Al llegar a casa su estado de ánimo se notaba mucho mejor.
—Muchas gracias, te debo la vida de mi hija, no tendré cómo pagarte lo que has hecho por nosotras.
Ahora si explícame ¿cómo hiciste para recuperar a mi niña y donde está su amiga? —preguntó Samanta.
—Mamá, Mónica fue la que ayudó para que pudieran llevarme, era uno de mis secuestradores, ella llevaba varios años haciéndose amiga de chicas de la universidad, obtenía información sobre sus finanzas y se la pasaba a su hermano y a sus secuaces, luego pedían rescate y si no obtenían el dinero simplemente las vendían— dijo Paola, abrazando muy fuerte a su madre quien pasa la mano por su espalda y besa su cabeza.
—Pues yo seguí su concejo, ofrecí una buena cantidad de dinero porque me llevarán una chica hermosa y exótica y no exis
