Capítulo treinta y ocho
Sin tener ni una palabra que decir me encamino a la siguiente casa para tener más información de la que ya tengo suministrada, y es que lo sabía, sabía que el mismo bus tiene que ver con las personas desaparecidas.
Lo que me dijo la madre Alis con respecto a las características es que ella noto que tenía unos colores inusuales y que lo más raro que noto es que el número de serie del bus estaba el la parte superior a un costado cuando este normalmente siempre está abajo en una esquina. No llegó a ver quiénes lo conducían, pero si admitió que habían pocas personas dentro y que esto le pareció raro ya que normalmente el tráfico de personas en la hora de la mañana es abismal porque todos se están moviendo hacia sus trabajos.
Y no le hace falta razón.
—¿Y ahora a
