Es el tercer día de búsqueda y el clima parece empeorar, dificultando la búsqueda por aire. Aun así, los botes de la guardia costera recorren todas las rutas posibles sin conseguir nada. Cuando los padres de Julia y Regan ven el bote regresar al muelle poco antes del anochecer, no es necesario que el capitán les diga algo. Es solo la mirada que les lanza mientras camina hacia ellos y se quita el sombrero de la cabeza.
Solo niega y les susurra un suave: -Lo lamento, no ha habido suerte.
Christine exhala un suave sollozo y se derrite en el costado de su esposo, abrazándose con fuerza a sus bíceps. Nadine se pasa las manos por mechones de cabello cobrizo y se deja abrazar por su marido.
-Gracias -susurra Jack y se marchan con sus esposas abrazadas a su costado.
Vuelven al hotel en medio d
