Capítulo treinta
Pov Khan
Estoy enojado.
Aunque esas dos palabras no definen lo que realmente mi mente tiene pensando hacer con la persona que acabo de sacar, y es que simplemente no le dejo una bala entre ceja y ceja, porque sé que Saddy tendría un cargo de conciencia encima el cual nunca la dejaría tranquila.
Llevo mis ojos a ella y levanto las manos en forma de rendición mientras que me encamino directo a la cocina —Ya no le hago más nada, ya —niego y dejo que mis pies me lleven hacia el microondas, saco las palomitas que había puesto y meto otro sobre nuevo.
De verdad que ya la quiero tanto que soporto cosas que usualmente no soportaría con nadie.
Estoy loco... ¿Qué es lo que hago detrás del rabo de una mujer si a la final puede que hasta me termine odiando por lo que soy?
