Antes incluso de llegar al muelle, Julia puede escuchar el sonido atronador de la música a todo volumen. El auto se detiene en el estacionamiento y todos salen. Julia se siente un poco nerviosa, no está segura de sí es una buena idea ir a una fiesta en el yate de un desconocido en medio del mar, pero todos los demás están emocionados y Reagan se ve muy feliz. Cree que evitará ver Criminal Minds o series parecidas por un tiempo. -Todo estará bien -le repite Reagan mientras atraviesan el muelle siguiendo a Izan. El inconfundible olor a mar entra por sus fosas nasales cuando una ráfaga de viento le sacude el cabello pelirrojo por todas direcciones, pero ni siquiera eso logra calmar su ansiedad. Mechones se le pegan a la cara y entre los labios, y Julia los aparta enseguida. Reagan suelta un

