Aquel día estaba abatido por qué nuevamente le habían vuelto a llamar la atención y le levantaron una amonestación, lo último que necesitaba era más discusiones. ¿Pero como podría soportar esas palabras? Todo lo que decían sus compañeros a sus espaldas era frustrante.
Su supervisora le comento que debido a las recurrentes quejas de sus compañeros no había nadie que quisiera volar con él. Debido a esto, era probable que fuera trasferido nuevamente o despedido.
- Si esto continúa así, tendremos que tomar medidas. No podemos tener a un piloto que no vuela.
- Además de que tus compañeros no desean volar contigo.
- Pídeles disculpas e intenta hacer las paces. Aveces hay que ceder un poco.
Después de escuchar todo lo que le tenía que decir la supervisora Harry salió de la oficina.
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