— Soy Azalan... respondió estrechando la mano del lycan. — ... ¿no debemos tener alguna cortada con los humanos? Bailu meditó por un momento, sería buena idea estar de acuerdo con una historia, él nunca lo necesito, podía inventar cualquier historia fácilmente y cuando estaba con su madre solo debía seguirle la corriente. — Claro, déjame la historia a mí, tú solo sígueme la corriente, ¿Puedes hacerlo lheslari? — Claro que puedo, cachorro... dijo Azalan estrechando los ojos al sentirse retado. — ... miento tan bien como cualquier hijo de leñador. — Jajaja, bien, vamos a comer, me muero de hambre. Azalan siguió a su nuevo amigo y fueron directo a la fila que se había formado para felicitar a los novios, Bailu le pasó a Azalan una piedra de río bastante pulida y le guiñó un ojo.

