Abro los ojos gradualmente para acostumbrarme a la luz que hay en la habitación, bostezo mientras veo hacia la ventana, es un hermoso día. Por un segundo olvido que mi familia ha muerto, durante ese segundo me siento completa y feliz, luego... al recordarlo mi corazón se rompe en mil pedazos, me quedo observando a la pared sintiéndome miserable otra vez. — ¿Por qué no pude ser yo? — Digo golpeando la cama con rabia. — Si tan solo Jonathan no hubiera salido del closet ¿Por qué no pudo hacerme caso al menos una vez en su vida? Cubro mi rostro con la almohada y grito lo más fuerte que puedo, me quedo allí durante unos segundos, pensando aun en ese día, estiro mi brazo hacía la mesa de noche para tomar el reloj, quito la almohada de mis ojos para poder ver la hora ¡Son las 10:26! Me levanto

