—Muy bien, eso es todo —pronunció Jimmy terminando de sacarle los puntos en la rodilla del niño de cinco años—. Has sido muy valiente —halagó revolviendo con cariño el cabello castaño del pequeño.
El pequeño niño sonrió y sacó su pechito llenándolo de aire—. Yo soy muy fuerte, como Hulk —exclamó sacándole una risita a su madre y a la enfermera que acompañaba al médico.
—Eso parece —asintió el joven doctor rubio—. Pero debes tener cuidado pequeño, hasta los superhéroes como Hulk se cuidan en las batallas para no salir tan heridos —indico divertido.
—¿A usted le gusta Hulk, doctor? —pregunto con emoción el infante.
Jimmy asintió—. Es mi superhéroe favorito —anuncio arrugando su nariz mientras emitía un gruñido que fue más tierno que amenazante.
El niño rió y le imito con alegría.
—Bien, espero no verte muy seguido, al menos en dos semanas más —expreso el joven doctor despidiéndose con un gesto de mano de su pequeño paciente junto a la madre de este.
—Si en verdad logra que no venga en dos semanas, será un nuevo récord —exclamó la enfermera—. Por lo general, está aquí una o dos veces a la semana —comentó.
—Vaya, realmente es un muchachito fuerte —sonrió levantándose del banquillo en el que había estado sentado frente a la camilla—. ¿Quién viene ahora? —preguntó.
—Nadie, tiene una hora para almorzar —le recordó—. ¿Va a ir a la cafetería? —preguntó.
Sin poder contenerse, Jimmy arrugó su nariz al recordar lo que había sucedido en la cafetería el día anterior.
La palabra "Mierda" que había exclamado el sexy bombero en cuanto le observó no había sido muy alentadora, y él ni siquiera había hecho más que saludarle... Y anteriormente atenderlo... Bueno, ese había sido más bien Nolan quien lo había hecho finalmente pero no quitaba que había intentado ayudarle.
Jimmy sabía que estaba en una relación con su amigo, aunque cuando los había visto sentados juntos en la cafetería, ninguno había mostrado realmente esa aura de parejas.
Pero tal vez ambos se estaban viendo en secreto o simplemente no querían hacer pública su relación, había parejas que eran así.
El, por el contrario, prefería mostrar gestos cariñosos por más simples que fueran como un abrazo o tomarse de la mano sin importar el lugar donde estuviera, era alguien de tacto.
—¿Doctor Parker? —preguntó la enfermera sacándolo de sus pensamientos.
—Lo siento, me distraje un poco —se excusó a la curiosa mujer—. ¿Sabes si hay un lugar donde vendan flores o plantas en general por aquí? —pregunto decidido a no pensar más en el sexy bombero.
Jimmy no tenía tiempo para hombres, no debería de pensar en ellos por un tiempo luego del fracaso que había tenido con su ex... Muy, muy, expareja.
—Oh, sí, hay una florería que tiene prácticamente de todo —asintió y se acercó al escritorio donde tomo una lapicera y un pos-it, escribiéndole la dirección—. Está cerca de la panadería, no tiene por donde perderse —expreso.
—Gracias —sonrió—. ¿Crees que alcance a ir y volver ahora o estará abierto para cuando salga del trabajo? —preguntó.
—Estará abierto para cuando salga, pero ahora también alcanza a ir y volver y aun así tener algo de tiempo para almorzar, aunque tendrá que comer rápido —respondió—. Lo veré en la cafetería si decide ir —se despidió saliendo también de la habitación.
Observando el papelito en su mano, Jimmy se encogió de hombros y decidió salir del hospital.
Y claro que su decisión no se veía para nada influenciada por Nolan y el sexy bombero, que pertenecía a su amigo, en caso de que la pareja estuviera nuevamente en la cafetería.
Él no la estaba evitando por eso, tampoco había estado evitando a su amigo ya que ambos tenían pacientes y estaban en diferentes áreas, definitivamente no estaba evitando a nadie.
“No lo hago...” repitió en su mente mientras se quitaba la bata médica junto con el estetoscopio que descansaba alrededor de su cuello.
Saliendo de la habitación también, se dirigió a la entrada del hospital y se dio media vuelta cuando contemplo a cierto hombre hablando en la recepción con el enfermero encargado.
“Siempre puedo usar la salida trasera” pensó caminando en el sentido contrario al sexy hombre.
“Y no, no estoy evitando a August” se consoló apresurando el paso.
—¡Doctor Parker! —grito la gruesa voz varonil y Jimmy gimió internamente.
“Mierda, ¡sí! lo estoy evitando” pensó haciéndose el tonto e ignorando el llamado de su nombre.
—Doctor —pronunció August alcanzándolo fácilmente, tomándolo de la muñeca.
Una extraña sensación recorrió el cuerpo de ambos cuando se tocaron, fue como una especie de cosquilleo, una suave corriente pasando por cada m*****o de sus cuerpos... Fue raro y...
Excitante.
Jimmy observo el hermoso rostro del sexy hombre y luego observo su gran mano sosteniendo de forma delicada su muñeca. Reaccionando, salió del agarre de August y escondió su mano detrás de su espalda para después llevarla dentro del bolsillo de su pantalón.
El médico se aclaró la garganta y evito el contacto visual con aquellos hermosos ojos color plata, luego frunció el ceño por su actuar y le enfrento sosteniéndole la mirada.
Él no tenía por qué estar evitándolo y escondiéndose de nadie.
—¿Necesita algo señor...?
—August. August Miller —respondió observando fascinado el color azul en los ojos del hombre rubio—. Lo siento, le grité, pero no me escucho —se excusó.
—Ah, lo siento no le he oído —mintió observando hacia otro lado.
August arqueó una ceja y se lo dejo pasar, pero él había visto claramente cuando el lindo rubio se había fijado en él en la recepción e inmediatamente había dado media vuelta, alejándose rápidamente en la dirección contraria.
Obviamente, le quería evitar.
—Yo quería disculparme por lo de ayer —anunció atrayendo la mirada del médico nuevamente.
—Está bien, no hay nada que disculparse —negó Jimmy—. Simplemente no se les puede caer bien a todas las personas —sonrió leve—. Si me disculpas, pensaba en salir del hospital.
—Por favor, realmente quiero explicarme —insistió impidiendo con su gran cuerpo que el lindo doctor avanzara.
—¿Por qué? —preguntó curioso—. Solo dijiste lo que estabas pensando en ese momento —se encogió de hombros, quitándole importancia.
El alfa negó con su cabeza—. No, ese es el problema realmente, yo...
—Espera —interrumpió Jimmy y colocó su mano sobre el antebrazo del bombero, corriéndole y dándole el paso suficiente a un paciente que caminaba con un carrito, acompañado por un enfermero.
—¿Podemos hablar en otra parte? —pidió August al ver que estorbaban a otras personas, pero también porque podía sentir las miradas curiosas de las demás.
Y su médico parecía que también fue consciente de ello porque asintió.
—¿Pensé que salías del hospital? —preguntó cuando se percató de que Jimmy se dirigía a la cafetería.
—Tengo la sensación de que no me dejaras irme realmente hasta que me expliques el sucedo de ayer, por lo que prefiero utilizar mi hora de almuerzo comiendo y escuchando, que simplemente escuchando —explicó caminando a la par que August—. De todas formas, puedo ir a la florería después.
—Yo te puedo llevar si gustas —se ofreció el pelinegro deseando pasar más tiempo con el lindo rubio.
—No te preocupes, ya tengo la dirección —rechazo inmediatamente.
Entrando en la cafetería, ambos tomaron una bandeja y comenzaron a escoger lo que comerían. Como el día anterior, Jimmy recibió dos cupcakes esta vez de uno cuando estuvo en la caja pagando su almuerzo.
Tomando asiento en una mesa, Jimmy suspiro en alivio cuando vio que no estaba Nolan a la vista. Sería un poco incómodo que lo encontrara comiendo con su pareja, ¿no?
—Entonces... —pronunció el lindo doctor, manifestando que siguiera con su disculpa.
—Yo no estaba pensando —prosiguió aprovechando la oportunidad—. En cuanto te vi mi cerebro como que se fundió y... —subió sus hombros.
—¿Me estás coqueteando? —preguntó sorprendido, frunciendo sus cejas.
—Solo digo la verdad... Y tal vez —sonrió de forma despampanante.
Dios, hasta su maldita sonrisa era sexy.
¿Cómo diablos lo hacía?
—Pero pensé que estabas saliendo con Nolan —soltó sin poder contenerse y observo a su alrededor con una pequeña mueca de disculpa.
Sin poder evitarlo, August estallo en una carcajada por la cual Jimmy estaba luchando no verse afectado.
—Dios, no —exclamo entre risas—. ¿Por qué piensas eso? —preguntó curioso una vez que logro dejar de reír.
Fue interesante y adorable contemplar como las mejillas del hermoso rubio adquirían un ligero rubor. Fue lindo.
—Bueno yo... Es que... —balbuceo—. Aquella vez que te trajeron los paramédicos, yo te estaba atendiendo cuando Nolan interrumpió en la habitación y prácticamente me echo de ella cubriéndote con su cuerpo —se explicó—. Cualquiera pensaría que estaba enojado porque otro estaba viendo a su sexy bombero —se explicó.
—¿Sexy bombero? —sonrió August.
—Oh no, no hagas eso —refunfuño Jimmy arrugando su nariz.
—¿Hacer qué? —preguntó divertido.
—Eso —señalo su sonrisa—. Sonreír así debe de ser ilegal —refunfuño atacando su comida para evitar mirarle.
—Ahora tú me estás coqueteando —indico con satisfacción August, sintiendo a su lobo agitarse feliz por la atención del lindo rubio.
Jimmy negó con su cabeza.
—Dejemos esto y disculpa aceptada —anunció tomando su refresco, abriendo la lata.
—Y tampoco estoy saliendo con Nolan ni nadie en este momento —añadió.
—información recibida pero no necesaria —pronunció el médico.
—¿Por qué? —preguntó—. Crees que soy un sexy bombero y yo creo que eres un lindo y sexy médico —sonrió coqueto, obviamente sin rendirse.
“Contrólate Jimmy, nada de hombres” se recordó a sí mismo, rememorando su última experiencia.
—Mira, es visible que hemos estado coqueteando durante todo el almuerzo —aceptó—. Pero vengo saliendo de una relación no muy buena a decir verdad y no me quiero enredar en otra tan pronto —expreso con sinceridad.
Y contemplando los lindos ojos azules, August asintió con seriedad al apreciar la sinceridad y verdad en ellos.
—Está bien, ignoremos que nos encontramos calientes y sexys el uno al otro y tengamos una... Amistad —anunció luego de pensarlo—. Ya sabes, conversar, salir a beber, jugar cartas u observar un juego de baloncesto, lo usual que hacen los amigos.
—¿Amistad? —repitió Jimmy alzando una ceja.
—Sí —asintió August—. En realidad, me gustaría intentar algo más contigo, pero también entiendo tu posición saliendo de una reciente relación en la cual parece, no te fue muy bien, y aunque espero que algún día me tengas la confianza como para contarme al respecto, puedo aceptar la espera. Solo te pido que al menos nos conozcamos el uno al otro durante ese tiempo —pidió.
Y aunque él realmente quisiera intentar algo más con el sexy y lindo doctor de bonitos ojos azules, después de la conversación que había tenido con su padre el día anterior le había dejado pensativo durante toda la noche mientras hacía de guardia en la estación.
Decidiendo finalmente que lo mejor sería entablar una amistad con Jimmy primero, conocerlo y abordarlo lentamente, cortejándolo sutilmente prácticamente y no asustarlo con ello.
Sabía después de todo que con Jimmy debía de tener más cuidado que con Antia, el lindo rubio era un humano y no quería ponerlo en una mala situación si resultaba no ser su pareja destinada.
Aunque su lobo inmediatamente le gruñía en desacuerdo cuando pensaba de esa manera, casi como regañándolo por no confiar en sus instintos.
—Yo... No te molesta si lo pienso, ¿cierto? —preguntó Jimmy a pesar de lo tonto que podía sonar aquello.
Pero había algo extraño tirando dentro de él hacia August desde el momento en que había visto aquellos bonitos ojos color plateados.
—Está bien, no hay problema —sonrió suave el alfa, intentando calmar la reciente inquietud que se presentó en el lindo rostro del doctor, se diera cuenta este o no.
—Gracias —sonrió visiblemente más tranquilo.
Y luego de ello, ambos siguieron conversando de lo más normal hasta que gastaron su hora de almuerzo.
Volviendo a trabajar, Jimmy siguió dándoles vueltas y vueltas a las palabras del sexy bombero. Sabía que había algo de química entre ellos, y si pasaban tiempo juntos, lo más probable es que esta crecería.
Sin poder dejar de pensar en ello, al volver a su casa, después de ducharse y cenar, Jimmy estaba en su jardín trasero cuidando de sus plantas cuando decidió llamar a su amigo.
—¡Hasta que finalmente me extrañas! —exclamó el pelirrojo apenas contestó, sacándole una sonrisa de labios a Jimmy.
—Pues muy bien que tu también podrías extrañarme y llamarme antes —acuso y Micah rió.
—Culpable, pero quería que te asentaras unos días en el nuevo pueblo y en tu nuevo trabajo —se excusó.
—De igual forma aquí —anunció Jimmy—. ¿Cómo vas con tus pinturas? —preguntó.
—Genial, ye he vendido varias de ellas y mi representante teme que tenga que pintar más de ellas para terminar mi gira —expreso con emoción.
—Sabía que tus pinturas eran increíbles, pero nunca tanto —se burló tomando asiento en una banca que estaba frente al invernadero.
—Una sonrisa y un guiño de este sexy pelirrojo y siempre lo logra —se carcajeo.
—Idiota —rio Jimmy.
—Ya mucho de mí y nada de ti. Dime que ha pasado de interesante estos días en tu vida —pidió.
—Bueno, ya me llevo bien con todo el personal médico y ya conocí a mi primer paciente regular —sonrió recordando al niño—. Se llama Thomas, tiene cinco años y tiene este complejo de superhéroe que lo trae prácticamente una vez a la semana al hospital.
—Siempre debes tener de esos pequeños monstruitos locos —sonrió Micah—. ¿Y qué más ha pasado?
—... ¿Cómo sabes que eso no es lo único? —pregunto.
—Lo intuía pero no lo sabía, ahora lo sé —rió alegre—. Vamos, cuéntale a tu pelirrojo amigo el chisme, ¡quiero chisme jugoso!
—Estás loco —suspiro el rubio con una sonrisa.
Micah resopló—. Habíamos acordado que eso ya lo sabías, ahora cuéntame mi chisme —exigió.
—Hace un par de días mi casi paciente fue un sexy bombero llamado August Miller —comenzó—. Ayer lo volví a ver y sus primeras palabras cuando nos presentaron en la cafetería fue un “mierda”.
—¿Y a ese idiota que le pasa? —exclamó Micah frunciendo el ceño—. ¿De qué tan sexy estamos hablando? ¿Solo lindo a la vista? ¿Agradable a los ojos? ¿Sexy? ¿O dios griego caigo al suelo y abro mis piernas?
—Muuy sexy y caliente —sonrió—. Hoy vino a buscarme al hospital para disculparse y explicarse el porqué de sus palabras —prosiguió—. Coqueteamos y...
—¿Tuvieron sexo caliente y morboso en el hospital? ¡Dios que bien te he educado! —interrumpió en un chillido.
—¡No! no seas idiota —regaño entre risas—. Le expliqué inmediatamente que venía saliendo de una reciente relación y que no quería nada por el momento, él comprendió y me pidió que entonces que fuéramos amigos —le explicó rápidamente para no ser interrumpido nuevamente.
—Ay, que aburrido —suspiro Micah—. ¿Y entonces ahora son amigos?
—No exactamente —respondió contemplando el cielo ya oscuro—. Le pedí tiempo para pensarlo, y por muy tonto que fue hacer aquello, ya lo sé, él aceptó.
—¿Y por qué estás dudando?
—Porque tengo la sensación de que terminaremos en algo más que amigos —suspiro—. Hay algo que tira de mi hacia él, hay una extraña química caliente entre los dos y eso que recién nos estamos conociendo.
—¿Y? eso es genial —respondió Micah—. Siempre existe el amor a primera vista —le recordó.
—Sí, lo mismo pensé con Nick y mira dónde terminé —bufó.
—No compares a ese idiota con el sexy bombero —se quejó su amigo—. Voldemort está a otro nivel de estupidez.
—Bueno, pero es verdad. Con Nick paso algo similar y no termino bien... Tengo miedo de que con August pase lo mismo —suspiro.
—No puedes cerrarte al amor por una mala experiencia —regaño Micah—. Mejor aprende de ella y toma todo con más lentitud, no como con ese idiota que a la semana ya estaban saliendo y a la tercera quería que te mudaras con él.
—Entonces... Si deberíamos de ser amigos, ¿no? —mordió su labio inferior, inseguro.
—Claro, así se conocen y ven si tienen algunos gustos similares, también pueden ser amigos con beneficios y así comprueban si el sexo también sería bueno entre ustedes —rió.
—Idiota —sonrió Jimmy—. Gracias.
—De nada, soy tu locura razonable —sonrió—. Mañana quiero una foto de ese sexy bombero, y si está sin camiseta mejor.
—Adiós Micah —se despidió Jimmy negando con su cabeza, cortando la llamada luego de que su amigo se despidiera.