Capítulo quince Bajo las escaleras recogiendo mi ropa húmeda y al final del recorrido y principio de la misma levanto la vista hacia la persona que se coló en mi casa para observar como esta sonríe en gran manera teniendo mi ropa interior entre sus manos. —Pensé que las de tu estilo serían más como las de mi abuela difunta, pero me equivoque —levanta las cejas de forma picara y junto las mías de forma molesta. —¿Acaso nunca te enseñaron a respetar y a no estarte metiendo en lo que no te importa? —La ropa estaba tirada en el suelo. —me reprocha mientras que yo solo me limito a quitarle mis bragas de las manos. —¡¿y quién fue la persona que entró antes de que seguramente lloviera y se instaló en mi casa como si fuese propietario de la misma?! —hablo en voz baja y amenazante —es mi

