NARRA VALENTINA Nos miramos, ella estaba llorando yo también lo estaba ambas repletas de un dolor silencioso y ambas encontrando consuelo en la mirada de la otra. Podría mirarla por horas, pero miré su mejilla y aquello me hizo volver a la realidad. - Estas sangrando.- le dije acercándome a ella y poniendo mi mano cerca de su piel herida, ella cerró sus ojos ante mi caricia como si mi simple roce la estaría sanando. Todo estaba oscuro, sólo entraba la luz del sol por una pequeña ventana que había. - Deberíamos subir y limpiarte eso.- dije preocupada. -No, no subamos aún.- me respondió con los ojos cerrados. Dejé de acariciarla para quitarme la camiseta. -¿Que haces.?!- pregunto alarmada. - No voy a dejar que te desangres.- respondí. Sus ojos se dirigieron a mi abdominales, luego

