Dalhec hacía muecas mientras una omega le dejaba caer sobre la marca un líquido frío y viscoso, Karima apareció y la omega se retiró en silencio, el cachorro estaba aguantando bien su destino pues no se había quejado ni un poquito.
Karima soltó un suspiro, el niño era bastante pequeño posiblemente no tuviera más de diez años y ya había sido sacrificado por el bien de su manada, el bebé estaba en mejor posición pues no estaba al tanto de que había sido vendido, claro cuando fuera lo suficientemente grande para recibir la marca se enteraría, pero no recordaría ya nada de su manada anterior ni su familia.
Karima colocó su palma sobre la marca rojo brillante que había sido colocada bajo el hombro del cachorro, uso su magia para retirar el calor que le produjo la quemadura de la marca.
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