El día podía haber sido mucho peor, pues no tenía dinero, teléfono, ropa y estaba sola. Seguramente mi familia ya se había comenzado a preocupar, o posiblemente no porque seguramente Dave ya les había dicho de su gran hazaña. Daba igual, pese a que el silencio era mi único compañero, me sentía bien y me sentía en paz. Creí que en algún momento la culpa de pensar en Adrien o de pensar en Eliana, llegaría, creí que al estar acompañada de nada más que él silencio y mis pensamientos; una mala combinación entre auto desprecio y dudas, debo decir, harían que me sintiera mal. Pero no. Me sentía tranquila y en calma. Esas calmas que no se cortan con nada y que te llenan el pecho de tal forma, que puede llegar a provocarte miedo de que en algún momento acaben y todo salga mal. Más de tres me

