Anthony y Alexandra se miraron y después su padre preguntó — ¿En serio, le preguntaste eso? ¡Eres bien osada, hija!— dijo Anthony — Sí, además hablamos de su primera esposa—explicó ella— necesito cuidar mi inversión y debo cuidar, cada paso que doy con Arthur, interesarme en él, lo hizo sentirse importante para mí. — Tienes razón hija— manifestó Alexandra, coincidiendo con Diane— todo lo que sea necesario para mantener a tu prometido contento, debes hacerlo. — Si madre, debo ser cuidadosa y comportarme como una mujercita enamorada— convino Diane, con sus padres. Todos quedaron contentos con el proceder de Diane, todos se dedicaron a atender sus obligaciones, una con damas de sociedad y asociaciones benéficas y la otra a revisar los estados de la bolsa de valores para incrementar sus i

