poniéndome de pie. —Will y yo hemos formalizado nuestra relación como novios y también quiero formalizar la nuestra como mejores amigos. —Se ríe. —j***r, ¿Una semana y media sin mí y ya se te esta afectando el cerebro? —Inquiere con burla. —¿No tienes claras las cosas, June? —Vuelve indagar. —No se me esta afectando el cerebro Mike, simplemente necesito... —En dos pasos lo tengo frente a mí. —¿Sabes lo que necesitas? —Cuestiona interrumpiendo mis palabras, llevando sus manos a mi cuello, no contesto. —Una buena follada que te aclare la mente, loca. —Termina de decir para tirar de mí con su mano en mi cuello, llevándome contra su boca, devorando mis labios sin perder el tiempo, sin darme paso a escapar, retroceder o rechazarlo. Su lengua lame mis labios con lentitud, lleva su mano libre hasta debajo de la falda, dejándola sobre mi trasero, pero esta vez no para apretarlo, tira de mis bragas tan bruscamente sin dejar de besar mis labios que termina haciéndolas trizas. Se separa de mí y me tira contra la cama dejándome con la respiración desbocada, a pesar de que no le he correspondido el beso. —Mike, estoy hablando en.... —Abre mis piernas ignorando completamente lo que digo. —No lo ha...—Trato de decir haciendo uso de la poca cordura que me queda pero su lengua se desliza por mi interior húmedo antes de que pueda terminar dicha oración, la cual ahora no recuerdo. Lame mis pliegues todo mi interior húmedo con una devoción y desespero, que no hacen más que volverme loca. —Joder... —Gruño llevando mis manos a su cabello, presionándolo contra mí, adiós cordura, adiós fuerza de voluntad. Saca su rostro de mi interior y se pone de pie, termina de eliminar la ropa restante dejando todo, absolutamente todo lo que me gusta y me encanta a mi merced y vista, se sube sobre mí encajando de inmediato su erección en mi interior, mientras que mi respiración esta desestabilizada y yo no hago más que respirar por mi boca e esperarlo, lo deseo, ¡Siempre lo deseo tanto, maldita sea! —¿Qué decías? —Frota su erección contra mi interior húmedo, dilatado y deseoso. —Olvida lo que dije, idiota. —Respondo aún desestabilizada, llevando mis manos a sus hombros y atrayéndolo a mí para besarlo. —¿Olvidar? —Inquiere con burla separándose de mis labios. —Ni siquiera recuerdo una puta mierda de lo que decías. —Escupe con una sonrisa mientras se desliza en mi interior lentamente, disfrutando de la bienvenida jugosa que le da mi coño. Termina de entrarla toda para volver a sacarla y entrarla con mucho más fuerza y presión. —Escucha, June. —Murmura con su voz más ronca de lo habitual sin dejar de estocar mi interior, me muerdo los labios para dejar de chillar como perra demoníaca y mirarlo a los ojos. —No vuelvas a decir tonterías, esto —Me estoca con mucho más fuerza. —Es para siempre, ¿Ok? No logro conectar mi cerebro con mi lengua, no con las maravillosas estocadas que me esta dando. —¿Esta claro? —Vuelve a inquirir  apretando uno de mis pechos con una rudeza que me hace jadear involuntariamente. —¿Se supone qué, esto es lo qué hacen los mejores amigos? —Cuestiono en su lugar jadeante, aún con mi voz sumamente sofocada. —Llevamos años haciéndolo ¿Y ahora lo preguntas? —Inquiere él riendo, a la vez que lleva su boca a uno de mis senos. —Pero sí te hace sentir mejor, por supuesto, esto es lo que hacen los mejores amigos como tú y yo, June. —Vuelve a decir mirándome a los ojos. —No, no ahora, cuando yo tengo novio, no deberíamos. —Susurro con seguridad, recordando al chico que deje fuera hace poco, seguridad que no me es suficiente para removerlo de encima de mi cuerpo. —También hacíamos esto cuando yo tenía novia June, ¿Por qué debería  detenerme ahora? —Indaga él con una sonrisa de lado dibujada en su rostro, dejándome sin respuesta, dejándome sin aliento cuando vuelve a estocarme con fuerza. Continúa embistiéndome con potencia, sin dejar de sonreír con autosuficiencia, no me molesto en borrarle dicha sonrisa, simplemente dejo que me haga suya como él quiera, mientras él se inclina para chupar mi labio inferior. —Tú eres mía. —Susurra contra mí, envuelto en la pasión,  mordiendo mi labio de manera posesiva. —¿Mike, cariño? —Escucho la voz de Sofia llamar a través de la puerta. ¡Y j***r!, ¡¿Por qué putas viene ahora?! Intento empujar a Mike de mi encima pero no lo permite, sujeta mis manos contra la cama y vuelve a acercar su rostro a mis labios. —No vamos a dejar esto a medias. —Susurra con un jadeo. —Pero Sofia... —Me interrumpe. —Puede esperar. —Dice para seguido bajar su boca a mis pechos nuevamente, los lame, succiona y muerde una y otra vez, hasta dejar leves marcas que luego tendré que ocultar. —Mike, se que llegaste enojado cariño. —Continua hablando Sofia. —No debí insistir con que conocieras a mis padres, se que es pronto para ti, pero quiero que entiendas que te amo, en serio no quiero que estemos peleados. —Susurra ella con un sollozo bajo pero audible para ambos. Mike continúa magreando y chupando mis senos, sin parar de estocar mi interior con total descaro. —No me voy a mover de aquí hasta que hablemos. —Vuelve a decir ella, activando mis nervios. —Dile algo... —Susurro extasiada lo más bajo que puedo al ver que no reacciona, ni se molesta en decir algo. —Estoy tratando de tener un orgasmo ahora, Sofia. —Le espeta él con una sonrisa burlesca viéndome directamente a los ojos, esperando una reacción de mi parte, la cual llega de inmediato. —¡¿Estas loco?! —Logro articular en un susurro. —¿Qué? —Responde ella con la voz rota. —Estoy bromeando, espérame abajo. —Vuelve a decirle rodando sus ojos. —No bromees así Mike. —Solloza. —Voy a esperarte adentro, así que abre la puerta. —Pide ella, ahora con clara molestia. Mike llena sus manos con mis senos para luego deslizar su lengua sobre ellos. Estoca mi interior una vez más derramando todo su eyaculación en mi interior, jadeo bajo al sentirla tibia y muerdo mis labios cuando el orgasmo me toma presa del éxtasis y la excitación.  —¿Mike? —Vuelve a llamar Sofia. —En el cajón hay anticonceptivos. —Me dice, señalando con su cabeza la mesa junto a la cama e ignorando por completo las palabras de la pobre e ingenua Sofia. —Ok. —Me limito a responder. Se sale de mi interior, se pone de pie y toma una toalla para envolverla en su cintura. —Ahora bajo, Sofia. —Finalmente responde acercándose a la puerta. —Esta bien. —Susurra ella resignada, cuando escucho sus pasos alejarse, me relajo. —Espero que las cosas te hayan quedado claras. —Me espeta él serio, observándome y no le respondo nada. —Ya puedes largarte a trabajar. —Vuelve a decir para en seguida meterse al baño. Siempre tan idiota. Me pongo de pie y vuelvo a colocarme el uniforme tan pronto como puedo. Sofia es una pobre ingenua, no me causa lastima en lo absoluto, no es una mala chica pero su comportamiento infantil suele ser irritable para mí a veces, bueno, casi siempre. Will... Ni siquiera quiero pensar en él, no me merece al igual que Sofia no merece a Mike, los dos somos un total y completo desastre. Me voy abajo antes de que Mike salga, antes de que los chicos empiecen a preguntarse por mí. Nuevamente camino ignorando las miradas pervertidas y asquerosas, esquivando cada una de ellas, hasta llegar a la barra, donde solo Ney está sirviendo los tragos, Camila está con Sofia en una esquina controlando sus sollozos, me acerco hasta ellas con mi mejor cara preocupada. —¿Qué sucede chicas? —Cuestiono observándolas, Sofia se pone de pie de inmediato. —¡¿Eres tú cierto?! —Inquiere ella gritándome, posándose frente a mí con las lágrimas regadas en el rostro. —¿De qué estás hablando? —Pregunta Will acercándose de la nada. Mi respiración se vuelve pesada al instante. ¡Mierda!
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD