Íbamos en auto, tomadas de la manos mientras yo manejaba, debes en cuando le robaba uno que otro beso cuando frenábamos en las luces rojas de los semáforos. Estábamos cerca cuando Juliana me habló. —Val, yo te he dicho todo de mi, y apenas sé de ti, y no quiero presionarte a contar nada pero en verdad me gustaría saber más cosas que sólo tu nombre, si quiera te pregunté que es lo que hacías en la oficina de Guille ese día. Y sólo quiero que confíes en mi.— me dijo Juls y tenía mucha razón ella había abierto su corazón a mi y yo no le estaba siendo sincera de la misma forma. —Lo sé y tienes razón. Prometo contarte todo, todo de mi. Pero no ahora, pronto lo haré y espero me entiendas. ¿Puedes confiar en mi hasta que lo haga?.— pregunté. —Claro que si preciosa.— respondió. Eran las

