Capítulo 7

4662 Words
—¡No me toques, perro!— Lo mira con recelo. Egan sonríe quitando las cuerdas de su cuerpo para corroborar que las mismas no la habían dañado. Y para su suerte así era. La castaña se encontraba en perfectas condiciones, a pesar de lo débil que se sentía por la marca, pero aquello no era nada más y nada menos que algo que generaba en el castaño orgullo. —¿En serio otra vez con eso?— Suspira rodeando los ojos para tomar asiento en la cama frente a ella. —¡No tengo otra manera más que llamarte!— Le recuerda arqueando sus cejas. Él sonríe —Tengo nombre, es Egan Karan, cariño, pero podés llamarme de la manera que quiera siempre y cuándo me dejes enterrarme en vos.— Le guiña un ojo. La castaña lo mira asqueada. —Prefiero que me toque un Rougue antes que vos.— Lo mira con asco y autosuficiencia al ver el brillo en los ojos de su pareja al saber que lo daño con su comentario. Egan aprieta sus puños y la toma por la barbilla para que lo mire. —Ya quisieras, cariño, pero cuándo pruebes mí jodida sangre y te haga mia no vas a poder pensar siquiera estar con otro.— La amenaza con un claro siseo, al igual que sus ojos no dejan de recorrer su cuerpo con cierto deseo. Holland sonríe con ironía cruzando sus piernas para mirarlo de mala gana. —¿Discúlpame?— Lo regaña torciendo su entrecejo. —Claro, cariño.— Le guiña un ojo divertido. Ella suspira tirando su cabeza hacia atrás. —Voy a dejar de lado que me dejaste encerrada en mi propia habitación y en el maldito castillo de mi familia, sin contar que me dejaste al cuidado de que no me escapara con ese perro rabioso que tenés cómo Delta.— Comienza pero se ve interrumpida por el. —Ese perro rabioso daría su vida por vos cómo le daría por mí, y es en que más confío junto con los otros dos que están esperando del otro lado de la puerta.— Le deja en claro enojado al haber escuchado que se refería de aquella manera a los líderes de su manada. Holland suelta una carcajada y niega con la cabeza al escucharlo defender de aquella manera a sus amigos. —¡Como sea no es mi problema y no me interesa pero que sea la última vez que intentas encerrarme!— Lo amenaza. Las palabras se van cómo agua para el castaño que no tiene ni el más mínimo miedo de que ella lo rechace. Sabe a la perfección que ella no se arriesgaría hacerlo por el simple hecho de que no lo podría tolerar su cuerpo. Y por lo poco que conoce de la castaña puede deducir lo orgullosa que es como para perder su vida por amor. —En ningún momento estabas encerrada, cómo bien dijiste es tu habitación.— Sube sus hombros queriendo sonar gracioso solamente para fastidiarla. Holland aprieta sus manos en puños para luego cerrar los ojos y darse un momento para pensar las cosas con claridad. —¿Porquie todavía no te fuiste de las instalaciones del castillo?— Arquea su cejas mientras que acomoda su cabello hacia atrás. Él no puede evitar perderse en sus movimientos tan elegantes, rápidamente vuelve su atención hacia sus ojos verdes para volverse a perder dentro de ellos. —Estaba arreglando asuntos con los nuevos Reyes, parecían bastante desorientado en cómo reaccionar y actuar ante la situación así que los estuve ayudando.— Explica de manera desinteresada. —Y por lo que veo ya terminaste... Así que no sé que estás haciendo en mi habitación.— Se cruza de brazos sobre su pecho. Egan sonríe parpadeando, para luego pasar su mano por su barbilla y agacharse un poco hasta quedar a su altura. —¿Todavía no te quedó claro, cariño, que no me voy a ir de acá sin vos?— La mira fijamente esperando su reacción ante su pregunta. —No vivo acá, y en cuanto pueda hablar en privado con mis hermanos me voy a ir a mi verdadera casa y espero no ver tu cola de perro por ahí.— Parpadea poniéndose de pie. Egan no tolera su rechazo y su forma de hablarle por lo que inmediatamente cuando ve que ella se levanta del asiento en el que estaba anteriormente, él la toma con brusquedad por la cintura para empujarla hacia la ventana. Holland lucha contra el agarre, sorprendiendo al castaño de la fuerza que su Luna tiene, pero la misma no es suficiente para hacer que él se aleje de ella. Comienza a acariciar su cintura mientras que vuelve a enterrar su nariz y sus labios en el hueco entre su cuello y su hombro, justo donde estaba la marca con sus iniciales dejando en claro que ella es de él. —No voy a dejar que te vayas de mi lado.— Le deja en claro dándole una lamida a la marca. Aquél gesto no hace más que generar que ella cierre los ojos y su cuerpo se relaje ante la sensual caricia que él le está dando con su lengua, la misma evita que su cuerpo lance temblores y algunos espasmos, por sobre todas las cosas, que la marca deje de arder pidiéndole que lo marqué a él también. —¡Me marcaste sin mi maldito consentimiento!— Le recuerda ejerciendo tal presión sobre el pecho del castaño que logra separarse de él al menos por unos minutos. Egan la mira con su respiración agitada ante la fuerza de voluntad que ella está constituyendo en su cuerpo para mantenerse alejada del de él. —¡¿Vamos, vos también estabas deseando que lo hiciera, o no?!— Sonríe de su perfecta dentadura. Holland achina sus ojos al mirarlo hablar con tanta libertad de aquello. —¡Vas a morirte esperando que yo te lo pida maldito, perro!— Se suelta nuevamente de su toque para caminar alejandose de él. Egan aprieta sus manos nuevamente entre sí, mientras que intenta contenerse. —¡Lo vas a hacer tarde o temprano, cariño, porque ese dolor que crece en tu pecho por la muerte de tus padres te va a pedir a gritos que me vengas a buscar!— Le deja en claro. Holland se cruza de brazos y se da media vuelta para cruzar su mirada con la de él. —¿Me estás diciendo débil?— Achina sus ojos furiosa por aquella introducción a su privacidad. Él sube sus manos con una mueca en sus labios. —Te estoy dejando en claro que puede que te hagas la fuerte... Y puede que de verdad lo seas pero ahora estás pasando un mal momento, quizás no por nada llegué justamente hoy.— Alza su barbilla para dejarle en claro cuál es su postura en esta situación. Incluso, se siente un poco avergonzado de admitir sus sentimientos y de demostrarle a la castaña que de verdad está conforme y contento con haberla encontrado, que si ella hubiera reaccionado de otra manera o que si esa fuera una loba podría entender quizás mejor a la perfección los sentimientos encontrados que él está teniendo para con ella justamente. Esta ansioso al poder descubrir porque había sido la única que lo había ayudado con su arma... Cuándo toda su vida había necesitado de un inhalador y de una inyección para poder salir de sus ataques y que con solo oler la fragancia menta que ella soltaba por pura inercia lo había vuelto a traer a la realidad. Quería realmente ponerse de rodillas y gritarle que era solamente de él, que ya no podría acostarse con otra mujer sabiendo la belleza que tiene delante de sus ojos y que le pertenece un cuerpo y alma por el resto de la eternidad. — Puede qué creas en tu diosa Luna, pero las cosas con nosotros son distintas... Y la verdad es que a mí hoy no me interesa estar con mi alma gemela!— Deja en claro alzando su barbilla. Egan sonríe. —No te tengo que recordar que soy un híbrido y sé a la perfección lo que piensa y cómo siente un vampiro cariño... Siento tu pulso marcando mi vena. Y puedo sentir la sed que tenés por lanzarte ante mis brazos.— Sube sus hombros intentando hablar con otro tono de voz. —¿¡No podés sólo dejarme en paz!?— Se queja gritando. Él traga saliva acariciando su barbilla. —No, cariño...— Susurra acercándose de nuevo hacia ella para tomarla por la mejilla y juntar sus labios en un fogoso beso. La desea de tal manera que tocar su piel es una debilidad que acaba de conocer de él mismo. Su lengua recorre y rosa la de Holland, quien cierra los ojos al sentir la conexión que los obliga a mantenerse unidos. Su agarre en su cadera, con fuerza y posesión, enojado de que ella no quiera admitir que eran solo uno, que era de ella, que podría darse media vuelta y saber que la castaña no saldría huyendo. Necesita tocar más, recorrer todo su cuerpo y comienza a hacerlo, subiendo sus manos para llegar hacia el borde de su sostén y acariciar sus pechos por encima de los mismos. Suelta una jadeo que hace que Holland se separe inmediatamente de él, al darse cuenta y caer en razón de que la situación se les había ido de las manos, la habitación se sentia más calurosa que nunca y su piel incluso fría de porcelana quemaba ante la necesidad de sentir a egan volviendo a rodar sus labios de aquella manera tan profesional. Dejándole en claro que él era de ella, que ella era su diosa, que no quería besar otros labios y que anhelaba hacerlo minuto a minuto por más que la castaña no estuviera de acuerdo ante aquello. —¡En tu maldita vida vuelvas a hacer eso sin mí consentimiento!— Holland golpea su mejilla tomándolo por sorpresa. Egan respira con dificultad, se aleja de Holland al saber que su lado ánimal está despertando, que si lo deja tomar el control podría arruinarlo todo con su mate, su lado salvaje no era más que su conciencia y aquello que lo gobernaba en las situaciones de más riesgo y más violencia. No es que pudiera hablar con él, pero era en cierta forma parte de su cuerpo, y de su mente, era la parte que le recordaba lo que él era, que era su naturaleza ser asesino, salvaje y hacerse respetar por sus inferiores ya que él era el maldito rey alpha híbrido de dos especies. —¡Fuera!— Demanda Egan intentando controlar su respiración. No quería hacerle daño y que ella lo estuviera mirando con ironía y sin miedo no hacía más que empeorar las cosas. No había nada peor que para una bestia el no ser temido por las personas, era capaz de hacer cosas terribles y que ella no me temiera lo hacía enfurecer al borde de querer tomarla ahí mismo y hacerla suya en su cama sin su consentimiento, de aquella manera quizás así, le tendría miedo o respeto que es lo que él esperaba por su parte. —¡No me vas a echar de mí maldita habitación!— Le recrimina ella avanzando unos pasos. Egan aprieta sus puños cortando el interior de sus manos, de la palma comienzan a salir las secuelas de sangre de las mismas. —"Vanko, necesito que la saques"— Pide tras su link. Su amigo ante aquel llamado no espera ni dos segundos para irrumpir en la habitación y hacer acto de presencia. Pero la castaña sigue parada frente a él mirando como las gotas de sangre caen al suelo de su habitación, puede escuchar cada gota que golpea a la que acaba de caer. Cómo la habitación se inunda de su aroma favorito y como sus ojos se dilatan deseosa de darle una lamida a sus manos, pero se contiene intentando aguantar la respiración, para nada más y nada menos seguir burlándose de Egan. —¡Lamento interrumpir su pelea enamorados!— Vanko burlón la mira a ella. —¡Lo que faltaba!— Holland se queja al verlo, pero tuerce sus cejas cuándo la toma por el brazo para alejarla de Egan. —Sera mejor que vayas con tus hermanos.— Stephen es quien se pone frente a su amigo para evitar que salte hacia ella. Sabe del autocontrol que Egan tiene y no va a hacerlo, de ninguna manera, por eso mismo les pidió ayuda por su link, para que las cosas no pasaran a mayores y aquello era nada más y nada menos que Holland siendo violada por él. —¿Crees que él me dañaría?— Se ríe al verlo irónica. Vanko traga saliva acompañándola todavía hacia la puerta que da al pasillo. —¡¿Mejor prevenir que curar no, luna?!— Arquea sus cejas al mirarla fijamente a los ojos. Ella suelta una risotada mirando los ojos amarillos de egan. —¡Jamás dañaría a su mate!— Le recuerda mirándolo con asco. —¡Tiene demasiado ego como para dañar o generar algo que lo vaya a lastimar a él mismo!— Sonríe burlona alejandose al haberse soltado del agarre del delta. —¡Solo sos una bebé en comparación de lo que yo soy, cariño, no me pruebes porque lo vas a lamentar!— Sisea Egan sin moverse de su lugar. Se sigue castigando a si mismo lastimando la palma de sus manos para canalizar la ira que ella había logrado despertar en su cuerpos. Stephen sigue frente a su amigo mientras que Adrik se mantiene en el pasillo corroborando que nadie aparezca por allí. —¡Agggggg quisiera malditamente rechazarlo!— Exclama alejandose por las escaleras, dispuesta a irse realmente de la propiedad. —Ya está lejos.— Stephen susurra bajando la guardia y alejándose de su alpha. Vanko suspira cerrando la puerta para quedar los cuatro dentro de la habitación de Holland. —¡No podía perder el control!— Explica tragando saliva mirando a los tres. Adrik palmea su hombro —Lo sabemos, hiciste lo correcto.— Le guiña un ojo para que se relaje, pero él sigue tenso. —¡Maldita sea!— Se queja pasando ambas manos, ahora casi curadas, por su cabello. —La luna tiene agallas.— Bromea vanko divertido. Egan lo mira suspirando. —Ni lo menciones... — Relame sus labios pensativo al ver la maleta carry on que seguramente pertenece a ella. —Hiciste bien.— Adrik insiste al mirarlo para darle confianza. —¿Que es lo que querés que hagamos?— Cuestiona Stephen con sus brazos cruzados sobre su pecho. Egan se toma unos segundos para pensar su respuesta. —Hay que ir a casa, ella no se irá antes del funeral, estará segura en el castillo.— Explica pasando una mano por su barbilla pensativo. —Cinco guardias civiles se quedarán para protección.— Explica Vanko mirando a su Alpha, quien asiente a modo de agradecimiento. —Bien.— Suspira dándole un último vistazo a la habitación, necesita llevarse algo de ella y no sabía que podía ser. Necesita llegar a su hogar y saber que ella era real, que no era una idea de su mente por la locura que lo había llevado durante años de no tener a su pareja. —Le informaré a los reyes que nos retiraremos y volveremos para ceremonia de entierro de mañana.— Explica Stephen esperando la aprobación de Egan para retirarse. —¿Comenzaron a corroborar el aérea?— Cuestiona a medida que los tres avanzan hacia las escaleras. Las manos le pican por ir a buscarla, necesita realmente demostrarle que ella le pertenece pero no puede hacerlo, no ahora que acaba de explotar y se contuvo lo suficiente como para no arruinar más las cosas. —Los gemelos se estaban ocupando de enviar a la gente correspondiente para qué corroborar a todos los cercos y que no hubiera ni una sola entrada fallida.— Acota inflando su pecho, Adrik. Egan asiente cuando finalmente salen al aire libre y puede respirar el olor a bosque, aúnque, en su mente lo único en lo que piensa es en el aroma a menta que ella emana. —Vamos a necesitar trabajar bastante con ellos, no puede ser que un clan tan grande y la casa en donde viven los Reyes sea atacada por simples rougues.— Se queja aún apretando su mandíbula al llegar hacia las camionetas en las que vinieron. —Comenzare a iniciar un plan para poder presentarte y que me digas que te parece.— Propone Adrik. Egan palmea su hombro dejando conforme. —Vayamos a casa a descansar un poco, se lo merecen.— Sonríe. —¡Por cierto felicidades!— Vanko le sonríe al subirse a la camioneta y ver cómo Stephen viene bajando las escaleras. —¡Deberíamos de festejar por eso!— Agrega Adrik yendo hacia la última camioneta. —¡No hasta que ella admita lo que sienta!— Murmura algo cansado, Egan, cerrando la puerta, apoyando su frente en la ventana. Necesita contacto con algo frío, se sentía acalorado y encendido y sabía a la perfección el porque de aquello. Vanko y Stephen no emiten ni un solo sonido, todos emprenden la marcha hacia la mansión. Cada vez que se aleja de su mate su pecho se oprime, hace una mueca con sus labios e intenta que aquello no lo afecte. ~⁠>⁠'⁠)⁠~⁠~⁠~~⁠>⁠'⁠)⁠~⁠~⁠~~⁠>⁠'⁠)⁠~⁠~⁠~~⁠>⁠'⁠)⁠~⁠~⁠~~⁠>⁠'⁠)⁠~⁠~⁠~~⁠>⁠`⁠)⁠~⁠~⁠~~⁠>⁠`⁠)⁠~⁠~⁠~~⁠>⁠`⁠)⁠~⁠~⁠~~⁠>⁠`⁠)⁠~⁠~⁠~ —¿Ya terminaron de discutir?— Magus aparece frente a ella en la cocina para sobar si espalda con ternura. La castaña suspira bajando la mirada al tomar entre sus manos la taza de café. —Lamento haberme ido.— Baja nuevamente si mirada hacia su calzado. Magus sonríe y se acerca para rodearla en un abrazo. —No lo menciones... Está bien...— Susurra en su cuello con ternura. Ambos necesitaban aquel abrazo. Por lo que Holland, se permite soltar unas pequeñas lágrimas al abrazar a su hermano mayor. —Pero la verdad que no puedo dejar de pensar en que hubiera sucedido si yo no hubiera ido atrás de ellos.— Se separa del abrazo de su hermano y niega con la cabeza volviendo a tomar su taza de café. —Como nosotros también nos preguntamos... Porque papá salió del fuerte, y nunca vamos a saber la respuesta.— Le recuerda con ternura acariciando su mejilla para borrar los rastros de lágrimas que corrían aún por ella. —¡No quiero creer que no van a volver a estar!— Wusurra tomando asiento en la banqueta de la barra de la cocina. Su hermano copia el gesto. —¡Supongo que aprenderemos a vivir por aquello como también lo haremos nosotros gobernando algo que nunca esperamos que iba a suceder!— Sube sus hombros sin encontrar realmente un verdadero motivo para poder justificar por lo que están pasando los tres. —Lo lamento... Ustedes también los perdieron y todo este encuentro de Egan.— Niega con la cabeza sintiéndose culpable en cierto punto por lo que ocurrió durante todo el día. Magus sonríe con algo de melancolía tomando una manzana del canasto del medio de la isla. —Estimó que no tenés ganas de hablar sobre eso.— La mira dicertido. —Claramente no.— Rueda los ojos al negar. —Lo bueno es que se acaban de retirar así... Que supongo que no es necesario que hablemos del tema ahora mismo.— Es Kyrill quién ingresa a la cocina sorprendiendo ambos hermanos con la noticia. De fondo, se puede ver cómo Kara se dirige hacía uno de los livings de la propiedad para dejarles algo de intimidad a los hermanos. —Bueno... Quizás eso ayude... Aúnque, insisto... En qué les debo una disculpa por todo lo que están teniendo que pasar.— Explica subiendo sus hombros ahora mirando a ambos gemelos. Kyrill toma asiento a su lado mientras que le dedica una sonrisa cálida. —Siendote sincero me hubiera gustado que la llegada de tu mate fuera en otra oportunidad pero no tiene nada que ver con vos... Así que no tienes porque pedir disculpas.— Le deja saber para que se quede tranquila. Holland suspira dándole un sorbo a su taza de café, ahora que no tenía ni la menor idea de porque necesitaba consumir algo caliente, dado a que siempre es su temperatura normal era bastante frío y no solía tener ningún problema de este estilo... Pero ahora que su hermano le había asegurado de qué el híbrido se había retirado del castillo tenía un poco más de sentido que se sintiera con algunos espasmos. Otra razón más paran detestar el echo de tener una pareja. —¿Pudieron hablar con los más cercanos del pueblo... Y explicarles lo que había sucedido?— Frunce sus labios al cuestionar aquello. Kyrill suspira acariciando su frente. —Bueno en realidad pudimos enviar un comunicado a los líderes de los clanes más cercanos.— Explica moviendo sus manos. —Mañana será la ceremonia del funeral y dentro de unas horas enviaremos las indicaciones al resto del consejo que nos falta.— El que ahora explica, es Magus. Ella asiente escuchándolos con atención. —Supongo que Kara está ayudando mucho con todo esto.— Sonríe al mencionar a la pareja de su hermano. —Realmente no sé qué hubiera hecho si ella no estaría a mi lado.— Mira con un poco de melancolía a Magus, quien asiente dándole la razón. —Nos está ayudando un montón y está cumpliendo su rol de reina a la perfección.— Le da una mirada de entusiasmo a su hermano para que se quede tranquilo de que él se encuentra bien. El estar pasando por esta situación y no tener una pareja es bastante abrumador, pero claro, que hay una explicación para el hecho del porque él no tiene aún a su pareja junto a él. De cualquier manera, no es un tema de conversación que sea habitual entre ellos ya que saben a la perfección cuál es la posición en la cual su hermano se encuentra respecto a qué aún no está con su pareja, por eso mismo se lo respeta y se le da el tiempo que el precisa para afrontar la situación. —Estoy segura de que mamá estaría más que orgullosa de verlos en su coronación, pero también sabíamos de qué es nunca podría ocurrir que ellos lo vean.— Se quiebra al decir las palabras y con una sonrisa lo oculta de inmediato. —Lo lograremos los tres, cada cosa que si nos imponga lo vamos a lograr como siempre lo hicimos en familia.— La miran especialmente a ella, esperando que pueda de verdad darle su aprobación de que pueden contar con su apoyo. Holland traga saliva aterrada. Ahora sería la única princesa en el castillo tan frívolo y aquello no le gustaba para nada. —Yo creo que necesito volver a mi hogar... Estaré mañana pero...— No logra poder continuar con la frase... Por lo que vuelve a darle un sorbo a su taza para así finalizar la ingesta de cafeína en su cuerpo. Magus asiente tomando su mano para darle un apretón. —Estuvimos hablando un poco y sabíamos que no ibas a vivir en el castillo con nosotros, incluso, es raro para mí vivir en el mismo lugar en el que Kara y Kyrill vive.— Bromea rodeando los ojos. Para por primera vez en lo que va de los sucesos los tres hermanos sueltan una carcajada. —¡Es lo único que agradezco del Castillo!— Argumenta ella. —¡Sí, claramente que las habitaciones esten insonorizadas... Es lo mejor que nos pudo haber pasado en la vida de la tecnología!— Agrega Kyrill ruborizado. —¡Que espanto, no quiero ni pensarlo!— Bromea Magus pasando ambas manos por su rostro. Los tres saben que a refieren a sus padres. —En fin... Lamento no poder quedarme hoy...— Suspira realmente algo compugida. —Nunca le diremos tu ubicación, podes estar segura pero no creo que él no pueda encontrarte.— Kyrill muerde su labio inferior poniéndose serio ante la situación. Holland asiente cerrando los ojos. —¿Por qué tenía que ser el Rey híbrido?— Suspira negando. Magus hace una mueca con sus labios. —¿Y yo podría preguntar por qué me tocó una bebé, no?— Se ríe subiendo sus hombros, sabiendo que incluso lo de su hermana es peor si se lo ponen a pensar. —¡Supongo que sólo Kyrill es afortunado!— Ella bromea llegando una manos su pecho. —Lo podrás controlar, Holland... Se doblegó antes de hacerte daño, se fue del castillo porque lo hiciste enojar.— Explica siendo completamente sincero con ella al recordar como Stephen le anunciaba que se retiraban, y no necesitaba saber más para conocer el verdadero motivo. —¡Es un jodido perro!— Se queja frustrada. —¡Sabemos que no es lo que esperabas, pero no deja de ser vampiro!— Magus intenta ayudar ante la mirada de reproche de su hermano. No era el que más a gusto estaba con Egan, pero quería ayudar a su hermana en lo difícil que era toda la situación. —¡¡En serio entiendo que todo con Kara fue bueno, pero yo no lo esperaba, no lo deseaba y ahora me arde la piel al saber que se encuentra lejos de mí y quiero autoinmolarme!!— Se queja frustrada. —No todo es color de rosas Holland, se que no te toco lo que esperabas, aunque sé que tampoco esperabas nada.— Rueda los ojos ante aquello. —Siendo completamente sincera no creo poder encontrarle el lado positivo a esto.— Suspira subiendo sus hombros. —Tomate tus tiempos, Holland, pero quiero que sepas que mañana lo vas a tener postrado en la puerta del castillo para la ceremonia, y por otro lado te aseguro que el consejo ya debe de saber que las manadas sentido el mundo y los clanes del todo el mundo ya tienen luna.— Le recuerda perspicaz. Ella abre sus labios y los vuelve a cerrar furiosa al creer que él era capaz de contar aquello sin siquiera ella le estaba dando una oportunidad, incluso lo estaba rechazando incontables veces. —¿Cómo es capaz?— Achina su entrecejo. —Tiene una ventaja, el saber que no vas a rechazarlo y él a vos.— Magus sonrie con melancolía. Holland lleva sus manos hacia sus ojos para refregar los mismos, puede que fueran vampiros pero se encontraba agotada incluso mentalmente y sabe que corporalmente gracias al pequeño tentempié que egan tomo de ella sin autorización. —¡Maldito perro!— Exclama levantándose de la banqueta para lavar su taza utilizada y dejarla en el seca platos. Ambos hermanos se miran sin decir una sola palabra más. Ya habían hablado lo suficiente y no querían empeorar las cosas, incluso ahora que todos se encontraban bastante sensibles y necesitaban sus tiempos. De cualquier manera, era imposible no preocuparse por Holland.
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