Capítulo 6

4693 Words
—La guardia civil de mí manada se ocupó de llevarse todos los cuerpos de rougues, tanto los vivos cómo los muertos.— Explica egan hacia ambos gemelos. Un silencio incómodo se genera en la habitación. Los tres se encuentran ensimismados en sus asuntos, pero saben que necesitan aquella reunión por más que ninguno este de acuerdo. —Esperemos que al menos podamos a ver qué carajos es lo que pasó para que nos atacaran de esta manera.— Se queja Kyrill. —Es más que claro que entraron porque alguien sabía cuál era nuestra area mas débil.— Magus niega con la cabeza. Su hermano suspira dándole la razón. —¿No creerás que hay alguien que nos delató, verdad? ¿Y los ayudo a ingresar?— Traga saliva aterrado ante aquella idea. Que hubiera un impostor y alguien que quisiera destruir al clan de tal magnitud era algo que no se podía perdonar, y que se pagaba únicamente con sangre. Pero aquello era poco probable, aparentemente todos estaban conformes en còmo gobernaban y nunca había quejas al respecto. Ni hablar de que el ataque fue de rougues y no de vampiros neófitos. —Los rougues no trabajan con otras especies, ellos lo hicieron por si mismos y averiguaremos el motivo.— Quien habla es Egan, manteniéndose serio. —¿Lo harás?— Magus lo mira con recelo. —En cuanto tenga novedades les enviaran el informe por mail, para que estén tranquilos y tengan por seguro que van a pagar por lo echos sucedidos.— Deja en claro. —¿Por mail?— Se ríe Magus. —¡Debes de estar bromeando!— Se queja. —¿Preferis una paloma mensajera cómo hace 1500 años?— Lo mira con ironía. —¡Queremos ser participes! ¡Atacaron nuestro hogar y mataron a nuestros padres!— Kyrill quién se planta con sus manos hechas un puño. —¡Tranquilo, colmillitos, mi manada se puede ocupar tranquilamente de este asunto!— Lo mira con burla. Kyrill niega con la cabeza. Magus asiente dándole la razón a su hermano. —¡Son nuestros padres, debemos ejercer la venganza nosotros mismos!— Se queja mirándolo con el ceño fruncido. —¡Estoy seguro de que ustedes tienen muchas cosas más por hacer, cómo por ejemplo ocuparse de un velatorio y una ceremonia de nombramiento a la que asistirá parte del consejo para probarlos!— Les recuerda aburrido. —¡Carajos! — Kyrill se queja recordando y cayendo en la cuenta de que el consejo debería estar presente. —Esto era claro que iba a llegar a manos del consejo. ¡Lo que nos faltaba!— Suspira cerrando los ojos Magus. Kyrill asiente mordiendo su labio inferior a medida que no deja de caminar de lado a lado por la habitación. —¡Los malditos vendrán a corroborar si estamos estables para gobernar y ocuparnos!— Se queja golpeando la pared. Egan sonríe coqueto. —Eso no será problema, me ocupé del asunto apenas recibí la llamada de Sirius e incluso antes de que llamara Vanko había enviado apoyo, pero eso ya lo saben.— Explica subiendo sus hombros. Kyrill rueda los ojos, a lo que Magus chasquea la lengua negando. —¡Lo olvidaba, el Rey Alpha tiene todo permitido ya que su padre es parte del consejo!— Lo mira burlón. El híbrido vuelve a sonreír y los mira divertido. —El asunto con mí padre lo arreglo yo, de eso quédense seguros y tranquilos... Aúnque no dudo en qué deberían de agradecer la colaboración de mí manada para con ustedes.— Los mira de manera despectiva. Magus lo mira burlón. —¡Genial, lo que faltaba!— Insiste negando. —¿Te molesta acaso?— Egan lo porfea. —¡Somos malditos Reyes también, que gobiernes ambas razas no significa que vayamos a doblegarnos ante tus malditas palabras!— Lo mira con recelo y repulsión. Egan suspira pasando una mano por su nuca, su cabeza sólo se encuentra en saber cómo está Holland e incluso tiene abierto el link directo con Vanko para saber apenas despierte cómo ella se encuentra. La ansiedad recorre su cuerpo y se siente más inseguro que nunca, a la vez que su bestia interior no deja de encontrarse agitado e inquieto por estar a un lado de su pareja. —¿En serio crees que podes llegar a insultarme con tus palabras?— Se ríe mostrando sus dientes blancos. —¡Nadie te intenta insultar, Egan, pero que nos recuerdes el poder que tenés sobre nosotros no ayuda a la situación que estámos intentando manejar.— Kyrill explica con más calma y cansado de todo lo ocurrido. —Tu hermano no parece conforme.— Sonríe señalando a Magus. Kyrill se niega y mira a su hermano para luego suspirar. —No volverá a suceder y te pido disculpas por la ansiedad de mí hermano en que todo esto se resuelva.— Explica mirándolo a los ojos. El castaño los escucha con atención y mantiene sus manos delante de su pecho. —Entonces les voy a aconsejar que mantengan sus bocas cerradas cuándo se dirijan hacia mí, porque no me interesa que su hermana sea mí mate, no voy a dudar en cortarles las cabezas si me tocan las pelotas.— Sonríe dejándoles en claro su postura. Los gemelos se miran y suspiran a la vez. —¡Solo queremos ser parte del interrogatorio!— Insiste Magus. El híbrido sonríe relamiendo sus labios. —¿En serio, colmillitos?— Se burla. —¡No creo que puedan estar a la par!— Lo mira divertido. —¿Que te hace creer eso? ¿Solo porque sos el híbrido y tu manda es de puros Alphas?— Sisea apretando sus dientes a tal punto de mostrar sus colmillos. Egan sube sus hombros completamente superado y aburrido por aquella discusión. —Se muy bien quien soy, y se que soy la persona correcta para interrogar a unos malditos rougues que atacaron a las personas incorrectas.— Su voz suena a amenaza y ambos hermanos comprenden a la perfección aquel mensaje. Kyrill carraspea para llamar la atención y evitar seguir discutiendo, si algo sabía de egan era que su ego era más grande que todo el castillo si aquello fuera posible y que nunca lograrían que diera el brazo torcer más que nada más y nada menos que por ser el único Rey alpha. —Organizaremos una junta para la semana entrante para hablar asuntos del clan.— Propone Kyrill poniendo paños fríos entre Egan y Magus. —Hare que vanko se ocupe de eso.— Responde serio. —Eso sería de ayuda, necesitaremos algunos días para ocuparnos de todo lo que conyeva está nueva normalidad.— Suspira Kyrill señalando a su alrededor. —Estoy seguro que Sirius les dejo un legado que van a poder ocupar a la perfección, sólo es necesario tiempo.— Deja en claro mirando a ambos. —No tengo idea de porqué creia eso.— Magus rueda los ojos molesto. Que todo recayera entre sus hombros era algo para lo que siempre habían sido entrenados pero que cuándo claramente llega el momento se sienten que no están lo suficientemente preparados para llevar a cargo tal situación y tal deber. —No me considero por dar consejos y, tampoco, me gusta alardear de los mismos pero les aconsejó que pongan la atención en gobernar, que es lo que ustedes tienen que hacer ahora.— Los mira seriamente. —Bien... Creo que teniendo eso resuelto y agradeciendo tu ayuda en el ataque deberíamos de cambiar de tema.— Magus con algo de ironía propone. —¿Holland?— Sonríe divertido. —¡No sé que es lo que realmente quieren hablar!— Sube sus manos siendo gracioso. Kyrill suspira tomando asiento frente a él. —¡No te la podes llevar así como así!— Demanda Magus apretando sus puños. Egan arquea sus cejas ante su comentario. —¿Y por qué no podría llevarle a mí maldita mitad?— Indaga intentando sostener la calma. Kyrill mira a su hermano mientras que acaricia su mejilla pensativo. —Holland no vive en el pueblo, ella no está muy a gusto con la realeza y todo lo que eso conyeva.— Explica con un carraspeo. El castaño sonríe divertido. —Eso ya lo se.— Rueda los ojos irónico. —Holland necesita de sus tiempos para asimilar las cosas, ahora más que lo mordiste.— Kyrill lo mira con recelo. Egan se levanta mirándolos a ambos con diversión, a lo que ambos hermanos suspiran al saber cuál será seguramente su respuesta. —¿Y creen que lo que ustedes digan hará que yo no la tome?— Cuestiona. —Sabemos lo que él lazo significa.— Magus suspira al responder, por lo que se gana una mirada irónica por parte de Egan. —Dudo que vos lo sepas, pero tu hermano si lo sabe... ¿Verdad?— Sonríe chasqueando la lengua. —¡Eso no viene al caso!— Defiende a Magus, Kyrill. —¡Dicen que tu luna es muy linda...!— Sonríe con malicia solo para hacerlo enfurecer. Y es claro que su cometido es logrado inmediatamente cuándo Kyrill se abalanza hacia él. —¡NI SE TE OCURRA NOMBRARLA!— Sisea entre dientes. Egan lo mira aburrido y sonríe soltándose de su agarre inmediatamente sin costarle siquiera en ningún esfuerzo para dejarle bien en claro quién era el más poderoso de ellos tres. —Viendo que ahora comprendieron cuál es la situación, les voy a pedir que no se metan entre Holland y yo.— Los amenaza con su voz de alpha. Los dos se miran y sueltan un suspiro. —¡Y que sea la última vez que intentas siquiera tocarme!— Lo mira de arriba abajo bastante cansado de su situación. —¡Sabemos que no podemos meternos entre ustedes, pero Holland no te lo va a dejar fácil y nosotros la vamos a proteger!— Magus alza su barbilla e infla su pecho para dejarle en claro su punto de vista. Egan aprieta sus puños y los mira dispuesto a quitarles el corazón allí mismo. —Creo que no quedó claro...— Se acerca amenazante hacia Magus. Pero Kyrill se posiciona frente a su hermano para quedar de cara con el castaño, el mismo lo mira furioso por haber interrumpido su camino. —Lo lamento Alpha.— Kyrill agacha la cabeza y se disculpa en nombre de los dos. —¿Cómo piensan comenzar con esta nueva era?— Cuestiona volviendo a tomar asiento para escuchar con atención como piensan planear el mantener a salvo el clan. Kyrill suspira y cierra los ojos pensando que responder ante aquello. ~⁠>⁠'⁠)⁠~⁠~⁠~~⁠>⁠'⁠)⁠~⁠~⁠~~⁠>⁠'⁠)⁠~⁠~⁠~~⁠>⁠'⁠)⁠~⁠~⁠~~⁠>⁠`⁠)⁠~⁠~⁠~~⁠>⁠`⁠)⁠~⁠~⁠~~⁠>⁠`⁠)⁠~⁠~⁠~~⁠>⁠`⁠)⁠~⁠~⁠~~⁠>⁠`⁠)⁠~⁠~⁠~ Holland despierta llevando una mano a su cabeza, la misma pica y late con ganas, pero ya sabía a qué se debía aquel dolor. Los dos colmillos clavados en su piel con las siglas de Egan Karan se mostraban sobre la zona pálida de su cuello y hombro. Aprieta sus puños con rabia cuándo recuerda que es lo que sucedió y porque se encuentra en su antigua habitación. Su madre la conservaba y la modernizada a medida que los años iban pasando... Ya qué, en pocas oportunidades, pero bastante importantes para ellos, la castaña hacía acto de presencia en el castillo y los acompañaba durante algunos días haciendo así uso de su habitación. Al recordar a su madre una angustia se clava en su pecho, cómo si fuera una misma daga, la había perdido y lo último de lo que habían hablado era del vestido que se iba a poner para la ceremonia porque sus padres iban a celebrar el próximo mes, conversación que le resultaba completamente frívola y para nada feliz de recordar Pero si se aferraba a la mirada y a la sonrisa que su madre siempre le transmitía cuando la veía... E incluso, ahora mismo, se le viene a la cabeza a todos los momentos y las llamadas qué hacían durante los días, puede que a ella no le gustaba vivir en el castillo ni seguir las reglas por las que se sentía obligada a cumplir... Pero semana a semana por no decir día tras día se comunicaba con su familia para mantenerse al tanto de cómo ellos se encontraban. Era imposible no recordarlos a ambos con una sonrisa en su rostro ya que tenía incontables momentos y recuerdos de viajes, viviendo el arte, disfrutando de paisajes recordando Cómo eran antes de que hubiera tanta tecnología y civilización... Disfrutaba de pasar tiempo con su familia pero no podía comprender cómo es que se la había ido de las manos a menos de un parpadeo. La ira, angustia y dolor eran las principales tres sensaciones que ella podía sentir al saber que quizás si no hubiera salido corriendo detrás de aquel Rougue por salvar a su amiga, ella podría haberse quedado en el castillo junto a sus hermanos para poder cuidarlos... Y no permitir que su padre saliera del fuerte en dónde deberian de haberse quedado. Mira a su alrededor y se sorprende de encontrarse con quién parece ser la mano derecha del castaño, pero no recuerda su nombre es por eso que lo mira achinando sus ojos. —Ya era hora de que despertarás, princesita.— Vanko sonríe malicioso. Aquella esquina que había optado para esperar por ella y vigilarla de cerca, no creía que no tuviera algún pasadizo secreto en si habitación para escaparse. —¿Que se supone que estás haciendo en mí habitación, perro?— Se reincorpora en la cama con una mueca de dolor. Vanko sonríe burlón. —¡Cuidar de que la princesa rebelde de la familia no se escape cuándo despierte!— La mira con ironía. Ella tuerce sus cejas al escúcharlo hablarle así. —¿Así que ahora estoy encarcelada en mí propia habitación?— Tuerce sus labios al cuestiona. Vanko sonríe subiendo sus hombros al escucharla cuestionar aquello. —Eso es lo que vos crees, Princesa.— Murmura cansado... —¡¿Entonces me puedo ir ahora mismo?!— Sonríe mientras que parpadea inocentemente solo para fastidiarlo. No hacía ni diez minutos que se conocían que ya lo estaba detestando y sabia que el sentimiento era mutuo. Vanko hace una mueca con sus labios. —No lo creo.— Sonríe igual que ella solo para fastidiarla, a tal punto que la castaña bufa y rueda los ojos. Holland se cruza de brazos. —Entonces es cierto que estoy prisionera mi propia habitación.— Vuelve a insistir con aquel termino. Vanko sonríe subiendo sus hombros. —Vos sólo lo estás diciendo.— Responde. —¿Y quién se supone que sos?— Lo mira con repulsión. —Soy el Delta, luna.— Una sonrisa socarrona se asoma por sus labios. Holland aprieta sus labios ante su comentario. —¿Que acabas de decir?— Achina sus ojos. —¡Supongo que te estás refiriendo al término que utilice para con vos, porque no te veo muy sorprendida por mi puesto y mi rango!— Sonríe divertido. —¡Yo no soy tu jodida luna!— Le deja en claro palabra por palabra mientras que aprieta sus puños. —Si lo sos, luna, es más que inútil que lo intentes ocultar.— Rueda los ojos ante aquella absurda conversación. —¡No vuelvas a decirme así!— Demanda frunciendo el entrecejo. —¿En serio?— Se burla cruzándose de brazos. —Hasta dónde yo se, sos la luna de mí manada, incluso, sos la luna de todas las manadas al ser mate del Rey.— Le guiña un ojo risueño. Y no había nada que le diera más placer que saber que la estaba fastidiando y que se estaba enojando. Conocía a Egan desde que eran niños y habían sido entrenados a la par para ser compañeros cómo lo eran hasta el día de hoy y lo serían por siempre, conocía su gustos, conocía el anhelo que el mismo tenía por encontrar a su mate y como poco a poco perdía la fe de conocer a la persona que estuviera destinada a pasar el resto de su vida a su lado, de conocer a esa persona que le diera la fuerza que necesitaba, que lo cuidaría y hasta, lo defendería a capa y espada de cualquier acción o persona que lo pudiera perjudicar y/o atacar. Y debía de admitir que estaba furioso con la castaña por cómo lo había estado tratando a su mejor amigo, porque se sentía bastante conmovido dado a que su mate te solía tratarlo de aquella manera. —¡Estoy segura que a tu Rey Alpha no le va a gustar para nada escuchar cómo me estás hablando!— Arquea sus cejas. Vanko suelta una carcajada y se acerca hacia ella de forma intimidante. —Creeme, luna, que yo puedo hacerte lo que quiera y Egan no se va a enojar.— Sonríe con un brillo malicioso en su rostro. El rostro de Holland se desencaja un poco al escucharlo hablarle con tan poco respeto. —¡Evidentemente ustedes, los perros, tienen un gran problema con la escuchar... Así que te voy a volver a pedir que no me llames de esa manera porque lo primero que voy a hacer cuando vea al imbécil de tu Alpha es rechazarlo!— Deja en claro intentando sembrar temor en el Delta. Vanko se aleja cuándo ella se levanta, pero se vuelve a acercar preocupado al ver a la castaña tomar asiento de golpe por el mareo. Tuerce sus cejas al saber que aquello no es algo normal en los vampiros, pero inmediatamente comprende que se debe a la marca que Egan creo en su cuerpo. —Despacio.— Vanko la regaña volviendo a estar frente a ella sin tocarla. Holland achina sus ojos al mirarlo de mal modo. —Espero que no se te ocurra poner una de tus asquerosas patas sobre mi.— Lo mira con recelo a lo que vanko sonríe burlón. —Y espero que tu hueca cabeza comprenda qué no vas a poder tolerar rechazar al gran Rey Alpha, princesita.— Le guiña un ojo divertido acercandole su calzado para lanzarlo a un lado de sus pies. Ella tuerce sus cejas y aprieta sus labios al tomar sus zapatillas para comenzar a atar los cordones de la misma. —¡Ese no es tu maldito asunto!— Le deja en claro mostrando sus ojos color carmín, dándole a entender que comenzaba a perder la paciencia y que su enojo se hacía presente. Vanko arquea sus cejas y se mantiene nuevamente a una distancia prominente entre ambos, vigilando siempre la puerta. —¡¡Créeme, luna, que es mí maldito problema también!!— Muestra sus colmillos para demostrarle que no le tendría ningún respeto por más que fuera la luna de la manada, aúnque, ella no lo quisiera admitir. Holland sonríe irónica poniendose de pie para dirigirse hacia su baño privado. Vanko la sigue mirándola perspicaz. Y la castaña se sorprende cuándo él la acompaña hacia el borde de la puerta y coloca el pie frenando el cierre de la misma. —La puerta abierta, luna.— Deja en claro con un tono firme y una mirada maliciosa. Ella aprieta sus labios y sus puños queriendo lanzarse contra él para quebrar su cuello y dejarlo dormido en el suelo por bastantes horas, pero centra su atención en el espejo que tiene enfrente y lava sus manos tanto así cómo comienza también a cepillar sus dientes bajo la atenta mirada de lobo fornido que tiene esperándola a pocos metros. —¿Tenés miedo de que me escapé y tu Alpha te castigue?— Hace un puchero fingido que sólo genera impotencia en su contrincante. Vanko alza su barbilla al escucharla. —Mi Alpha no me castigará, y créeme que no tengo ningún inconveniente en atarte a mi brazo para que te mantengas quieta y callada hasta que él vuelva.— Amenaza mirándola fijamente. Holland tira su cabeza hacia atrás e intenta ignorarlo el mayor tiempo, ya qué es bastante incómodo el saber que la está observando mientras que ella arregla su cabello. —Es bastante insoportable que estés detrás mío observandome, así que te voy a pedir que mantengas la distancia, quédate tranquilo que no me iré del castillo. tengo un velatorio al cuál asistír.— Lo mira con su peor rostro para causar algo de impacto en él, pero aquello no suceda. —Nuestro deber es cuidar a nuestra luna, y no parece que estés muy estable que digamos, me mantendré cerca por más que no te guste aquello.— La ironía se hace presente en su tono de voz. —¡Que irritante, pobre de tu mate!— Lo mira arqueando sus cejas. Vanko sonríe relamiendo sus labios. —Te aseguro que ella está muy contenta con lo que tiene.— Le guiña un ojo coqueto. Ella suspira cerrando los ojos al salir del baño, y espera su momento perfecto para tomar por desapercibido a Vanko, para poder mantenerse alejada de él por al menos unos largos minutos no decir horas. Y lo logra cuando él se pone de espaldas para observar por la ventana cómo todo el parque y bosque a su alrededor parecen estar en calma a pesar del incidente que habían tenido horas atrás. Holland lo toma desprevenido al golpearlo con uno de los floreros de cerámica que yace en la mesa recibidora de la habitación. Lamentaba tener que romper algo de tan buen gusto y moderno que su madre se había encargado de comprar especialmente para ella, pero la otra opción era romperle el cuello y Vanko la vendría venir claramente. —¿¡Que carajos!?— Se queja dándose media vuelta llevando su mano hacia su nuca para sacar nada más y nada menos que sangre desde allí. La castaña lo mira risueña y le guiña un ojo queriéndose retirar de su propia habitación de la que ahora resultaba ser prisionera. —¡Ni sé te ocurra, luna!— La toma del brazo con fuerza para frenar su intento fallido de escape a pesar de tener su nuca lastimada. —¡No me toques, perro mugroso!— Exclama con sus ojos inyectados en sangre y enojo por ser capaz de tomarla de aquella manera sin miedo a lastimarla. —¡Tendrías que haberte quedado cayada cuando te di la posibilidad!— Le recuerda también enojado. Holland abre sus labios y los vuelve a cerrar completamente enfurecida por su comentario machista. —¡¡¿Yo?!!— Exclama fuera de sí. —¡Eso dije, luna!— Rueda los ojos. —¡Solo estás haciendo que las cosas se pongan peor para vos!— Amenaza en voz de un siseo. Ella no puede hacer más que removerse para intentar soltarse de su agarre. —¡Vos fuiste quien irrumpió en mí habitación mientras yo estaba desmayada por culpa del imbécil de tu alpha!— Escupe con recelo. Vanko sonríe arqueando sus cejas. —¡Deberías de tener más respeto ante la mención del Rey Alpha!— Le recuerda arqueando sus cejas. Holland sonríe burlona al ver cómo él analiza la habitación en busca de algo que ella no puede detectar que es. —¡Vos y tu Alpha se pueden ir al infierno por mí!— Lo mira con recelo cuando Vanko la zarandea. ~⁠>⁠`⁠)⁠~⁠~⁠~~⁠>⁠`⁠)⁠~⁠~⁠~~⁠>⁠`⁠)⁠~⁠~⁠~)⁠~⁠~⁠~~⁠>⁠'⁠)⁠~⁠~⁠~~⁠>⁠'⁠)⁠~⁠~⁠~~⁠>⁠'⁠)⁠~⁠~⁠~~⁠>⁠'⁠)⁠~⁠~⁠~ —"La princesita esta despierta y echa una fiera"— Vanko habla por su link. Por lo que la conservación con los gemelos se ve completamente cancelada habiendo podido llegar, en cierto modo, a varios acuerdos. —"Supongo que te ocupaste de ella."—Murmura algo ronco. —"Claramente."— Responde divertido. —¿Todo en orden?— Kyrill junta sus cejas al ver el semblante duro de Egan. El híbrido asiente parpadeando. —Holland despertó.— Demanda poniendo se pie para perderse de la habitación e ir en busca de la castaña a paso apresurado. —Buena suerte.— Murmura Kyrill entre risas al saber con lo que se va a encontrar. Egan lo ignora encontrándose con Stephen y Adrik por el pasillo. —Creímos que ibas a necesitar algo de apoyo.— Stephen es quien lo dice con una mueca. Egan niega con la cabeza. —No la toquen, no la lastimen, sea lo que sea que ella haga.— Infla su pecho cerrando los ojos. Ambos amigos asienten en silencio dejándole en claro que no harán nada en contra de sus reglas. —Estoy seguro de que Vanko se ocupó de ponerla en su lugar.— Bromea Adrik divertido. Egan frunce sus labios dándole la razón. —No se que me aterra más, si ella furiosa o Vanko.— Agrega divertido cuando llegan a la puerta que da a la habitación de la castaña. Ambos amigos se quedan a un lado apartados, mientras que Egan ingresa a la habitación sin siquiera molestarse en golpear la misma para anunciar su llegada. Toma aire al ingresar y se sorprende de encontrarse con la castaña amarrada de brazos y piernas a un sillón cercano a su cama de dos plazas y media. Mientras que Vanko sale del baño con una toalla cubierta de su propia sangre al haber limpiado la herida. —Tengo que admitir que la Luna tiene agarras.— Murmura molesto dándose media vuelta para mostrarle a su mejor amigo el corte. Egan observa aún lo que queda del florero en el suelo y cómo Holland lo mira de manera furiosa. Es por eso que sonríe coqueto en su dirección y siquiera sé inmuta de que su amigo la hubiera atado, porque sabía que había tomado los recaudos suficientes para que ella no saliera huyendo y para no lastimarla también. —Ya lo creo.— Murmura clavando sus ojos azules sobre los de ella con intensidad. —Ire con el resto.— Deja en claro tirando la toalla en un cesto dentro del cuarto de baño para volver a fijar una vez más su vista en la mate de mejor amigo y guiñarle un ojo de manera juguetona sólo para fastidiarla un poco más. —Creo que no esperaba encontrarte atada, aúnque, siendo sincero si estuvieras desnuda me gustaría mucho más la escena. — Sonríe recorriendo todo su cuerpo con su mirada para no perder ni un solo detalle de su cuerpo. —¡Voy a arrancarte el corazón cuando me logré soltar!— Sisea apretando sus labios. Su amenaza no hace más que hacer sonreír al castaño... Él mismo avanza hacia ella realmiendo sus labios. —Puedo ayudarte con eso, cariño.— Susurra dejando un beso húmedo en su cuello para luego tomar de las cuerdas para soltarla. Holland lo mira con recelo, quiere que se aleje lo más posible de su cuerpo porque no tolera la sensación que él le genera al estar cerca de su piel.
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