— Papá...
gimoteó Halem.
— ... me voy a morir.
— Ningún hijo mío se muere tan fácil.
gruñó Qumard sin poder ver al cachorro.
La puerta se abrió y apareció Khoeli con el ceño fruncido y el semblante preocupado, Qumard ya sabe que Khoeli y Yarim están al tanto de la verdad, Halem se lo contó y le aseguró que no había ningún problema pues les hizo prometer no delatarlos.
— ¿Qué sucedió?
preguntó Khoeli viendo entre su tío Qumard y Qwan.
— Khoeli...
lloriqueó Halem.
— ... voy a morir.
— ¿Halem? ¿Dónde estás?
preguntó Khoeli activando la magia de sus ojos.
Los trillizos querían saber cómo era que su madre podía verlos mientras nadie más podía, ella insistía en que la luna le decía donde estaban ellos escondidos.
Qamar también estaba intrigado, pero su curiosidad no era ta
