— Calla mujer, ¿y qué si el señor Mesíc suelta a sus perros de caza en la ciudad?... la reprendió su esposo. — ... los ha criado desde antes de que nuestros padres nacieran y gracias a eso no hay ratas en nuestras casas. Los lycans intercambiaron miradas al escuchar a la pareja de humanos y luego miraron a su guía en busca de alguna explicación, Sawaky se encogió de hombros y dijo: — No cazamos ratas, pero donde hay lobos no hay esos desagradables animales, miedo instintivo supongo. Uno de los gammas Zetwal le dijo a su compañero: — Creo no me había fijado que en el castillo de la manada no hay ratas. Sus compañeros empezaron también a conversar sobre aquel hecho sin importancia y que no habían notado, posiblemente hubieran pasado siglos y ellos no se hubieran dado cuenta. La

