—Te estaba esperando...— Vanko cruzado de brazos apoyados en el capo de su camioneta observa a la morocha quedarse con un pie elevado antes de subir las escaleras hacia el gran edificio que tienen en enfrente.
Ella lo había observado, pero esperaba no ser reconocida por el musculoso al que su amiga criticaba todo el tiempo. —Supongo que te estás equivocando de persona.— Sonríe irónica.
Él chasquea la lengua cuándo la mira acariciando su barbilla. —Yo nunca me equivoco cuándo encuentro las personas que busco.— Le guiña un ojo.
Zenda se da media vuelta quedandose en el escalón.
—¿Y que se supone que el Delta de la manada quiere?— Arquea su cejas en su dirección sin acercarse hacia donde él se encuentra.
Y eso está bien para él, porque tampoco se acerca hacia dónde la morocha lo sigue mi
