El pánico se volvió a apoderar de Ciaran al ver que lo habían abandonado a su suerte, su equipo lo abandonó y él no sabía que más hacer.
— Gracias.
dijo Shania muy bajito.
Ciaran escuchó la voz de su bruja y se relajó, se sentía tan natural tenerla entre sus brazos que su lobo refunfuñó, Shania soltó una risita al escucharlo refunfuñar, su hermano también refunfuñaba cuando ella lo consolaba después de algún entrenamiento particularmente difícil.
Ciaran sintió que ella quería separarse de él y con una mueca de disgusto la soltó, Shania por supuesto se dio cuenta de la mueca en el rostro de Ciaran y se sintió terriblemente avergonzada.
— Yo... debo irme...
dijo a modo de disculpa.
— ... Blaidd me está esperando.
— ¿Quién es él?
preguntó de golpe sin poder contener los celos
