— Papá... se quejó con un murmullo Argenther. — ... tus hijos me matarán uno de estos días. La puerta se abrió y Myrander entró con el rostro encendido y una mirada de que no pensaba ceder ante nada, en sus ojos verdes. La loba miró por la habitación y al notar que solo estaba Argenther abrió la boca para preguntar en donde estaba su hermano, cuando Mackya se colocó en silencio detrás de ella y sin previo aviso gruñó con fuerza. Myrander reaccionó con velocidad y tomó su lobo y se lanzó al ataque, Mackya sujetó con facilidad el morro del lobo de su hermana y empezó a reírse mientras ella intentaba liberarse de su agarre. — ¡Cof-cof!... la tosesita de Argenther llamó la atención de los hermanos. — ... ¿A qué se debe tu visita, Mackya? preguntó fingiendo no ver su pelea. Ma

