Episodio 0

1387 Words
Unas sombras se entrelazaban en mis ojos y la sensación del agua bajo mis pies. Caminaba por un pasillo oscuro en el cual solamente se oía mi propia respiración y débil sonido de mis pasos. Todo era muy extraño y terrorífico. A medida que mis pies avanzaban por lo que parecía ser un túnel, se podía oír una voz que provenía de la oscuridad. ¿Pero que era lo que decía esa voz?. “Despierta” “ Debes volver” Al despertar sentí que mi cuerpo había desaparecido, y un sonido latente que resonaba en mis oídos. Cuando por fin conseguí abrir mis ojos me encontraba en una habitación blanca, llena de máquinas enchufadas a mi cuerpo. Al girar mi rostro para mirar lo que me rodeaba, pude distinguir una silueta a la distancia. Era mi marido, estaba situado junto a la ventana , parecía estar sumido en sus propios pensamientos. Intenté alcanzarlo pero mi cuerpo no sé movía. Cuando pronuncie su nombre sentí que mi garganta ardía del esfuerzo de promulgar una palabra. Pero aún así, no me detuve en mi esfuerzo. -¿Qué me pasó?. ¿Donde estoy?. Pronuncie levemente. -Estas en el Valium. Recibiste … un fuerte golpe. -Pero todo … estará bien.! Tranquila! Respondió él. Mientras sus ojos mostraban una ligera sensación de alivio. Aunque también se podía apreciar que las lágrimas habían hecho estragos en su rostro. -¿! No ..pero .. ?! ¿Golpe .. ?. No recuerdo .. nada. En ese momento sentí un dolor tan intenso que mi voz se detuvo. Todo mi cuerpo tembló del dolor y una onda electromagnética golpeó todos los músculos de mi cuerpo. Sentí como se contraía cada músculo y se desgarraba. Empezó a faltarme el aire y mis ojos no eran capaz de mantenerse abiertos. Luche con todas mis fuerzas para que mi conciencia no desapareciera pero no tuve éxito. Nuevamente sentí como la oscuridad me envolvía. A medida que mi conciencia se desvanecía pude sentir el tacto de una mano sobre mi piel. Me forcé a abrir los ojos pero solo podía ver una ligera silueta. Oía su voz lejana, pero no podía distinguir sus palabras. ¿ Que era lo que decía, me habría gustado saberlo? “¡!No te vayas!!” Abrí mis ojos nuevamente y me encontré en mi habitación. Mi respiración estaba acelerada, como si hubiera corrido durante un largo tiempo. -¿ Pero que fue todo eso? Me dije a mi misma entre murmullos. Mire mis manos que temblaban ligeramente, era como si la sensación de dolor que tuve en sueños aún siguiera en mi. Toque mi cuerpo, como si esperara que aún siguiera ahí. Sentí el sudor frío que recorría mi espalda y mi frente, era señal de que había vuelto a la realidad. - ¡Ah! ¡Maldita pesadilla! Exclamé mientras calmaba mi respiración. Al moverme ligeramente, pude notar como la manta que me envolvía se deslizaba por mi piel. Todo había terminado, ya había despertado. Al intentar levantarme note que algo impedía mi movimiento, era una mano que sujetaba mi cintura. Al girarme me di cuenta de que Nicolás me estaba abrazando. Ver su rostro dormir plácidamente me trasmitió una sensación de alivio y serenidad. - Si, todo fue un mal sueño. Murmuré mientras lo miraba. Era un hombre muy apuesto, su espalda era ancha y su piel blanca. Toque ligeramente sus cabellos oscuros lo justo para no molestarlo. Verlo junto a mi me hizo sentir muy feliz, que inconscientemente mi cuerpo se inclinó y mis labios besaron su frente. Nuevamente me aleje y dirigí mi mirada hacia el reloj situado a un lado de mi cama. Ver la hora me hizo darme cuenta de que mi noche de sueño había sido bastante larga. Ya era tarde, normalmente me despertaba temprano pero por lo visto mi pesadilla me lo impidió. Solté un fuerte suspiro y estire mi cuerpo entumecido. Aparte lentamente la sábana y el brazo de Nicolás. Pero sin darme cuenta él volvió a agarrarme con fuerza y tiro de mi cuerpo de nuevo a la cama. Cuando me giré hacia él, pude ver qué aún sus ojos estaban cerrados y con su boca hizo una pequeña mueca de molestia. - No puedes excitarme de esa forma y luego marcharte sin más. Me dijo él mientras abría ligeramente uno de sus ojos. - ¡ No se de que estás hablando! Vamos suéltame. Le grité mientras intentaba escapar de su brazos. - ¡ No quiero! En ese momento tiro fuertemente de mi cintura posicionándome encima de él. Sentí su aliento y sus labios tan cerca de mi, que mi rostro se sintió avergonzado. - ¡vamos! ¡Debes hacerte responsable por lo que has hecho! Exclamó él mientras deslizaba su lengua por mis labios. En ese momento mi vergüenza fue mayor, pero no pude evitar responder a la caricia de su lengua. Abrí ligeramente mis labios dejándola entrar en mi, provocando así un intenso beso entre nosotros. Entre beso y beso pude sentir como sus manos se deslizaban por debajo de mi camisón. Su caricia por mi piel hizo que todo mi cuerpo se ruborizara. Nuestros labios se separaron por un momento para dejar entrar un poco de aire. Pero no fue por mucho tiempo antes de que él volviera a besarme frenéticamente. Yo solo podía apretar las sábanas que estaban debajo de su cuerpo. Cuando me separé de sus labios nuevamente pude ver en su rostro unos ojos marcados con deseo y una pequeña mueca de satisfacción. En ese momento supe que había cometido un error. No debí haberme dejado llevar por él. Cuando me quise dar cuenta, ya me encontraba debajo de él. Ahora era vulnerable a sus caricias y sus besos. Me sentía como si una bestia fuera a devorarme en ese instante. Sus manos sobre mi pecho me excitaban profundamente, el simple roce de sus dedos en ellos me hacían estremecer. No paso mucho tiempo para que mi cuerpo estuviera preparado para él. Me sentía tan mojada en mi parte más íntima, que empecé a mover mis caderas inconscientemente. Pude sentir como él también estaba en su límite y su m*****o se rozaba en mi. Deslizo sus manos sobre las mías y las entrelazó entre sí. Apretó su cuerpo junto al mío y deslizo su boca por mi cuello. Su lengua lamió todo mi cuello hasta mi clavícula, para acabar succionando la zona más alta de mis pechos con su boca. Eso hizo que un gemido saliera de mi boca, me sentí tan avergonzada que acabe mordiéndome los labios para callarlo. Nuevamente sentí como disfrutaba torturándome de esa manera, pues mientras yo aguantaba mis gritos él me miraba con malicia. En ese momento pensé en alejarlo de mi, pero sabía que mi cuerpo no estaría de acuerdo. Él ya se había apoderado de cada fibra de mi piel. Apretó nuevamente nuestras manos y pude sentir como introdujo su m*****o en mi. Era grande y grueso, pude sentir como se movía en mi interior a voluntad. Mis piernas temblaban de placer y se cruzaron entre sus caderas. Con cada golpe sentía que mi cuerpo lo succionaba y no quería dejarlo salir. Nuestros alientos y gemidos se mezclaban sin parar en esos momentos. No se en que momento mi conciencia se perdió en ese deseo, pero sentí desaparecer la noción del tiempo. Cuando sentí que estaba apunto de culminar ese éxtasis entre nosotros una pequeña voz resonó en mis oídos. - ¡Mami! En ese momento sentí como un escalofrío recorría mi cuerpo y un sudor frío me envolvió. Empuje con todas mis fuerzas a Nicolás, e intenté cubrir rápidamente mi cuerpo desnudo. - ¡Mami! ¿dónde .. estás? Se escuchaba unos pequeños pasos que se dirigían hacia nosotros. Rápidamente recogí mi camisón del suelo y me lo coloque sin pensar. Me dirigí a toda prisa hacia la puerta del dormitorio, pero algo me detuvo en un instante. Nicolás tiro de mi brazo y me llevo hasta él. Agarró mi cabeza con su mano y me apretó junto a sus labios. Su beso fue intenso pero culminó con un ligero mordisco sobre mis labios. Al separarse de mi pude ver su sonrisa burlona mientras yo lo contemplaba perpleja. Deseaba golpearlo en ese momento, pero debía ocuparme de otro asunto primero.
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