( … ) Abrí los ojos lentamente. No había ruido, no se percibía ningún movimiento. Mi vista estaba medio borrosa, mi cabeza dolía mucho. De nuevo sentía unas fuertes ganas de vomitar y todo lo que recuerdo, es haber ido a la clase de teoría médica básica, lo demás, no lo recuerdo. Estaba confundida, no sabía qué hacía aquí… aún no miraba con claridad del todo, pero podía asegurar por las luces fuertes que golpeaban mis ojos y por el estruendoso olor a alcohol, que estaba en el hospital. Me logré sentar en la cama, lastimando un poco la mano en la que tenía la intravenosa , tallé mis ojos y al abrirlos una vez más, noté que en realidad no estaba sola. Mi padre estaba sentada al pie de la camilla, sostenía un papel en la mano y estaba clavado leyendo una y otra vez algo escrito ahí. — P

