— Buenas tardes señorita, buscó al señor Arthur Mccartney— dijo Diane con aire de importancia. — Buenas tardes— respondió la chica mirándola con atención— déjeme ver si puede atenderle. ¿A quien anunció?— Preguntó muy atenta y amable. — ¡A Diane Curtis, su prometida— dijo ella, muy segura de si misma La chica abrió los ojos por la sorpresa y luego se repuso rápidamente y la anunció con algo de recelo. — Señor Mccartney, la señorita Diane Curtis, está en recepción. Arthur pegó un respingo ante el sorpresivo anuncio y después de unos segundos dijo: — ¡Haga que pase, por favor!— pidió él, después de salir de su asombro. Ella caminó con aire de importancia, mirando por encima del hombro a cualquier persona que se cruzaba en su camino; al entrar Arthur estaba de pie esperando a que ell

