Capítulo 5

2922 Words
Capítulo 5: Conversaciones incómodas. Connor Jones. Sigo sin creer que antes que pasara todo el acontecimiento haya sido tan despistado en no haberme percatado de mi maleta después del viaje. Sé que Harvey y yo tenemos maletas similares, pero no es el hecho de que él me hubiera dado la suya y yo me quede con la de él que, por lo tanto, me va a tocar usar su ropa extravagante y llamativa, y eso no es mi estilo. Simplemente no puedo usar la maleta que tengo preparada para la luna de miel, en ella no se encuentro la ropa que a mi tanto me gusta y me hace sentir más cómodo porque esas fueron un regalo de Dakota. Mis pensamientos vuelven al tema inicial... ella y como me ha dejado embarcado en todo esto confundido. Me niego a aceptar que todo lo que está ocurriendo me agobia, me molesta y me causa repulsión, por más que trate de evitarla, no puedo, no logro que todos los sentimientos y emociones sean estables en mi... en todo lo que está ocurriendo, todo lo que estoy haciendo, todo lo que mi mente piensa y pide a gritos en decir que todo vuelva a ser como antes, a la normalidad, en donde yo no pienso en este paso tan grande como el matrimonio. Yo solo creía que las cosas podían darse a mi modo, en pensar un poco de la decisión del matrimonio, pensar que si me casaría formaría a una familia y tendría una relación estable con mi esposa, con mis amigos y familia... pero no es así. Dakota es demasiado astuta al tomar ventaja de que yo me encontraba de viaje para planear todo lo de la boda ¿Y para qué? ¿Para dejarme plantado y sin más que decir? Sabiendo que se había casado y había insistido que la boda tenía que darse lo antes posible. Y a la final me dejó con los pensamientos revueltos —y confusos hechos una mierda completamente—, que no dejan de torturar a mi mente. Mientras ella es feliz, yo estoy confundido en todo esto. Confundido, pero... ¿por qué? Porque simplemente estoy dudando en mis sentimientos hacia ella, y no simplemente por ya no me guste o si no es que no sé si la amo realmente como ella me llega a amar a mí. Por una parte, me siento la persona más mierda del mundo, por el hecho de que no la amo y que me case con ella por su felicidad sin interponer la mía. Pero por otra parte mi enojo y frustración lo que acaba de hacer hace que se merezca un poco de mi desamor. Pero no está bien. Nada está bien. ¿Será que puedo convivir con ello?, me pregunté. No lo sé y nadie sabrá tampoco. Luego de que Dakota se fue mi ansiedad se está haciendo presente, por todo: la frustración, la confusión, el remordimiento y culpa que siento por no haberle correspondido un amor como a ella le gustaría ser amada. De mí no va a obtener nada; solo sonrisas forzadas —y fingidas—, y besos sin sentir ningún sentimiento en ellos. Me remuevo en la cama nuevamente y nada, no puedo conciliar el sueño, por más que tome una posición exacta y cómoda es en vano. Miro la hora en mi móvil y este indica las siete y cincuenta y seis de la mañana, es temprano por lo que no sé qué hacer o a donde ir, pero mi móvil hizo un zumbido en mis manos avisando que me llegó un mensaje, me dispuse a abrirlo, el cual fue de mi socia: De: Ivy Carson.                                Hora: 08:10 am. «Buenos días Connor, espero que tengas unas maravillosas pre-vacación con Dakota, esperemos que te relajes y disfrutes mucho con tu mujer, también esperamos que regreses pronto para seguir trabajando en los negocios de la empresa». —Si supieran que estoy en unas pre-vacaciones solo... —murmuro irónico en un resoplido. No respondí, solo vi el mensaje sin dar respuesta alguna, solo puedo decir que iré al estudio e ir ahí significa ver a los chicos y eso solo es una sola cosa: enfrentarlos. No tengo miedo y tampoco estoy molesto con ellos, solo estoy tristes por el hecho de que mis hermanos no hayan asistido a mi boda, y de que no haya recibido apoyo de su parte, lo cual es patético sabiendo la discusión que había tenido con ellos, pero aunque haya ocurrido muchos acontecimientos nunca dejarán de ser mi hermanos. Nunca. Ellos siempre han sido mis amigos y hermanos, siempre hemos estado el uno para el otro. Bromeando y divirtiéndonos como nosotros solo sabemos hacerlo, y el hecho de que no reciba apoyo de su parte es como si estuviera apostando, o mejor dicho, estoy entre la espada y la pared. Ellos o Dakota... y tuve que escogerla a ella, y ella es la espada mientras los chicos son la pared, la pared que siempre me ha mantenido en pie y confiado de que nunca se destruiría. Decidí no dar más rodeos en mis pensamientos cavilares, tengo que comenzar mi día así no haya dormido en toda la noche pensando en todo lo que pueda ocurrir ahora en adelante. Me encamino hacía el baño y darme una ducha refrescante —por si quitar todo rastro de sueño, aunque no lo hay—. No puedo negar el hecho de que estar solo en el departamento es tranquilizante y reconfortante, sin tener una segunda voz interrumpiendo mis sueños, eso es... agradable para mí, sí. Cuando salí de la ducha y me miré en el espejo note que tengo unas ojeras, supongo que es por la falta de sueño que no se había hecho presente en toda la noche, pero no le tome importancia a ello. Es más que evidente que, aunque tuviera una cara espantosa no significa que me haya ocurrido algo malo ¿o sí?   Agarro nuevamente la maleta de Harvey —la cual no he vuelto a agarrar desde que supe que es de él— y la ubique en la cama abriéndola a su paso para encontrarme con sus botas y sus llamativos y extravagantes atuendos que él suele usar. A veces me pregunto... ¿Cómo él puede usar esos atuendos sin que le incomode? pero no puedo negar el hecho de que a Harvey le queda bien. Es su estilo y no el mío, a lo cual nos hace únicos. Tomo un atuendo —no extravagante y llamativo— de una camisa de botones azul con unos detalles en toda ella y unos jeans negros, por los menos agradezco que Harvey no haya puesto tantos atuendos similares a los anteriores. Me cercioro de estar listo para poder ir a la empresa y cuando me aseguro de ello salí del departamento. Tome el ascensor y oprimo el botón que me lleva hacía recepción y poder salir del edificio. Me encuentro un poco nervioso y entusiasmado por ver a los chicos, no puedo negarlo. Nervioso por el mero hecho de que no sé cómo reaccionaran al tenerme presente ahí como si no hubiera ocurrido nada después de todos los acontecimientos. Entusiasmado porque quería verlos y los echaba un poco de menos con sus ocurrencias, y también porque necesito tener una plática con alguien que me entienda, como ellos nada más saben hacerlo. El ascensor abrió las puertas y salí de este saludando a los gerentes del edificio, salgo de allí buscando a mi chófer el cual ya me espera con la puerta del auto abierta. Esto también es una de las cosas que me agobia, tener mi propio chófer, no es que no me agrada la idea en tenerlo tengo sus ventajas porque me es factible ir a donde sea, pero yo quiero tener un auto y poder conducirlo y desaparecer por un tiempo o tal vez años. Lo saludo amigable el cual me devuelve el mismo gesto, me adentro en el auto y el chófer lo rodea para encenderlo, le dije que me lleve a la empresa sin poner objeciones a ello. Las preguntas de mi madre estallaron como una bomba nuevamente en mi mente haciéndome confundir y revolver todos mis sentimientos hacia Dakota ¿Será que la amo o no la amo? ¿Será que me casé con ella nada más para complacer su felicidad sin interponer la mía en adelante la de ella? Para la segunda pregunta si tengo respuesta, y tengo claro que eso fue lo que hice y lo que ahora me está jodiendo pero... en la primera no tengo respuesta, es como la mismísima incógnita sin resolver, no tengo respuesta alguna para esa pregunta que me está torturando lentamente. Solo tengo que mantener la calma en mis pensamientos y no pensar en ellos sin importar que sea lo único que ruedan por mi cabeza a cada instante. El auto se detuvo al frente del edificio y sin darle tiempo al chófer de que abra la puerta salí por mi cuenta, no puedo esperar que otra persona actúe sin yo hacer nada, eso me molesta en cierto punto. Me adentro en el edificio saludando a los gerentes y trabajadores de allí —me miraron con desconcierto al tenerme ante sus ojos, pero no le tome importancia—. Cada vez que me voy acercando hacia la sala de juntas las voces de los chicos se hacen más audibles, haciendo que la emoción en mi creciera aún más, y también un poco los nervios. Entré sin tocar y todo se convirtió en un sepulcral silencio incomodo, se puede decir que se siente un poco de tensión en el ambiente. —Vaya, mira a quién tenemos aquí... no es nada más ni menos que la mierda de Connor —habla Logan mirándome despectivamente. Los demás no dicen nada, al contrario, se encuentran sorprendidos al tenerme allí. —Logan... —murmura Joe con advertencia. —No estoy para escucharte Joe, sabes que lo que estoy diciendo es cierto —entorna sus ojos hacia el mencionado. —Logan, anda a revisar nuevamente las cuentas, tuviste un error allí—sugiere Harvey empujándolo hacia la salida para que vaya a su oficina. A regañadientes lo hizo, y con las manos formadas en unos puños, dándome a entender que ganas no le faltan de propinarme otro puñetazo. Agradezco con la mirada a Harvey el cual asiente a ello. El ambiente queda en silencio nuevamente —no es tan incómodo como antes—. Leon tiene su mirada perdida en la sala en un punto indefinido de este. Harvey permanece en la puerta de la sala procurando de que Logan entre de sorpresa y me propine otro golpe. Joe se acerca a mi sereno, sin ningún rastro de emociones. Cuando ya se encuentra frente de mi respiro profundo y preguntó: —¿Estás bien, Connor? —pregunta ubicando una mano en mi hombro, transmitiendo confianza y tranquilidad. —Claro, Joe... como que si lo que acaba de pasar no haya sido nada. Estoy bien, ¿no lo ves? —me señalo así mismo dándole a entender de que nada está bien. —¡Qué bueno que estas bien, hermano! —exclama sarcástico entornando los ojos. Fue inevitable no reír ante su comentario sarcástico, el cual Joe ríe seguidamente. Supe que desde ahí él no está molesto conmigo, pero si se sintió un poco decepcionado al respecto, aunque no me lo haya dicho. —No pienso lo mismo que Logan, pero... —Leon interrumpió nuestras risas—, no puedo evitar sentir decepción hacia lo acontecido —asentí dándole la razón que, por su parte me abrazó y murmuró en el abrazo—: No estoy molesto contigo, hermano. —Connor, no es por ser entrometido o descortés, pero... ¿Qué haces aquí? ¿No deberías estar en tu luna de miel con Dakota? —inquiere Harvey desconcertado sentándose en uno de los sofás, poniendo toda su atención en mi. Todos —excepto Logan que aún sigue en su oficina— pusieron su atención en mi confundidos y esperando una respuesta. —Bueno... lo que ocurrió fue que... —Logan me interrumpió abruptamente entrando en la sala de juntas y sentándose junto a Harvey poniendo toda la atención en mí. —Quiero saber toda la maravillosa historia del por qué Connor no se fue —Logan sonríe mirándome expectante. Bufo ante ello, no sabía que él puede ser tan sarcástico a veces. Les conté todo lo que sucedió con Dakota, nuestra discusión y mi agobio hacia la boda. Resalté muchas veces que ella prefirió irse de viaje antes que estar con su “amado” esposo. Al recordar ese detalle la furia explotó en mí haciendo que siguiera resalto ese mero hecho. Quisiera tener una justificación justa para sus acciones, pero no las hay, ella simplemente me abandonó cuando era ella la que quería casarse en un principio. Los chicos me miraron sorprendidos, y cuando digo en plural significan todos incluyendo a Logan. Se levantó del sofá y me palmeo el hombro levemente y habló: —Te perdono Connor, pero mierda... ¿Dakota prefirió su trabajo antes que a ti? —Asiento—. Esto es digno de ver. Río levemente pero mi risa no dura mucho formándose en una mueca de tristeza y decepción de que Dakota no haya intervenido en su viaje. Sé que nuestros trabajos son nuestras pasiones, pero no es el mero hecho de que ella me haga esto... aunque pensándolo bien, creo que me lo merezco por no sentir algún sentimiento derivado al amor hacia ella, pero no tengo que ser justamente en nuestra boda. ¡No! —¿Connor, te puedo preguntar algo? —inquiere Harvey examinándome. Asentí—. ¿Por qué carajos llevas mi ropa puesta? —exaltado y agradeciendo de que Harvey haya cambiado de tema y de que ellos no insistieron más en ello, lo miré frunciendo el ceño cruzándome de brazos.  —Te preguntaría lo mismo, Harvey —alza una ceja ladeando un poco mi cabeza. Creo que los dos nos pusimos de acuerdo para usar la ropa del otro para molestarnos un poco. —Bueno en fin... les tengo una sorpresa —nos dijo Harvey entusiasmado—. Pero antes... Joe págame —extiende su mano hacia el rubio el cual resopla y niega hacerlo. —No voy a pagarte. Yo aposté a que no ama a Dakota —dijo Joe con aire de suficiencia. —Pero yo aposté de que se daría cuenta después de la boda —replica Harvey—. Así que, págame. —Está bien...—alarga la palabra desconcertado—. Idiotas... —¿Por qué coño no me incluyeron en la apuesta? ¿Tenían miedo en que ganará, ah? —pregunta Logan exaltado. —Harvey, ya dinos tu sorpresa —habla Leon interrumpiendo a los idiotas por la supuesta apuesta, que le da a entender de qué se trata de Dakota y yo. Joe le paga resignado y Harvey sonríe victorioso por haber ganado. —Bueno ya que todos estamos bien y de que ya no hay inconvenientes en intermedio... la sorpresa es que he firmado un contrato con la pasarela de Magic Show, que por ende iremos todos, somos los anfitriones y nos toca hacer la fiesta por el gran trabajo de las modelos —sentencia Harvey asintiendo. —¿Tenemos un beneficio en ello? —le pregunta Joe cruzándose de brazos. Harvey niega pero después asiente resignado. —Sí y no —aclara encogiéndose de hombros. —No me jodas Harvey, pensé que tu sorpresa sería más emocionante, no eso —brama Logan bufando. —Bueno... iremos contigo, Harvey. Lo necesitamos —declara Leon sonriéndole. —Solo iré a mi favor, no porque Leon lo afirma —aclara Joe negando. —Se divertirán, eso se los aseguro. Además, podemos ver el potencial de las modelos —sentencia Harvey sonriente. Tal vez tengo que ir a la pasarela y pasar un momento con los chicos sin interrupciones y despejar un poco mi mente que, al contrario, estando en el departamento encerrado —más que todo en cuatro paredes, es decir, la habitación— que me hará recordar a Dakota y en todos los acontecimientos que habían ocurrido en la semana. Sé que estando con los chicos puedo olvidar cualquier cosa en cuestiones de minutos, y tal vez una salida juntos no me vendría mal, y creo que pueden aclarar un poco mis sentimientos hacía Dakota, aunque sé que no hay nada que aclarar en ello. Tengo en claro que no siento ningún sentimiento derivado al amor hacia ella y que solo la aprecio como la persona adorable que es. Tampoco me esforzaré y trataré de encontrar sentimientos en donde no los hay, eso lo tengo aclarado. Pero ella no sé merece que yo le haga esto, aunque no se lo diré, no aún, solo se lo diré cuando tenga el valor y tenga todo aclarado en mi mente —porque aún la tengo todo revuelto en lo acontecido—, y se lo diré, pero no quiero arruinar su felicidad. No en estos momentos. Solo tengo que prepararme y luego decírselo. Aún no era mi momento, y tampoco el de ella. Solo despejaré mi mente y aclaré todo, y cuando llegue el día, es el día en donde yo la destroce y me sienta la persona más mierda del mundo. Aunque ya lo es por no decirle que la amo.
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