twenty. risky behaviour

1751 Words
- veinte. - - 'Comportamiento arriesgado'- . . Mirándote desde el otro lado de la mesa . . No es solo la comida lo que quiero devorar . . ━━ CUANDO LA SRA. COOPER invitó a Miranda a una cena anual que organizó en su casa, Miranda se apresuró a inventar una excusa poco convincente de por qué no podía asistir, es decir, hasta que descubrió que los Lodge también estaban invitados. Al ver la cena como una oportunidad para divertirse mucho, accedió a venir. Entonces, después de alisar su vestido de cualquier arruga y arreglarse el cabello, llamó al timbre y sonriendo a la Sra. Cooper cuando la abrió. ─Miranda, estoy tan feliz de que pudieras asistir, pero ¿dónde están tus padres?─ Dijo la Sra. Cooper, asomando la cabeza por la puerta. ─Fuera de la ciudad─ Dijo Miranda ─Pero traje galletas─ Levantó una bandeja de galletas Pillsbury recién hecha. ─Genial, adelante─ Cuando Miranda entró en la casa de los Cooper, la encontró llena de gente relevante en la ciudad. Cheryl, Reggie, Archie, Josie, Valerie, Tony, Jughead, Veronica y sus padres estaban todos allí. Miranda observó la casa hasta que encontró a Hiram hablando con el padre de Jughead. Ella lo miró a los ojos y trató de acercarse, pero Betty se la llevó a rastras. ─Esa no es una buena idea─ Dijo Betty, llevándola a la sala de estar donde todos sus amigos estaban sentados alrededor de un juego de Jenga. ─No puedo evitarlo, me siento imprudente─ Dijo Miranda. ─Hola, Miranda─ Dijo Reggie, palmeando el asiento junto a él. Ella le resulta sorprendente antes de sentarse entre él y Josie. ─Hola, soy Miranda─ Dijo, volviéndose para estrechar la mano de Josie ─No creo que nos hayamos conocido antes─ ─No ha habido un buen número musical del que realmente quisiera formar parte─ Josie se encogió de hombros ─Quiero decir, seamos honestos, arruinaría mi carrera si me obligaran a cantar con esta gente. Están más sintonizados que el viernes de Rebecca Black─ Miranda quería estar de acuerdo, pero podía sentir los ojos de Veronica y Cheryl abriendo un agujero en Josie. ─¿Y yo Josie? Puedo cantar, ¿no?─ Pregunto Archie, sacando una guitarra de detrás de su espalda y comenzando a cantar ─Podemos dejar las luces de Navidad encendidas hasta enero...─ ─Vaya, la única razón por la que querías cantar era para poder tener a tu profesora de música─ Josie puso los ojos en blanco y Archie guardó su guitarra con el ceño fruncido. Fue entonces que Miranda decidió que le gustaba Josie. ─Oye, Josie, tengo una pregunta─ Dijo Miranda ─Hay tres Pussycats, tú y Valerie, pero ¿quién es la tercera?─ ─Para ser honesta contigo, no tengo ni idea─ ! - ! - ! - ! - ! - ! - ! - ! Después de un intenso juego de Pictionary, Miranda dejó el grupo para ir a buscar algo para comer, pero lo que encontró fue aún mejor. Observó cómo Hiram caminaba por un pasillo vacío y entraba en una habitación para atender una llamada. Era arriesgado, había mucha gente alrededor, pero a ella no le importaba. Esperando hasta que nadie la mirara, se apresuró a entrar en la habitación donde él estaba y cerró la puerta detrás de ella. Al llamar a alguien, la miró con sorpresa, pero continuó hablando. Mirándolo inocentemente, se acercó a él y trató de besarlo, pero él lo esquivó y continuó su conversación. Sus ojos le lanzaron una advertencia, pero a ella no le importó, solo lo deseaba. Entonces, ella besó su cuello en su lugar, rozando lentamente su mano por la mitad de sus pantalones. ─Te llamaré después─ Dijo Hiram, terminando la llamada telefónica y tomando su mano ─¿Qué estás haciendo, Miranda?─ ─¿Qué parece que estoy haciendo?─ Dijo, tratando de besarlo de nuevo. Esta vez él la dejó, pero solo por un momento. ─Es demasiado arriesgado aquí─ Dijo, mirando la puerta cerrada. ─¿Y?─ Dijo, tomando asiento en el escritorio detrás de ella y tirando de él hacia ella por la corbata. ─Y no eres buena para quedarte callada─ ─Te prometo que lo estaré─ Dijo. Miró la puerta cerrada por última vez antes de suspirar derrotado. ─Date la vuelta─ Le ordenó. Miranda se deslizó del escritorio antes de darle la espalda. ─Ahora inclínate─ Dijo, desabrochándose el cinturón. Se inclinó sobre el escritorio y apoyó los antebrazos contra la madera. ─Buena chica. Si haces demasiado ruido, me detendré. ¿Entiendes?─ ─Sí─ Dijo ella, oyendo cómo se abriría la cremallera detrás de ella. Le subió el vestido antes de bajarle la ropa interior hasta las rodillas. Lentamente, empujó dentro de ella. Apoyando la frente contra el escritorio, exhaló de placer. La empujó con más fuerza la próxima vez y luego más rápido y luego con más fuerza. Se mordió el labio con fuerza, tratando de permanecer lo más callada posible mientras su cuerpo se sacudía contra el escritorio. Afortunadamente, la conversación afuera fue suficiente para ahogar la mayor parte del ruido porque en una casa tranquila, habría sido muy obvio lo que estaba pasando. Miranda clavó las uñas en el escritorio y gimió, no pudo evitarlo. ─Oye, ¿qué dije?─ Dijo con los dientes apretados, tratando de hacer el menor ruido posible él mismo. ─No pares─ Suplicó. No podía permitir que él se detuviera ahora, no cuando ella se estaba acercando. Él tampoco parecía querer detenerse, solo iba más rápido después de sus palabras. Jadeando de placer con cada fuerte embestida, estaba tan cerca. ─Creo que se fue por aquí─ Dijo la Sra. Cooper, sus pasos acercándose a la habitación en la que estaban. Rápidamente, Hiram se apartó de ella y se subió su bóxer y el pantalón. ─Mierda─ Susurró Miranda, subiendo su ropa interior y corriendo hacia la pared donde estaba la puerta. La puerta se abrió, escondiendo a Miranda detrás de ella cuando la Sra. Cooper miró hacia adentro. ─¿Qué estás haciendo aquí?─ Le preguntó a Hiram que parecía que acababa de hacer ejercicio. ─Estaba tomando una llamada telefónica─ Dijo, con cuidado de no hacer contacto visual con Miranda para no revelar su escondite. ─Está bien, la cena está lista─ ─Ya salgo─ Asintió Hiram antes de que cerrara la puerta. Después de que sus pasos estaban lo suficientemente lejos de la puerta, Miranda dejó escapar un suspiro masivo que estaba conteniendo. ─Está bien, tal vez fue demasiado arriesgado─ Dijo. ─Ella también era una idiota en la secundaria─ Dijo, acercándose a ella. ─¿Qué?─ Miranda río. Colocando sus manos en su cintura, bajó los labios y el beso. ─Quería que mi oficina fuera el primer lugar donde te inclinara así─ Dijo. ─Tal vez esa vez llegue a terminar─ Dijo, esperando un poco antes de salir también. Miranda se sentó en la mesa y observó cómo Hiram se abría paso alrededor de la mesa y se sentaba a su lado. Veronica se sentó al otro lado de él, mientras Archie se sentó frente a Veronica. Frente a Miranda estaba Betty y junto a ella estaba Jughead. Todos los asientos pronto se llenaron hasta que quedó uno frente a Hiram. Reggie llegó tarde para unirse a ellos, así que, con un trago nervioso, tomó asiento frente a Hiram. Cuando comenzó la cena, Miranda miró a Hiram, mordiéndose el labios con una mirada en sus ojos que decía que no quería nada más que él la follara. Ella lo vio tragar saliva mientras la miraba, mordiendo su comida. La quería ahora mismo, justo encima de la mesa si podía salirse con la suya, pero estando en la situación actual, sabía que ni siquiera podía mover ni una pulgada en la dirección equivocada. Betty pateó a Miranda debajo de la mesa, advirtiéndole que había estado mirando a Hiram durante demasiado tiempo. Molesta, se metió en la boca puré de papas enfadado con una cuchara. Ella lo deseaba y lo deseaba ahora. Pero si no podía mirarlo, tendría que tocarlo. Con su mano libre, lentamente deslizó su mano sobre sus pantalones haciendo congelar a la mitad de la mordida. ─Miranda─ Dijo la Sra. Cooper ─¿Cómo te ha estado tratando Riverdale hasta ahora?─ ─Genial─ Dijo Miranda, deslizándose aún más en sus pantalones ─Todos han sido muy amables─ ─Es agradable escuchar eso─ Hiram gimió cuando Miranda lo frotó a través de sus pantalones. Miranda tuvo que reprimir una sonrisa cuando todos se volvieron para mirarlo. Betty, especialmente, se veía profundamente perturbada. ─La comida─ Gimió Hiram ─Es tan buena─ ─Eso es bueno─ Dijo la Sra. Cooper y cambió de tema. ─Papá, no seas raro─ Le dijo Verónica. Hiram le lanzó a Miranda una mirada furiosa, pero ella simplemente lo ignoró. Eso parecía haber sido lo incorrecto, porque pronto sintió que la mano de él se deslizaba por su pierna. No podía decir que no lo quería. Sus dedos hicieron aún lado su vestido y su ropa interior. Ella se arrepintió mucho por debajo de ella por haberlo tocado alguna vez porque sabía que ahora la esperaba. Frunciendo el ceño con placer mientras él la frotaba debajo de la mesa, ella mordió un moño para evitar hacer un sonido. ─¿Estás bien, Miranda?─ Preguntó Reggie. ─¡Sí!─ Ella chilló ─Me encanta el pan─ ─Está bien...─ Dijo, volviendo a su comida. Si Hiram seguía adelante, lo habría perdido por completo. Necesitaba que se detuviera, pero quería que continuara. Simplemente no allí. ─Lo del pan, Reggie─ Dijo Miranda con la cara sonrojada, ganando su atención de nuevo ─Es que a veces solo necesitas detenerte. Como en serio, distensión. Distensión. Antes de que vaya directo a tus caderas─ ─Um, es bueno saberlo─ Dijo Reggie, volviendo a su comida. Afortunadamente, Hiram había recibido el mensaje y dejó de tocarla, pero su mano aún permanecía en su muslo. Después de todos estos juegos, definitivamente iba a encontrar la manera de pasar la noche en su casa.

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