Qamar sentía que le iba a dar una terrible jaqueca, todo ese asunto de un lobo mágico suelto persiguiendo a Lyricka, lo único que le consolaba es que al parecer ella no se dio cuenta de que el viento tenía forma de lobo. A Lyricka seguían sin gustarle los lobos, había hecho muchos avances pues ya no tenía ataques de pánico cuando algún lycan se transformaba cerca de ella, pero seguían sin gustarle los lobos. Debido a las medidas de seguridad que el clan Hariva tomó el problema de Zaaren con los lobos salvajes y vampiros se redujo al mínimo, era prácticamente imposible acercarse a ella y los pocos intentos que hubo fueron detenidos tan a tiempo que ella nunca se dio cuenta. — ¿Hay alguna noticia sobre la tía Hilma? preguntó Qamar con desánimo. Es más de un mes que estaban buscando

