CAPITULO 4: ¿Celosa?

2074 Words
NARRA MAX La llegada a la casa de la playa ha sido agradable, Anne observaba cada cosa que ahí se encontraba, realmente estaba emocionada. - Julia necesito que ayudes a Anne a sentirse cómoda en este lugar, mañana es el encuentro con Venus y la quiero relajada. - Julia es mi nana, a sido como mi segunda madre, ella es la encargada de mantener esta casa tan linda. - Si mi niño Max... ¿Puedo preguntar quién es? - Mi nana siempre tan curiosa. - Ella es la mejor opción que he encontrado para enfrentar a ya sabes quién Juli, aún no sé si estoy listo. - Ella me dió un fuerte abrazo. - Es hermosa Max... estoy segura que te va a ir bien, relájate, disfruta de la vida mi niño que tanta falta te hace. - Juli me dió un beso en la mejilla y se marchó. Fui a las oficinas que tenía muy cerca de aquí para ordenar el encuentro de mañana. Diago ha viajado con nosotros, el siempre me acompaña a todos lados, es más que mi asistente, además de ser un excelente abogado se ha convertido en mi confidente y amigo. - Diago quiero que la reunión sea en un restaurante con bastante gente, una mesa lo más grande posible, cada quien en una esquina, por supuesto Anne al lado mío. - Le daba mis condiciones. - Max... ¿Estar seguro de llevar a esa chica? Venus aprovechará cualquier momento para molestarla. - No había pensado en que Anne estaría muy vulnerable ante la leona que suele ser mi ex. - Tienes razón Diago, mañana a primera hora necesito que vayas con Anne, le ayudes a que aprenda un poco de modales, la reunión es a las 3 hay tiempo necesario. - Diago se sorprendía con lo que le acabo de pedir. - Con gusto Max, espero que no se nos salga de control todo esto. - Levantó los hombros de resignación. - Una cosa más Diago, necesito que vayas a aquella joyería a la que acude mi madre y consigas algo lindo para Anne. - Le di una ligera palmada y me retiré. En camino a la casa de la playa pensaba... no quiero que Anne salga lastimada el día de mañana, conozco perfectamente a Venus y se que buscará el momento perfecto para hacerla sentir menos, la conozco tan bien que sé de lo que es capaz. Mi nana tiene razón, es buena idea que me relaje y disfrute y Anne es una opción para hacerlo. Llegué a la casa. - ¿Todo bien Julia? - Algo aquí andaba raro. - Si Max... la chica es muy encantadora, amable y muy linda, me agrada mi niño esta vez has elegido bien. - Julia río por unos segundos. Fui a mi habitación a cambiarme de ropa, algo más cómodo y fresco para ir a nadar a la playa. - ¿Anne? - Ella estaba espectacular, muy sexy. Tenía un traje de baño rojo de dos piezas, un top con tiras cruzadas en los costados, un bikini solo sujetado con un ligero moño del lado derecho, sus grandes caderas y redondos glúteos quedaban a mi vista pues ella se encontraba hacia abajo con el sol sobre su espalda. Anne escuchó mi voz se puso de pie para saludarme. Parece que se le han pasado las copas, se ve feliz y radiante, es muy graciosa en ese estado. No logré contener la risa cuando ella intento dar unos cuantos pasos y se movía de lado a lado. Esperaba todo menos que se lanzará hacia mi y me besara. Intenté separarla de mi pero fué imposible, ella sujetó mi rostro con mucha fuerza, sus besos son deliciosos. Me llevó hasta la piscina... jugueteamos un largo rato, Anne cada que tenía oportunidad intentaba besarme, yo quería más que un simple beso pero no era el momento ni ella estaba en el estado conveniente. Por mi cabeza no dejaba de pasar la idea de que ella jamás ha estado con ningún hombre sexualmente. Cada que se colgaba de mi cuello yo sujetaba su diminuta cintura y pegaba todo su cuerpo al mío, tenía tantas ganas de tocarla, de sentirla... La lleve hasta mi habitación tenia que descansar, mañana tiene que estar fresca. Ella dijo que no conocía el mar, me dio mucha tristeza. - Julia ¿Acaso no te dije que cuidarás de ella? - Le reclamé a mi nana. - Eso hice Max, los ojos de esa chica estaban tristes, tenía que disfrutar de este hermoso lugar. - Juli siempre es tan sabía. Me fuí hasta la habitación, dormiré con ella, hasta dormida es realmente bella. No me dí cuenta y al despertar de un nuevo día, Anne estaba totalmente sujetada a mí cuerpo, sus largas y bellas piernas entrelazaban las mías, su cabeza recargada en mi pecho y sus manos abrazándome. - Oh... lo siento... Max no era mi intención incomodarte al dormir. - La bella durmiente despertó apenada. - Anne en serio que pesas... - Reí y me levanté para irme a duchar. - Tonto Max... - Me aventó una almohada. - Anne me voy a la oficina, a las 2 el chófer viene por ti, mi asistente vendrá a ayudarte con algunas cosas sobre la comida de más tarde. - Salí de la habitación. En la oficina me cambié para llegar a la reunión, tengo que admitir que estaba muy nervioso, Venus fué la mujer que consideré sería mi esposa, ella me traicionó de la peor manera. - Diago voy de salida para la reunión, los veo allá. - Mi asistente llegará con Anne. Diez minutos antes para empezar la reunión llegaron mis abogados, los abogados de Venus, ella ya se encontraba en el interior, no tenía el valor para Ingresar solo y verla. Esa mujer logró enloquecer mi mente, aún no comprendo como siendo Maximiliano Coleman le tema a volver a caer en sus brazos. Se acercaba mi chófer con Diego y Anne, no quiero que ella se de cuenta de mis nervios. Todo aquel sentimiento que hace unos minutos sentía se esfumó cuando vi bajar a Marianne del auto. Se había puesto un vestido color rosa palo con una falta que tenía un pequeño vuelo, llegaba arriba de sus rodillas, una vez más esa diminuta cintura se marcaba tanto, un corset que terminaba debajo de sus senos los alzaba para que el escote en forma de corazón mostrara a detalle la perfección de esta hermosa y sexy mujer. Esta vez un chongo sujetaba su cabello n***o y brillante, dos perlas colgaban de sus oídos; Anne no necesitaba tanta producción, ella posee una belleza natural, esta vez apostó por un maquillaje natural y ligero, mis sentidos reaccionaron al verla dirigirse hacia mi. - Maximiliano me pones nerviosa, deja de mirarme así... - Se acercó a saludarme, no resistí las ganas y la recibí con un beso tan apasionado. - ¿Tan rápido comenzó la novela? - Su risa me causaba risa. - Desde ayer estás muy graciosa ¿No? - Sé que el color subiría a sus mejillas por lo que pasó la noche de anoche. - También lo siento, no debí beber de esa manera... dime algo Max ¿Pasó algo entre nosotros? - No recuerda mucho. - Tranquila Anne, no suelo aprovecharme de las mujeres que se encuentran ebrias, te repito si algún día tu y yo estamos juntos será porque tú así lo quieras, tampoco me preocupa si no pasa, te he traído aquí para otras cosas no para que seas mi mujer de verdad. - Su rostro cambió. - Lo entiendo Max, ahora vamos y acabemos con esta farsa lo antes posible. - Me sujetó de la mano para ingresar. En la parte central del lujoso restaurante se encontraban todos, ahi estaba Venus, tan extravagante como siempre, mostrando el cuerpo tan escultural y trabajado que tiene. - Señores pueden tomar asiento. - La colombiana habló, si, Venus es colombiana. - Buen día. - Anne saludó por mi, yo extendí las manos para sujetar la silla en la que se sentaría. Mi vista no podía despegarse de Anne, es que realmente luce impactante. - ¿Por qué tenías que traer ese escote? tengo que poner la mayor atención y tú lo dificultas - Le susurré en el oído, ella río. - ¿No que no soy tu tipo? - Me respondió en el oído una ves me senté a su lado. Las risas entre los dos fueron tan agradables, bajaron mi nivel de estrés, es más ni siquiera recordaba a quien tenía justo enfrente. - ¿Podemos comenzar? - Venus habló. La reunión ha sido muy tediosa. Venus y yo firmamos un contrato cuando yo pensaba éramos una pareja perfecta... ahí ambos nos comprometimos a realizar una empresa adicional a la naviera Coleman... esas noches en la cama con ella fué lo que me llevo a aceptar tal disparate. Ahora hay penalizaciones si alguno de los dos quiere cancelar dicho contrato, la única manera de que saltemos esas cláusulas es si ambos aceptamos la cancelación, cosa que no pasará pues la última vez Venus se desnudo en mi oficina para convencerme de regresar con ella. Venus me traicionó de la peor manera, jugó con mis sentimientos, obtuvo dinero de mis empresas y ahora quiere un perdón que jamás pasará. Llevo seis meses alejado de ella, tiene prohibido el acceso a cualquier lugar donde yo me encuentre, sé que no quitará el dedo del renglón hasta conseguir lo que ella desea, yo. Ella pide la mitad de una de mis navieras, algo que no aceptaré por supuesto. - Está bien... pagaré la cancelación del contrato, no pienso venir a ninguna otra comida, cena, desayuno o reunión. - Me levante de mi silla para ir por un trago. Al regresar Venus estaba al lado de Anne, algo ha pasado aquí, el rostro de Anne es de furia. - ¿Mi amor me acompañas al tocador? - Anne me sujetó de la mano. - ¿Todo está bien Marianne? - Estaba realmente enojada. - No... nada está bien Max, esa mujer es una arpía, me ha insultado, ha preguntado de que prostíbulo me has traído, me ofendió frente a todos. - Anne lloraba. - Mi linda Marianne, no tienes porque sentirte mal, ¿Ha sido cierto lo que ella ha dicho? - La abracé. - No... bueno... si me has conocido en un lugar horrible, jamás me perdonaré haber asistido a vender mi virginidad, soy una mujer sucia que no vale la pena. - Sus ojos expresaban tristeza. - Anne... lamento haberte traído aquí, no tenías porque cargar con mis problemas y menos con esa mujer. - Ella me besó, ha sido un beso tan apasionado, nos demostramos en esos besos la ganas que tenemos uno del otro, la pasión que existe entre ambos es extrema. - Detente Anne... no respondo lo que te pueda hacer en éstos momentos si sigues causando en mi tantas sensaciones. - Ella río mucho. Regresamos a la mesa, ahora el asiento de Venus estaba de un lado mío, ésta mujer no entiende. - Sigues tan guapo como siempre Max. - Venus expresó. - Lo sé... a diario que despertamos le repito lo mismo. - Anne respondió por mi, me causaron tanta gracia sus palabras. - No estoy hablando contigo niña. - Anne me sujetó del rostro y me besó. - Lo siento por ser entrometida... es normal que muchas mujeres intenten algo con mi novio, lástima que solo tiene esos bellos ojos azules para mirarme a mí. - ¿Esta celosa? los nervios en mi desaparecieron gracias a la pelinegra. Después de un acuerdo para realizar la cancelación, Anne y yo nos pusimos de pie, ella tomó mi mano sin soltarla, amablemente se despidió de Venus quien tenía rabia de verme tan feliz junto a una mujer como Marianne. - Unas horas más y creería que en verdad mueres por mi. - Le dije a Anne. - Eres guapísimo Max, lo sabes, pero no para mis ojos, esto es un simple negocio que hay que cumplir, yo te debo mucho y se agradecer. - Lo dijo muy seria. - ¿A si? ¿Qué tanto agradecimiento me tienes? - La llevé hasta a mí de su pequeña cintura. Subimos al auto, era hora de regresar a la ciudad, este viaje tenía que ser rápido, además le tengo una gran sorpresa a Anne.
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