Tres años después...
Tres años sin saber absolutamente algo del misterioso castaño...
Tres años que la ha transformado en aquella dama hermosa, y lista para ingresar a la universidad...
El cabello rubio de la chica danzaba sobre su rostro debido al aire fresco que ingresaba por la ventana del vehículo, había dejado atrás una pequeña parte de su corazón pero no podía seguir llorando el resto de su vida, al principio le va a costar pero estaba segura que el tiempo podría sanar al menos dejarle una pequeña cicatriz en su corazón. Ella no ha perdido la esperanza de volver a ver al castaño pero de cierta manera, ya no se permite derramar ni una sola lágrima por él, había aprendido a ser una mujer con mucha fortaleza, puesto que esa niña de diecisiete años que conoció al chico ideal, se ha transformado en una mujer decidida llena de muchas metas a futuro.
April soltó un profundo suspiro al ver la que ahora sería su residencia temporal junto a su mejor amiga Lily, mientras termina la universidad, cumpliendo el sueño que ha tenido desde niña al fin estudiará para ser una cirujana, la mejor del país. Con aquello en mente se bajo del vehículo, dispuesta a comenzar de cero todo, por lo cual camino hacía la entrada de la pequeña residencia; el interior de la casa era sumamente acogedora tanto que creaba la sensación de calidez, contando con sala, cocina y tres habitaciones más que suficiente para ellas.
—¿Qué te parece, April?—comentó la otra chica a su lado.
Ella solo realizó un pequeño asentimiento con la cabeza como respuesta, estaba bastante bonita y acogedora para ambas.
—Iré a ordenar mi habitación—susurró la de cabellos amarillos.
La rubia emprendió su camino escaleras arriba, hasta llegar a la habitación casi al final del pasillo. Ingresando en completo silencio al interior de su dormitorio. Se percató que las paredes estaban pintadas de un tenue azul pálido, mientras el techo en blanco, habían pocos muebles, una mesa, la cama y una repisa dónde podía colocar sus libros; un par de las cajas que estaban en el suelo traídas el día anterior por el camión de mudanza. De esta manera, ella se inclinó sobre sus rodillas para poder abrir una a una las cajas donde estaban sus pertenencias, eran pocas realmente por lo tanto le quedaba hasta grande el armario.
También colgó un par de fotos familiares en la pared como decoración. Aunque sus orbes azules captaron particularmente una en específico, la cual, la marcaba más, esa dónde se encontraba su hermano Jake estaba dándole un beso en la mejilla, mientras que su padre estaba de pie a un costado de ellos cuando eran unos niños. April, por un momento sacudió su cabeza de lado a lado, tratando de esta manera en centrarse y seguir guardando todo, lo de la mudanza porque debía prepararse para el siguiente día que sería el comienzo de su nueva vida como universitaria en la gran ciudad.
La joven mujer se dedicó a ordenar los libros en la repisa, siendo estos mayormente de contenido sobre medicina, avances médicos ese año y cosas de cirujanos, todos fueron regalos de su antes de partir a la universidad el día anterior. Cuando ya estuvo lista decidió tomarse unos minutos para mirar por la pequeña ventana de su habitación el paisaje. El cielo parecía muy triste por las nubes grises y la lluvia amenaza con caer, todo lo opuesto a su hogar, pero no podía quejarse, todo era por un bien, lo único curioso era que desde que llegó a ese lugar.
Ella sentía que la estaban vigilando.
Un pequeño sonido salió de su boca provocado por el chasquido de su lengua para seguir acomodando su habitación, sin tomarle mucha importancia a la situación, puesto que en un libro había leído que si le dan mucha valor a las cosas "paranormales", esos seres no te dejarían dormir o te molestarían todo el día.
Y ella no necesitaba a una presencia vigilandola como se sentía en su pasado.
(...)
—April, ordene pizza baja a cenar—le llamo Lily desde la parte baja.
La chica soltó un pequeño suspiro de sus delgados labios, no supo en que momento la noche ya había caído sobre el cielo, colocando el libro que estaba leyendo sobre la cama y de esta manera levantarse, lista para dirigirse a la puerta, dado que su habitación estaba perfectamente ordenada como a la rubia le encantaba, haciéndola sentirse un tanto mas familiar.
Bajo en silencio las escaleras hasta llegar a la cocina dónde su mejor amiga le esperaba con los platos ya servidos en la mesa con dos pedazos de pizzas. Se acercó a pasos tranquilos tomando asiento en la silla de un costado, cuando ya estaba ubicada sujetó el trozo en su mano, dando de esta forma el primer bocado a su comida.
Sus ojos brillaron de felicidad al probarla pizza, era su favorita.
—Está realmente buena, Lily—comentó April, dedicándole una pequeña sonrisa a su acompañante.
La chica mencionada, le devolvió el gesto, ella mejor que nadie sabía que April era persona de pocas palabras, porque realmente le costaba abrirse a los demás y comentarle sus problemas, además que a pesar de tener años conociéndose eran pocas las veces que ambas tenían una conversación larga, pero aunque eso sucedía, la una siempre cuenta con la otra para lo que sea necesario.
—Mañana nos comenzaremos la universidad, tratemos de hacer amigos nuevos porque siempre nos quedamos solas—habló Lily con un tono un tanto gracioso.
La rubia soltó una sonora carcajada por las palabras de ella, pero después hubo silencio entre la cena transcurrió sin más palabras de parte de ambas, Liliana sabía que aunque tratará de hacer conversación con April haría pequeños gestos como respuesta o simplemente asentía o negaba con la cabeza. Por li cual, cuando estuvo lista después de ayudarle a lavar los platos que ensuciaron.
Ella decidió volver a su habitación.
La rubia camino en dirección a la cama para sentarse sobre el colchón, otra vez estaba sintiendo esa terrible sensación de ser vigilada por algo, por lo tanto comenzó a buscar con sus ojos azules por toda la habitación, pero realmente no encontró nada fuera de lo normal, puesto que andaba todo en su sitio correspondiente, así que no le dio más importancia y solo se dedico a tomar entre sus manos su libro favorito.
Orgullo y prejuicio
Lo tomo entre sus manos para acomodarse en la cama...Solo esperando que la noche fuera lo suficientemente larga para que no llegará la mañana y tuviera que ir a su primer día de clase en la nueva etapa de su vida...
Continuará...