Recuerdos
Parte VII
Sueños
Un enorme trono se alzaba ante la rubia, su miraba denotaba tanta confusión al no saber...¿Cómo llegó hasta allí?, bajo lentamente su vista sobre su cuerpo para darse cuenta que estaba vestida con una largo vestido hermoso blanco, como si se tratase una princesa apunto de casarse con su príncipe, por eso estaba en aquel estado tan desorientada.
Una risa divertida de un hombre resonó detrás de su posición.
Ella volteo para encontrar a un hermoso hombre de cabello castaño ondulado, de piel blanca, ojos verdes esmeraldas y vestido con una armadura impecable, tal como si de un gladiador se refiriera, este le dedico una linda sonrisa, antes de inclinarse en símbolo de respeto a alguien más, aquello la dejo desorientada por lo cual simplemente miro al frente para encontrarse sentado en el trono a un inmenso ser.
La dama sintió como su garganta se seco, sus piernas comenzaron a temblar como una gelatina, haciéndole caer de rodillas y bajar la mirada al suelo blanco del lugar, el increíble poder que emanaba ese ser la hizo doblegarse ante su presencia, en ese momento se estaba arrepintiendo de todo lo que ha hecho en su vida sin saber ni siquiera el motivo de aquello.
—¿Porqué me temes, hija?—la voz del ser resonó suave pero firme como la de un padre hacía sus hijos.
La rubia se ha quedado completamente muda, aún su cerebro mortal no comprende el motivo por el que estaba en ese lugar, lo único que se le vino a la cabeza era el hecho que a lo mejor se había muerto mientras dormía por la noche, o el estrés del estudio había logrado ese objetivo final.
—No estas muerta o en dado caso no haz ascendido aún—ahora se oyó la voz del castaño responderle la duda.
April de manera inconsciente soltó un largo suspiro de alivio, porque su mente estaba procesando mil y una cosa en ese momento, realmente se ha quedado sin palabras, no pensó alguna vez volver a estar frente al padre de todo y no se refería a Odín como en la películas mundanas de Thor. La rubia sacudió la cabeza al ver las cosas tan tontas que andaba imaginadose o haciendo referencia, con mucho temor subió la mirada hacía el ser.
Solo podía observar la parte de sus piernas no más de eso porque de verdad sentía que se iba a morir del miedo, aunque por un momento una fugaz escena paso por su mente como una especie de recuerdo muy bien guardado en su interior, era como si comenzará a tener una especie de deja vu, pero lo único que cambiaba era los atuendo y la fisonomía de la rubia en una muy "angelical".
—¿Qué hago aquí, padre?—soltó por fin la pregunta la chica.
Ella volvió a bajar la mirada al suelo, a la vez que se mordió el labio inferior, debido a que le estaba temblando el labio de manera involuntaria, una leve risa se escucho provenir del ser, como si estuviera enternecido por la reacción de la dama ante él.
—Fui yo quien te trajo aquí, quiero que Padre me de la oportunidad de estar a tu lado—la voz del arcángel fue el que respondió ahora su interrogante.
April ahora si que estaba confundida más de lo normal, de verdad no pensó en algún momento en su ahora vida mortal estar frente aquel ser que es tanto tenido como adorado por los mortales, estaba asustada eso no lo puede evitar, pero la respuesta del castaño la ha dejado descolocada.
¿Por qué estaba pidiendo permiso?
¿Él piensa dejar sus deberes por ella?
¿Será castigado?
Eran un montón de cosas que no tenían cupo en su mente, observó sobre su hombro como el castaño se colocó de pie, para caminar hacía donde se encontraba ella y de esta manera extender su mano hacía la rubia, quería ayudarla a levantarse de su posición. April se puso firme en su lugar con mucho respeto y sacando valor se dedico a expresar su punto de vista.
—No, yo no quiero que por culpa mía vuelvas a tener problemas de nuevo—hablo la chica, a la vez que negaba con la cabeza una y otra vez.
Estaba decidida a no volver a lo mismo del pasado, donde siempre ambos terminaban mal, el uno alejado del otro hasta cierto punto donde la mandaron al mundo mortal quitandole sus mas preciadas extremidades plumíferas, transformándose en una simple humana más.
—¿Estás seguro de tu decisión, hijo mío?—preguntó el ser.
El castaño tenía fijamente la mirada puesta en la dama, entendía el punto expresado por ella pero esa era una decisión que él andaba tomando hacía fuera por un corto periodo, deseaba arriesgarse por un tiempo y ser feliz al lado de la mujer por la que ha intentado muchas veces estar juntos, sabe que toda decisión trae a favor y en contra pero esta apunto de dejar que las cosas tomarán el rumbo correcto. Era absurdo que ellos, aquellos que tenían un cargo tan fuerte, un rango alto y múltiples responsabilidades por la eternidad no fueran felices así sea por poco, porque la mayoría de ellos cuando eran libres cuando son enviados al mundo mortal a misiones, algunas cortas u otras mas largas.
—Sí, estoy decidido, padre—afirmó sus palabras, a la vez que se acerco hasta ella y la sujeto por la cintura como atrayendola a su cuerpo.
La dama por fin se atrevió a subir la mirada al enorme ser sentado en el trono, este tenía una fisonomía "humana" aunque ella sabía que era simplemente una forma porque Deus es parte de todo por lo cual no necesita un contenedor como alguno de ellos, era un ser sumamente hermoso y maduro, realmente se denotaba una sabiduría infinita, como un anciano de esos que la vida les ha dado mucha experiencia.
Él ser simplemente soltó una pequeña risa...mientras ella sintió como una fuerza la jalaba hacía su cuerpo físico...
Continuará....