Capítulo doce Solo observo como es que el señor Beltrán me da una ultima mirada antes de entrar a su camioneta y arrancar para salir de la que es mi casa dejando un polvorero por lo rápido que reviro y se marchó. ¿Ahora qué es lo que vamos a hacer? Literalmente no tenemos pero ni la mínima pista de lo que se supone que tenemos que entregar en los próximos tres días y no creo que la persona que tengo en frente resuelva el lío en el que nos ha metido. Niego abiertamente con una mirada desaprobatoria y me encamino a la sala de estar mientras que me agarro los pocos pelos que me quedan en la cabeza. Dejar la ciudad, eh... ¿Por qué el señor Beltrán siempre es así conmigo y con los demás no es tan rudo? ¿Qué fue el mal que yo hice? Sus pasos fuertes me siguen hasta estar de pie frent

