Capítulo 6 De esa noche databan los misteriosos pero significativos acontecimientos que atrajeron casualmente la mirada del capitán Davidson cuando se dejó caer por el establecimiento, tranquilo y expectante, con el objeto de devolver el chal indio a la señora Schomberg. Acontecimientos que, por extraño que parezca, continuaron durante una considerable porción de tiempo. Cosa que pudo deberse a la honestidad y a la mala suerte, tanto como a la notable precaución de Mr. Jones y compañía en el manejo de las cartas. El interior de la sala de conciertos constituía un espectáculo de lo más raro e impresionante, con un extremo abarrotado de sillas apiladas en la tarima de los músicos y con el otro iluminado por dos docenas de velas distribuidas sobre una mesa alargada, cubierta con un fieltro

