Perelt tan solo gimió como respuesta y Karima se rio con más gusto, se puso en pie y le susurró algo al oído, el lycan esbozó una tímida sonrisa y se marchó.
Gardeq frunció el ceño y gruñó bajito cuando Karima se sentó otra vez entre las piernas de Haytham, la loba de Karima refunfuñó en su unión para apaciguar a Gardeq, de los dos lobos Gardeq era un poquito más celoso que Haytham, pero solo porque Gardeq se daba cuenta de más cosas que Haytham.
Haytham es bastante despistado y no suele fijarse de ciertos detalles pequeñitos, detalles que no se le escapan a Gardeq, Karima jamás los traicionaría, pero los lycans suelen reaccionar a ella con mucha mojigatería incluso cuando ella los está golpeando.
— Descuida, Gardeq...
dijo Haytham con tono conciliador al escuchar a su Beta gruñir.
