NARRA ANNE Max se está volviendo loco, mira que gastar tanto, ha pagado más dinero de lo que vale la casa de mi madre. Me enfada que quiera tener control sobre todo y sobre todas las personas que lo rodean. Estaba terminando de colocarme algo cómodo para bajar a la sala de estar, al parecer la arquitecta había llegado. Caminaba por las escaleras para alcanzarlos... una bella mujer estaba frente a Max, ella era rubia, ojos color miel, un rostro tan fino, delgada, tenía un cuerpo bien distribuido, nada exuberante, parecía una muñeca de aquellas con las que jugaba de pequeña. Max y ella reían, se veían muy agusto, todo iba bien hasta que la rubia tocó su rostro, acariciaba su brazo, después su pierna, ella se agachaba para dejar al descubierto sus senos ya que tenía puesto un vestido co

