“Del fanatismo a la barbarie sólo media un paso”. —Denis Diderot
La mujer de la túnica roja avanzó por la pasarela del templo, se trataba de un pasillo estrecho y bastante largo que conectaba las salas principales bordeando uno de los jardines, blancos y gruesos pilares soportaban la estructura, el techo no estaba tan alto, su coloración roja en combinación con las llamas de las antorchas, daban la ilusión de avanzar por el infierno mismo, visto desde cualquier extremo parecería una de esas sucesiones de espejos infinitos que se dibujan al poner uno frente a otro.
El paso presuroso de aquella mujer de rojo contrastaba con su gran elegancia, había recorrido un largo camino y ahora necesitaba corroborar la información que de antemano ya sabía, sus pasos resonaban en el mármol del piso deja
