Capítulo XI

1030 Words
Recuerdos Parte V Sueños ¿Quién soy en realidad?  Un grito de dolor escapó de mis labios, mis manos se aferraban a la arena bajo mis palmas, en cualquier momento perdería la conciencia. —¡Por favor, basta no la lastimen!—su dulce voz chocó contra mis tímpanos. Allí estaba él siendo sostenido por dos de sus hermanos, este era el castigo que merecía yo me había ganado el destierro.Gruesas lágrimas se deslizaban sobre mis mejillas, mientras el dolor en mi espalda era cada vez más insoportable, las gotas de sangre se deslizaban como si de simple agua se tratase. Uno. Un desgarrador llanto hizo a mi corazón desvanecerse. Y dos cortes limpios. No era mi dolor el que justo ahora se aferraba a mi espalda. Ni la ausencia de aquellas que me acompañaron en momentos puros e irremplazables con él. —P-perdoname, Raziel. —¡APRIL, NO! Caí.  Y lo último que vi fueron sus gloriosas alas extendiéndose en el borde de aquel lugar. No fue el perder mis alas.  Mi dolor se debía a tener que perderlo una vez más... (...) ¿Qué es dolor?    Una pregunta tan sencilla y al mismo tiempo cargada de un peso inefable, tangente en tú pecho que ni siquiera sabes cómo sacarle de ese lugar, en especial si esta en tú corazón, hundiéndote en un sin fin de sentimientos tan profundos e indescriptible.    Todo el mundo piensa que a una corta edad, no se puede estar tan sumida en soledad. Pero realmente las personas estaban equivocadas, porque si se puede sufrir y aprender a soportar todo ese dolor...   La expresión del rostro rosada de la chica cambio drásticamente a neutral, esa dulce e inocente adolescente que era la rubia, ya no sería más, ahora recordaba varias cosas vividas y no precisamente experimentadas en esa vida, sino en la anterior. Aunque las consecuencias cayeron  bastante fuerte porque en su cabeza sentía que tenía un clavo, ejerciendo terriblemente presión una y otra vez en su cien.   Ella esperaba que su cuerpo soportara todo…    No obstante, ese dolor ceso justo en el momento en que el castaño entro en su campo visual, venía caminando en su dirección por el pasillo del instituto, estaba vestido complemente de n***o, como si fuera a algún velorio, pantalón, camisa larga de vestir y un par de botas militares, mientras que su cabello lo ha peinado hacía un costado.   Él tenía una expresión seria.   Esa mañana ella había llegado apropósito tarde para poder encontrar al “chico” de frente y decirle a la cara lo mucho que le dolió que le ocultará su verdadera identidad por bastante tiempo, pero también existía la variable que era necesario el no decir quién era, aunque a con ella debió haber hecho una excepción, porque se lo oculto.   Por un mes para ser exactos.   Su corazón late con desesperación contra su caja torácica, sabía que debajo de esa joven apariencia estaba ese hombre de sus fantasías astrales, que cada noche aparecía en estos solo para confundirla con aquellos recuerdos de un amor roto a la fuerza por terceros, ni siquiera por ellos mismos. April tenía tanto que decir, tanto que hacer pero ni sabe como actuar al tenerlo así, al frente de ella con esa mirada verdosa profunda e impenetrable.  —Raziel —su voz salió efímera de sus labios siendo llevada por el viento.  Él ni se inmuto, simplemente bajo la vista al suelo.  Ella quería llorar y llorar hasta caer en un profundo abismo donde su dolor y tristeza se expanda por su alma, para morir sin siguiera luchar, en una agonía y soledad, para cuando este allí muerta en vida, justo donde quedaron sus cenizas, renacer una vez más y aprender que así es la vida. Porque ella había renacido una vez más en ese mundo. —¿Por qué me desterraron, Raziel?—aquella pregunta se escapo de la rubia sin anestesia. Solo hubo silencio... Era evidente que el castaño no le iba decir ni una palabra, puesto que se ha quedado estático en su lugar con la mirada perdida en la nada, la joven dama realmente necesitaba una respuesta a tantos enigmas en su propia cabeza, se había estado torturando psicológicamente día y noche al tratar de comprender aquellos extraños sueños que tenía y ahora resultaban que no eran eso sino recuerdos de lo que una vez fue. —Perdóname por no poder evitar que cayeras aquí — susurró el hombre, arrastrando cada letra con un enorme peso. Pequeñas lagrimas se acumularon en los ojos azules de la chica, aunque se hace una y otra vez a la idea de dejar todo atrás le pesa bastante, dio un paso al frente temblando completamente ante su presencia y sin más, no pudo resistirse ni un segundo. Ella lo abrazo, aferrándose al cuerpo de él.  ¿Sabes lo que significa abrazar? Es estrechar sin ahogar. Eso es lo que April estaba experimentando después de tanta tormenta colosal, por fin estaba sintiendo paz en su corazón, después de por mucho tiempo pensar que era un bicho raro  e incomprendido, por  primera vez en su vida a encontrado a aquel ser que estaba buscando con desesperación en más de un siglo antes de reencarnar. Ya esta frente a ella, rompiendo las reglas sin importarle... Se fundieron en un abrazo y acallaron las mil palabras que se amontonaban en sus gargantas con otros tantos besos que no pudieron en el pasado... —Abrázame en tus alas para que otro aire no me roce sino tu aliento, del que vivo y muero por tener siempre, amado mío—murmuró la rubia, apoyando su cabeza sobre el pecho del castaño. Aún el arcángel Raziel fuera conocido por ser aquel que trae consigo el despertar espiritual, en ella no fue del todo él quien la hizo recordar miles de cosas, sino aquel misterioso hombre que le había tocado la frente en ese extraño sueño, el mismo que la adolescente ha llamado "padre" sin siquiera saber el verdadero motivo.   Es momento de que por fin ambos afronten las consecuencias que trae su amor prohibido... para ser felices sin miedo a perderse una vez más... Continuará... 
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